Presentación de HaD el 24 de abril, a las 18 horas, en el Aula de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz, en el marco de II Seminario Internacional «Nuestro Patrimonio Común» (Cádiz, 22-25 de abril de 2002).

Participan

Alejandro Estrella, Marcos Correa, Julio Pérez Serrano, Francisco Vázquez de la Universidad de Cádiz, Angel Soto, de la Universidad de los Andes (Chile), y Carlos Barros, coordinador de HaD.

Información Francisco Vázquez y Julio Pérez Serrano

Asistentes

Augusto Samaniego
Universidad de Santiago de Chile

Silvia Dutrénit Bielous
Instituto Mora
México

María Elina Tejerina
Universidad Nacional de Salta
Argentina

Juán Sánchez
Universidad de Extremadura

Antonio Pantoja Cháves
Universidad de Extremadura

Alfonso Pinilla
Universidad de Extremadura

José A. Rubio Caballero
Universidad de Extremadura

Virgilio F. Candela
Universidad de Alicante

Sagrario Anaut
Universidad Pública de Navarra

Gabriel Rubio Quijano

Alejandro Román Antequera
Universidad de Cádiz

David Ruiz Moreno
Universidad de Cádiz

Raúl Bernal-Meza
Universidad Nacional del Centro
Argentina

 David Molina Rabadán
Universidad de Cádiz

Helena Paredes Courtot
Universidad de Cádiz

 Carlos García Cárdenas
Universidad de Cádiz

Isaac Sierra García
Universidad de Cádiz

Antonio L. Mazarro Nogueras
Universidad de Cádiz

 María J. Rubiales Ruiz
Universidad de Cádiz

 Mª Jesús Aragón Quitero
Universidad de Cádiz

Daniel F. Alvarez Espinosa
Universidad de Cádiz

 Almudena Morales Rosa
Universidad de Cádiz

 Salvador Santos Rubianes
Universidad de Cádiz

 Juan Manuel Mera Melero
Universidad de Cádiz

 Francisco l. Jiménez
Universidad de Cádiz

Transcripción del acto

Julio Pérez  Serrano
Universidad de Cádiz

Bueno, vamos a comenzar un acto que para nosotros es muy gratificante, que es la presentación de la red Historia a Debate y las Actas de los encuentros que organizaron en la Universidad de Santiago. Para nosotros es una satisfacción, este hermanamiento,  que se presenten estas Actas en el marco del seminario que estamos celebrando con esta nueva ocasión de Historia Actual que, a la vista de la trayectoria y de las actividades hemos ido realizando, creo que tenemos un futuro común también.

Y sin más, porque yo no sé de lo que tienen que hablar, le paso la palabra a mi amigo Alejandro Estrella para que inicie esta ronda de intervenciones.

Alejandro Estrella
Universidad de Cádiz

Yo destacaría sobre todo que HaD debe ser considerado como un proyecto internacional, ambicioso y consolidado, dada ya su dilatada trayectoria. Junto con las Actas que hoy se presentan, destacaría fundamentalmente el II Congreso Internacional de la que éstas son fruto, la Página Web en la que se mantiene viva la comunicación y los debates entre gran número de profesionales, la Encuesta Internacional sobre el Estado de la Historia y finalmente el Manifiesto HaD, publicado en la red por el Grupo Manifiesto. Todos estos frentes tienen en común el contexto en el que surgen, su naturaleza y los objetivos que se plantean, aspectos, todos ellos, creo, contribuyen a dar ese carácter de proyecto colectivo. Efectivamente, HaD nace en un contexto de transición historiográfica , que lleva a un grupo de especialistas a reflexionar sobre la disciplina y a preguntarse cómo contribuir a la configuración de un paradigma común, es decir, no sólo se pretende «saber lo que hacemos» sino «qué queremos y cómo conseguirlo». Evidentemente cada uno de los frentes antes señalados privilegian algún aspecto sobre otro, pero creo que todos convergen hacia esa vocación de proyecto historiográfico de la que goza HaD, por lo que me gustaría señalar algunas particularidades de cada uno de ellos.

Por ejemplo, con respecto al Congreso destacaría como características fundamentales los 236 resúmenes de intervenciones que están recogidos en el Libro de Actas, lo que pone de manifiesto las dimensiones del Congreso.

Luego también, paralelo a este II Congreso y mediante el canal de chat se realizó el I Congreso virtual HaD, otro punto que creo es también importante.

Y sobre todo me gustaría destacar la importancia del «congreso invisible», el intercambio entre bastidores de impresiones, entre sesión y sesión y al finalizar las mismas, basado en un contacto humano imposible de reproducir en formato digital o papel e igualmente fructífero, lo que pretende ser por mi parte un acicate para invitar a los presentes al próximo congreso en el 2004.

Como he señalado, fruto de este II Congreso fueron las Actas que hoy se presentan en esta casa. Si bien en este compendio se deja sentir el peso de los problemas teóricos y metodológicos, creo, no obstante, que la particularidad de la que goza es fundamentalmente haber realizado un diagnóstico de la disciplina desde la triple perspectiva del saber, la memoria y el poder, que , según posiciones pragmatistas pueden considerarse como las dimensiones que definen el oficio del historiador.

Creo que estos tomos de Actas del II Congreso Internacional son una cita inevitable para el historiador interesado en temas de carácter teórico, así como una inestimable ayuda para el historiador «más empírico», si realmente somos partidarios de una mayor implicación entre ambos tipos de investigación.

Por otro lado, antes de que se iniciara el II Congreso se difundió una encuesta a nivel internacional sobre el estado de la Historia que constituía un ambicioso proyecto de investigación al amparo del CSIC y del Instituto de Estudios Gallegos » Padre Sarmiento». Destacaría sobre todo que es ambicioso no sólo por la naturaleza de la encuesta (89 cuestiones referentes a temas muy diversos), que cualquier historiador que la haya hecho se ha dado cuenta de cómo le obliga a pensar sobre la posición desde la que escribe la Historia. Además es importante en el sentido de que estará inaugurada entre el I y II Congreso y entonces se puede consultar cómo da una imagen de las inquietudes que, a lo largo de los 90, los guían en la disciplina.

Luego, en la página web, se recoge todo el proyecto Had y su actualización; no puedo sino invitar a los aquí presente a que engrosen periódicamente las filas del enorme número de visitantes que colaboran a la hora de mantener vivo el proyecto HaD, a la vez que se benefician de las ventajas que ofrece un espacio en la red de semejantes características.

Los Congresos, las Actas, la Encuesta Internacional y el foro constante que supone la página web, han permitido a los integrantes de HaD elaborar un serio diagnóstico de la disciplina en este cambio de siglo. El contrastar este diagnóstico con las aspiraciones e inquietudes del grupo ha hecho posible la elaboración de un manifiesto que supone la plasmación más diáfana de los objetivos concretos que inspiran el proyecto HaD.

El Grupo Manifiesto ha recogido en el texto 18 propuestas agrupadas en 4 apartados Metodología, Historiografía, Teoría y Sociedad. Evidentemente no voy a hacer aquí una relación de todas las propuestas, pero sí me gustaría destacar lo que creo es su característica principal. Conscientes del período de transición que estamos viviendo, y que comenzó con la puesta en cuarentena de certezas fuertemente arraigadas, el Manifiesto apuesta por la innovación sin dejar de lado los aspectos positivos de las tradiciones heredadas. La necesidad de elaborar una ciencia con sujeto, la innovación en métodos y temas, el interés por una Historiografía global y la importancia creciente de una historiografía digital, corresponderían al primer apartado; recuperar el espíritu de escuela, luchar contra la fragmentación de la disciplina, recuperar el compromiso social e historiográfico del historiador o acrecentar la interdisciplinaridad con las ciencias sociales y naturales, corresponderían al segundo.

En definitiva el manifiesto HaD apuesta por pensar la Historia y la Historiografía con el fin de participar en el cambio de paradigma en curso, así como en el acontecer efectivo de la Historia, mediante propuestas concretas.

Para concluir creo poder afirmar que la variedad de frentes que aborda HaD, de los que aquí he intentado hacer un breve repaso, aseguran la viabilidad del proyecto común plasmado en el manifiesto pero latente en todas las actividades llevadas a cabo.

Sin lugar a dudas en una sociedad calificada desde diversos ámbitos como sociedad «en red» o «de la información», no puede dejar de considerarse el camino trazado hasta aquí por HaD como un verdadero éxito de «adecuación a los tiempos». En este sentido HaD actúa no sólo como medio de diagnosis sino como un verdadero plan de acción, un proyecto que ha contribuido a crear una red en la que el conocimiento en torno a la Historia fluye y crea nuevos espacios de reflexión e intercambio. Esperemos que este proyecto colectivo se extienda mediante la ampliación de esta red y el establecimiento de fructíferos contactos con otras redes, de manera que, en un contexto de transición como el que estamos viviendo, podamos disponer de lo que podría llamarse una red de redes de la Historia, que nos ayude a pensar nuestro mundo y nuestra disciplina, a la vez que contribuye a su transformación.

Creo firmemente que este trabajo es necesario. No sólo porque como afirma el Manifiesto HaD la verdad histórica no emerge ya del trabajo empírico individual, sino que se construye en el ámbito colectivo mediante debates y consensos. Creo que es necesario porque, en palabras de un profesor que tuve y tengo en esta casa, quien a su vez parafraseaba al poeta, «la historia también es un arma cargada de futuro».

Marcos J. Correo López
Universidad de Cádiz

Buenas tardes. En estos minutos quisiera ofrecerles mi visión personal de uno de los aspectos principales de este proyecto (HaD) su Manifiesto.

En él podríamos señalar dos aspectos. En primer lugar, lo que se refiere al ámbito interno de la propia ciencia, a su naturaleza epistemológica. En segundo, lo que podríamos denominar las relaciones exteriores de la Historia su relación con el mundo. Aún cuando la imbricación entre ambos es tan absoluta que más bien deberíamos de hablar de fusión, me interesa centrarme en el segundo, dado que mi dedicación docente está orientada hacia la Didáctica de la Historia. Permítanme reflexionar brevemente sobre esta parcela la Didáctica, la enseñanza de la Historia.

¿Para qué enseñar Historia? ¿Qué sentido tiene enseñar Historia?

Si la historia tiene alguna virtud que justifique su enseñanza, con carácter universal, obligatorio, ésta ha de encontrarse en su capacidad para influir en nuestra vida de forma efectiva. Conste que no he dicho para explicar nuestro pasado. Porque, ¿para qué explicar el pasado, si ya es pasado (pensará mucha gente y sobre todo muchos alumnos de Secundaria y aún de Universidad), es decir, inamovible, estático, muerto? Es su importancia de cara al presente, para situarnos ante nuestra realidad, es decir, tomar partido social, política y moralmente, y actuar en consecuencia lo que ha de importar.

En definitiva, preguntarse por la oportunidad de la enseñanza de la Historia significa preguntarse por la función socio-política de la Historia. Según se responda, entonces, a la cuestión sobre esa función, se responde a los interrogantes sobre qué, cómo, y porqué estudiar o enseñar Historia.

Mi particular opinión es que el Manifiesto Historia a Debate incide de manera especial en esta forma práctica de entender la Historia y su función, y lo hace de manera coherente, consistente, como intentaré demostrar.

Lo primero que quiero remarcar es la reivindicación explícita que se hace de la función ética y el compromiso social del historiador la propuesta 15 dice «El primer compromiso político de los historiadores debería ser reivindicar, ante la sociedad y el poder, la función ética de la Historia», y la 16 está explícitamente dedicada al compromiso, mientras que la 17 nos recuerda que el historiador no puede escribir al margen del tiempo vivido.

¿Pero en qué ha de consistir ese compromiso, cómo se realiza desde la Ciencia Histórica? Lo primero, y cito, consiste en «combatir, desde la verdad que conocemos, aquellos mitos que manipulan la Historia y fomentan el racismo, la intolerancia y la explotación de clase, género, etnia». Los mitos, es decir, los supuestos que justifican cualquier exclusión. Pero no sólo son mitos las manipulaciones que fundan el binomio identidad/otredad. También podemos leer «La Historia profesional ha de combatir aquellas concepciones provincianas y neoliberales que todavía pretenden confrontar técnica con cultura, economía con sociedad, presente con pasado, pasado con futuro». Porque la separación entre pasado, presente y futuro también es de naturaleza mítica. De esta escisión apriorística nace la falsa certeza de que nuestra actualidad y realidad particular implica un a superioridad respecto a todo otro. De ahí su llamada de atención hacia el fin de las filosofías finalistas de la Historia, esto es, la idea de que existe una finalidad, una dirección teleológica en la Historia hacia la que indefectiblemente avanzamos, filosofías finalistas que no han de entenderse referidas únicamente al delimitamiento metafísico de un fin histórico predeterminado, sino al falaz convencimiento de que el camino recorrido, que nos ha traído hasta aquí, era necesario, el mejor y correcto (entendido a la manera occidental y capitalista) y por tanto sólo cabe perseverar y profundizar en él.

Por eso, y frente a este desdibujamiento de un progreso cierto, lineal, indubitable, es sin embargo imprescindible, hoy quizás más que nunca hoy, encajonados entre, por un lado, el relativismo, sea autoafirmador y lepeniano o blandamente pseudodemocrático y defensor de cualquier particularismo, y por otro, el imperialismo de la globalización economicista, es necesario, digo, insistir en la defensa de la universalidad humana, y la extensión general e irrestricta de lo que consideramos valores básico educación y salud, justicia e igualdad, paz y democracia (propuesta 16), configurando de esta manera lo que los autores han dado en denominar una Nueva Ilustración, que se fundamenta en el conocimiento, el saber que nos hace libres la Nueva erudición de la segunda propuesta.

De esta forma, concebida así la historia, tal y como yo entiendo este Manifiesto de Historia a Debate, la practicidad de nuestra ciencia se hace evidente ella es la que nos muestra la realidad del pasado del que procedemos y cuyas decisiones y determinaciones siguen hoy condicionándonos. Y sólo su conocimiento, el conocimiento real y desprejuiciado, científico, del mismo nos coloca ante nuestra auténtica realidad actual, libre de mitos, mixtificaciones y justificaciones del statu quo, ilustrándonos y permitiéndonos pensar, como quería Kant, por nosotros mismos, libres del peso de la tradición y de la guía de interesados tutores. De esta forma el conocimiento histórico se transforma en algo vivo y actual, en algo, en palabras de Nietzsche, útil para la vida.

El Manifiesto de Historia a Debate, en definitiva, argumenta y defiende, desde el compromiso ético, social y político, la necesidad de la Historia, y por ello de su enseñanza y su conocimiento, para construir el futuro y poder ser, vivir, libres.

Muchas gracias por su atención.

Ángel Soto Gamboa
Universidad de los Andes (Chile)

Tradicionalmente el análisis del presente se tiene por cosa propia de la Ciencia Social, marginando a la Historia porque es pasado. Sin embargo lo histórico es una dimensión ineludible de lo existente y no sólo de lo que ha existido. Fue Fèvre quien sentenció «para hacer Historia volved la espalda resueltamente al pasado; vivid primero mezclados con la vida».

En la actualidad hay coyunturas que no son ajenas a la Historiografía y a los historiadores. Éste busca sortear el escollo de la ideología pero está inmerso en un mundo concreto, en sus entramados socioeconómico, político, estructura, idea, creencia; en un mundo en movimiento que a veces se presenta convulsionado. Así la construcción histórica está en íntima relación con los problemas e interrogantes de la sociedad en la que el historiador vive. Frases como «La Historia hija de su tiempo» nos recuerdan que, ésta no se alimenta de sí misma, sino de la sociedad en la que está inserta.

Por tanto los historiadores han de reflejar las preocupaciones cambiantes de las diversas sociedades en sus distintos momentos. Nuevas e inéditas realidades sociales lo dotan de interrogantes y una sensibilidad que le permita, en el estudio del pasado descubrir y dirigir su atención sobre hechos hasta entonces descuidados. Pero estamos desde nuestro presente al pasado, cada generación estudia la Historia desde sus particulares preocupaciones. Vivimos un presente lleno de sorpresas y a pesar de que muchos tratan de controlar y aún de proyectar el futuro, éste resulta inquietante.

¿Qué ocurre mientras tanto con el pasado, incluso en el más reciente? Se arrincona, se olvida, y es quizás esta renuncia a la memoria donde está posiblemente el riesgo con el que la situación y el clima cultural envuelven a la sociedad. El pasado se aleja deprisa, mientras una cultura de la imagen selecciona las informaciones que obligan a formas de homogeneización que no cuadra con la trayectoria cultural de hombres y pueblos que los identifican y acogen. Y de ahí la necesidad de un pasado que ilumine el presente. La auténtica justificación de la Historia no es inmortalizar a unos cuantos arcanos; forma parte del modo en que los vivos explican su propio lugar y su propio cometido en el mundo. Nos ayuda a ver dónde estamos, dónde queremos ir.

Por tanto la invitación que yo veo en HaD me parece buscar una explicación del presente históricamente, buscando las raíces evolutivas de la realidad actual. Sabemos que los historiadores somos un tanto reacios, no sólo a escribir la Historia a veces, de su propio tiempo, sino que a participar en el debate público en ciertos temas de actualidad. Sin embargo y teniendo en cuenta el debate de ayer por la tarde en esta sala, el seminario como en el que hemos participado, me hace mirar con optimismo el papel del historiador comprometido con su presente; sobre todo si miramos a las generaciones más jóvenes, especialmente estudiantes (y aquí han participado muchos), ya lo han asumido.

El desafío ahora es que la opinión pública entienda este rol del historiador, cuestión que no es nueva pero que hoy se hace imprescindible. Insisto, el Manifiesto de HaD, como las Actas del II Congreso, creo que son un gran paso para pensar sobre una Historia del Tiempo Presente, que busca describir de un modo histórico los procesos sociales en los que nosotros mismos, y no nuestros antepasados, nos hallamos inmersos; buscando una explicación histórica del presente, explorando en las raíces de su realidad actual.

Muchas gracias.

Francisco Vázquez
Universidad de Cádiz

Bien, buenas tardes a todos. Antes de nada querría agradecer a los organizadores del congreso el haber dado la posibilidad a la presentación de las Actas de Historia a Debate en el seno de esta iniciativa.

Querría dar un cierto testimonio personal de lo que ha representado personalmente la iniciativa de HaD cursada a lo largo de todos estos años porque, en lo que me concierne HaD ha sido para mí una verdadera escuela, una licenciatura de ocho años, y por eso no puedo dejar de agradecer a Carlos Barros el haberme en cierto modo, becado para ayudar a constituir esta iniciativa; que no se reduce sólo a las Actas que ahora se presentan sino también, a la organización del congreso, a las listas de discusión, a la presencia en la red, a los seminarios organizados, en fin, una multitud de tareas que, sin solución de continuidad se han ido acometiendo a lo largo de estos ocho años.

Por otra parte, y sin entrar a glosar los contenidos concretos del Congreso, y de estas Actas que ya mis compañeros han avanzado, a mi me gustaría destacar dos aspectos de la empresa de HaD (como empresa historiográfica)

a) Por una parte, su alcance internacional. Se puede decir que el grupo de HaD y el conjunto de actividades que conforman HaD, dan acta del hecho, el «factum» de la descentralización de la Historiografía en nuestro tiempo y la constitución de una comunidad científica trasnacional de historiadores. Y esto intentándose dotar de las tecnologías electrónicas-digitales más avanzados, por eso quizás la estancia más concreta y más material de HaD hoy es virtual, hoy se encuentra en la red; tiene una materialidad electrónica por decirlo así.

b) El segundo aspecto que me gustaría destacar en la iniciativa de HaD es la exigencia de reflexividad como forma de conquistar la autonomía en la profesión del historiador.

Sólo a través del conocimiento reflexivo de ese impensable, de ese inconsciente, no sólo teórico sino también político y social, que gobierna el quehacer de los historiadores, es posible una Historiografía autónoma, una Historiografía que no se convierta en un divertimento o en una máquina de conmemorar eventos. Es decir, o bien en un elemento decorativo de los medios de comunicación, o bien en un instrumento de legitimación de los gobiernos nacionales o regionales.

Sólo si el historiador, y en esto hay un empeño importante en HaD, se dota de un alto grado de exigencia científica, elevando el listín para entrar en el campo; y también se dota a sí mismo de un ejercicio reflexivo. Sólo si es capaz de practicar lo que Pierre Bourdieu llamaba un «socioanálisis»sobre sí mismo, podrá convertirse en el intelectual crítico que parecen excluir estos tiempos en cierto modo recios y sombríos, donde sólo parece haber sitio para los «fast-thinkers», para los pensadores rápidos.

Sólo de este modo se podría convertir la Historia en lo que entiendo y pienso que HaD comparte esta misma perspectiva, que debe ser en un servicio público.

En esta dirección HaD se ha empeñado siempre en que los historiadores no se dejen seducir por las sirenas del éxito mediático; que no sean cómplices tampoco del movimiento que los convierte en un lujo innecesario, en un complemento en el sentido en que en la Alta Costura se habla de «complementos»- en un complemento de la industria del «entertaiment».

Lo que ha defendido y defiende la empresa de HaD es una Historiografía que cumpla con su cometido de servicio público necesario, pues la Historia Científica es eso; una conquista de la civilización y del vivismo, como la salud o la educación públicas.

Por eso tenemos que luchar, y lo seguiremos haciendo en HaD, a escala internacional, contra las tendencias que parecen apuntar al desmantelamiento de este servicio, así como de otros servicios públicos de interés universal.

Muchas gracias.

Julio Pérez Serrano
Universidad de Cádiz

Bien, por último me toca presentar a Carlos Barros, a quien he conocido personalmente aquí, gracias a estas reuniones que estamos teniendo. Creo que presentarlo hoy es una osadía puesto que la mayoría o todos lo conocéis sobradamente (es un poco más pequeño en persona que en la página web, porque ya se sabe que las páginas web tienen una tendencia subjetiva) y para que os hagáis una idea de un poco la persona que aquí tenemos sólo una anécdota muy breve; cuando yo hice la comunión ya estaba luchando por estas ideas.

Carlos Barros
Universidad de Santiago de Compostela
Coordinador de HaD

Muchas gracias en primer lugar a los compañeros que me han precedido. El hecho que trabajemos más en Internet que en contactos personales es consecuencia a que pertenecemos a áreas muy distintas. Aquí pues yo soy Medievalista, el colega trabaja en la facultad de Comunicación Social, contemporaneísta, Filosofía de la Historia, Historia Actual, Historia de la Educación, y así hasta completar todo un cuadro de especialidades y de temáticas cronológicas tanto en Europa como en América.

Cada vez que me piden que hable de HaD insisto que es mucho más útil es que hable el colectivo de colegas que trabajan en la red o forman parte del Grupo Manifiesto, porque todos aprendemos y yo en primer lugar. Estamos aquí además porque a la hora de las anécdotas, Julio, no ha contado lo que me dijo cuando nos conocimos virtualmente, digitalmente. Y es que él llega a un lugar de Argentina, Bahía Blanca, que pertenece a la provincia de Buenos Aires y que está relativamente lejos, y empieza a dar una opinión como embajador de la Historiografía Española e inmediatamente le dicen «Oye, aquí ha estado un gallego ya diciendo lo mismo que acabas de decir tú». Se quedó muy sorprendido; y aquí estamos, hemos seguido caminos paralelos y pienso como dice él que tenemos un futuro común porque creo que la Historiografía Española y en General la Historiografías latinas tienen un espacio muy importante que ocupar en la Historiografía internacional.

En Diciembre de 1995, en un congreso en Zaragoza que se llamó «La Historia en el horizonte del año 2000» que a mí me tocó clausurar, insistía supongo que, ante el escepticismo de más de uno de que la Historiografía Española podía jugar un papel internacional que no había sido posible en los 100 años anteriores; y creo que nosotros hemos hacho los deberes. Creo que en estos últimos ocho años hemos sido capaces, desde Santiago de Compostela, desde la Universidad de Cádiz, de Zaragoza de Las Palmas, etc, un equipo español organizar una red internacional -que en este momento cumbre más de 50 países- con dos listas de correo electrónico una de debate historiográfico general de 1200 colegas y otra de Historia Inmediata con 245 colegas, también en un número elevado de países.

Y eso ha sido posible. Y ha sido posible que este Seminario Internacional de Patrimonio Común y la red Historia Actual, también sea una iniciativa española con eco internacional, lo cual pasa en primer lugar, naturalmente, por América Latina, porque el mundo ha cambiado en el sentido que se está produciendo una globalización alternativa que permite lo que ya explicó Paco Vázquez, es decir, que se pueda tener iniciativas historiográficas desde países que en el siglo pasado han sido dependientes de Historiografías de países teóricamente más adelantados en lo político, en lo económico y lo cultural.

Esto ya no es así y hoy  nosotros podemos decir algo en una historiografía mundial, globalizada, donde hay espacio para las iniciativas historiográficas, porque la crisis de los paradigmas del siglo pasado está dejando un enorme vacío que urge llenar. Nosotros, insisto, creo que estamos cumpliendo la parte que nos corresponde con el esfuerzo de muchos colegas.

Vamos a cumplir ya el año próximo el X Aniversario de Historia a Debate. Una colega que está en el público me decía que ella asistió al primer congreso de 1993. A mí es que esto me parece ya antiquísimo porque la Historiografía y la Historia han evolucionado mucho desde 1993. Nosotros hemos trabajado muy intensamente, sobre todo en los tres últimos años 1999-2000y 2001, porque en Internet hemos estado en contacto diariamente mediante debates; traspasando información de un país a otro; de una universidad a otra; a lo largo de todo el mundo; sintiéndonos una comunidad virtual, pero real, académica y adelantándonos a otras disciplinas que todavía empiezan ahora a organizar por el medio digital redes temáticas internacionales.

Nos hemos beneficiado también, naturalmente, del auge del castellano en Internet y fuera de Internet y en otros países como Estados Unidos que no son en sí latinos, pero que tienen un a importante presencia latina en las universidades. De hecho, los tres pies en este momento de HaD como proyecto son España, América Latina y los colegas latinos de las universidades norteamericanas. A mí me gusta decir que necesitamos diez años más para este paradigma en formación que tantos estamos tratando de construir llegue a buen término, entre otras cosas porque no tenemos ninguna verdad absoluta. Y porque como ya he dicho, ya en alguno de los debates de este seminario estamos como aquel que atraviesa un río poniendo un pie en una piedra y con el otro pie alto tratando de buscar otra para ponerla en el lugar que permita dar otro paso hacia delante. Y así hemos ido avanzando.

Tenemos en este momento un marco Historiográfico común, que ha costado mucho trabajo llegar a él. Todos sabemos que trabajando en departamentos, en áreas de conocimiento, universidades, es muy difícil que coincidamos en algo como para trabajar juntos fuera del despacho. Pero este año es la octava presentación. Porque también hacemos actividades presenciales que hemos realizado y han participado probablemente unos 200 o 250 colegas en Mar de Plata, Buenos Aires, Concepción de Uruguay, Lima, Pontevedra, Albacete, Lleida y hoy aquí en Cádiz (desde octubre). Estas han sido las actividadades presenciales que hemos tenido en América Latina y en las diferentes comunidades autónomas españolas durante este curso. Hemos comprobado, como nos ha pasado hoy aquí, esta coincidencia de fondo, que es, creo, el mayor logro en la época de certidumbres de HaD, y es resultado no de una ocurrencia de un colega que inmediatamente todos siguen; sino el resultado de un debate intenso en dos Congresos. Hemos editado ya nueve volúmenes, y desde que estamos en Internet en decenas de debates con cientos de mensajes de historiadores de ambos lados del Atlántico y otros muchos países porque somos 1500 profesores de cientos de universidades que estamos unidos a través de la red digital.

Otra idea es que HaD ha seguido tres etapas muy diferenciadas

-La fase de los Congresos, que era la vía de intercambio académico habitual. Hemos celebrado el Primero en 1993 y el Segundo en 1999, siempre coincidiendo con años Jubilares. Lo solemos hacer en Santiago de Compostela con el patronazgo de la Xunta de Galicia, como una especie de peregrinación internacional de historiadores a la sede compostelana para estudiar y debatir la situación de nuestra disciplina en el mundo. El Primero fue, creo, una sorpresa en participación, en incidencia en nuestra disciplina en diferente universidades y países. Pero el Segundo si cabe fue más importante para nosotros porque nos dimos cuenta que en la situación internacional de la Historiografía era imprescindible pensar por nosotros mismos. Es decir, buscar soluciones alternativas a la llamada «crisis de la Historia» sin esperar pues, que de Francia, Inglaterra o de EEUU vinieran las soluciones, una vez comprobado que ellos estaban ten confusos como nosotros a consecuencia de la caída o de la crisis de las certezas historiográficas que guiaron nuestra profesión a lo largo del siglo XX.

-La siguiente fase es el paso intermedio de estos tres años (1999-2001) porque sentimos que ejercemos un oficio en colectivo y eso en medios académicos donde prima lo individual, la diferencia departamental, la diferencia entre facultades, la diferencia entre universidades y entre países, es muy importante. Otros aspectos son, primero el carácter transversal de nuestro movimiento y segundo que nos sentimos parte de algo que tiene una utilidad científica, una utilidad crítica, y una utilidad social. Y es bueno comprobar que desde el ámbito académico latino se podían hacer cosas como es ya hoy HaD como red digital y como movimiento historiográfico que no existe en ámbitos francófonos y anglófonos por lo que nosotros sabemos hasta este momento.Tenemos una red estable que funciona diariamente y centrada en el debate. 

La tercera fase ha sido constituir el Grupo Manifiesto (del que se ha hablado ya aquí). Es decir, concentrar en 18 puntos aquello en lo que estamos de acuerdo para ejercer el oficio de historiador en el siglo XXI. Eso se ha terminado de redactar el 11 de Septiembre del año 2001. No es casual porque corresponde a un giro histórico, pero también a un giro historiográfico. Se ha elaborado a través de Internet, es decir, un borrador y un grupo inicial de 24 colegas (entre los que estaban representando a la Universidad de Cádiz el profesor Francisco Vázquez). Hemos sido capaces, no sin debate y no sin dificultad, de llegar a un acuerdo en 18 puntos que está generando una escalada de adhesiones que nosotros queremos que sean muy pensadas porque no se trata sólo de adherirse a una posición historiográfica, sino de ser consecuente con ella; cada uno en su área; cada uno en su departamento, en su Facultad, Universidad y país. En este momento hay 108 historiadores de 17 países que forman parte del Grupo Manifiesto, que es una especie de círculo interior de una red que ya es enorme y que llamamos y conocemos como HaD y que estamos actuando como un gran comité editorial que trata de orientar, de ayudarnos a mí y a los que estamos en Santiago de Compostela a orientar esta gran red que se está transformando en un gran movimiento.

Muy pronto hemos visto claro que el debate no es suficiente, que es necesario generar ciertos consensos y que a su vez continúen estos nuevos consensos a debate. Nosotros mismos somos conscientes que es necesario revisar periódicamente este manifiesto historiográfico, porque la historia que se escribe cambia en la medida que la historia cambia. Y hoy sabemos hasta qué punto desde la caída del muro de Berlín, antes y después del 11 de Septiembre, la Historia está produciendo acontecimientos sorprendentes, paradójicos. Mientras esto sea así sabemos que no podemos llegar a una situación que se llama por parte de Kuhn de ciencia normal. Argumentando como pasaba en los años 60 y 70 del siglo pasado en este momento podemos decir que tenemos más reglas comunes para el ejercicio del oficio del historiador. Probablemente eso tardará un tiempo en poder decirlo y nosotros somos conscientes de que la plataforma historiográfica en la que estamos de acuerdo -y que guía nuestro trabajo como historiadores en diferentes áreas y épocas cronológicas-, es provisional, pero no por eso menos cierta y menos firme.

Siempre desde 1993 hemos tenido muy claro que no hay que regodearse en la crisis de los paradigmas del siglo pasado; el neopositivismo, Annales y el marxismo; que hay que ir más allá, que hay que dar alternativas, que hay que crear algo que, en buena medida, HaD ya lo ha logrado o ya está siendo, es decir nuevas corrientes historiográficas, nuevas corriente intelectuales que se adapten a un siglo que es muy distinto del que hemos dejado atrás. Por eso a nosotros nos llena de orgullo poder decir que somos la primera tendencia historiográfica explícita del siglo XXI y que tiene una base latina, aunque una proyección global.

Yo no lo hablé aquí, pero creo que era lo que me quedó en suspenso cuando no sabía como seguir una frase, y es que el 15% de los participantes en nuestras listas no son hispano-parlantes. Pertenecen a países tan distantes como Nueva Zelanda, Japón o algún país africano o asiático. Y siguen nuestros debates a través de unas horrorosas traducciones automáticas porque no tenemos medios económicos para hacer traducciones profesionales de nuestros mensajes del castellano al inglés- lo cual es una actividad bastante heroica, y demuestra el interés que suscita HaD en el mundo no latino. A eso vamos a tratar de responder con alguna iniciativa de la que hablaré al final.

Nuestros proyectos Inmediatos para el 2001 y 2004 hemos tenido que ponerlos blanco sobre negro en un papel, porque acabamos de solicitar la renovación del proyecto de investigación que entre Congreso y Congreso  nos permite, malamente, pero no dejamos de agradecerlo, sostener una actividad, una red temática enorme que está hecha en base a mucho trabajo voluntario. Y no me refiero al equipo coordinador de Santiago de Compostela sino, en general a colegas que están repartidos por universidades de todo el mundo. Y allí hemos puesto y hemos divulgado para su discusión en nuestra red, nuestros objetivos para los próximos tres años:

-En primer lugar difundir y debatir el Manifiesto. Probablemente lo revisemos de una manera global en el 2004 después del III Congreso. Pensamos que podemos llegar a un número de suscripciones de 300, 400, en este período y siempre con la exigencia mínima siempre, naturalmente, pero en todo caso necesaria de que, la adhesión a estos puntos mínimos sea consecuente  con una contribución a una actividad de promoción de estudio, de desarrollo de unos planteamientos historiográficos que están en construcción y que exigen todavía muchos avances para poder realmente desarrollarlos hasta el final.

-Probablemente este año sacaremos el primer número de HaD como revista, que es algo muy solicitado de todos los ámbitos de la red, y que tendrá cuatro números digitales al año y un número en papel, que será una selección de los trabajos más interesantes. Es muy esperada la aparición de la revista HaD porque va a llenar el espacio entre congreso y congreso para que nuestra reflexión, nuestros debates y nuestra práctica historiográfica se manifieste a través de artículos largos( el típico «paper» de 20 folios). Lo digo porque cuando accedáis a la página web, o si os suscribís a la lista de correo electrónico veréis que el intercambio de información relevante es a través de mensajes de correo electrónico breves, que a veces son muy sustanciosos, porque puede haber 1 ó 2 muy interesantes, pero claro, es muy difícil desarrollar un planteamiento historiográfico en tan corto espacio. Por eso queremos que esta revista salga este año. Va a tener un capítulo de editoriales y debates ya con artículos largos. Habrá un apartado de Historia Inmediata y nos permitirá avanzar con más fuerza hacia delante en este trabajo que nos hemos dado a nosotros mismos la construcción de un nuevo paradigma historiográfico.

-Vinculada a la revista, Juan Sánchez me lo preguntaba hace poco y ya respondo aquí públicamente, porque es una inquietud de muchos colegas, queremos lanzar un grupo de trabajo e investigación entre colegas de diferentes áreas, alrededor de temas como por ejemplo, en primer lugar, la Historia Inmediata; y hay muchos colegas que están trabajando sobre este tema de Historia Inmediata y Actual, pero queremos hacerlo de una manera ordenada. Y que puede ser esta entre otras las líneas de investigación en la que se plasme nuestro marco historiográfico. Otra será seguramente, aunque no se ha discutido ni en Grupo Manifiesto ni en el conjunto de la red, el hacer historiografía con los conceptos de cambio de paradigmas, el concepto de paradigma y comunidad de especialistas elaborados en un principio, con sus defectos, por Thomas S. Kunh, que ha revolucionado el mundo de la Ciencia y que nos ha servido a HaD para entender nuestro papel en este cambio de paradigmas histórico-historiográficos entre el siglo XX y el siglo XXI. Otro de lo que hemos hablado ya en el II Congreso, de intentar una historia narrativa que sea rigurosa y que al menos pueda superar a la ficción. Porque algunas fuentes superan, con los datos que ofrecen, a la ficción sin abandonar el campo de la historia ciencia. Y otras muchas que surgirán como hongos cuando planteemos esto en el Grupo Manifiesto y la red.

Internet permite esto. Permite estando en universidades y países distintos trabajar juntos también en el campo de la investigación empírica. No lo hemos hecho hasta ahora porque nos parecía muy confuso intentar plasmar en la práctica la temática, el trabajo de archivo, y nuestras alternativas historiográficas. Si no teníamos claro cosas tan evidentes como cómo redefinir la historia como ciencia, la relación del historiador con la sociedad o la relación con la Historiografía más avanzada del siglo pasado como son Annales, el marxismo y el neopositivismo. Ahora que eso, después de una serie de años de debates, de contactos está, por lo menos para nosotros, suficientemente claro, intentaríamos dar el paso, que es decisivo, para una disciplina como la nuestra que se fundamenta en el trabajo de investigación con fuentes; y es animar líneas de investigación que se correspondan a nuestro paradigma, digamos, teórico.

-También tenemos previsto para el año 2003 celebrar como un balance de lo que han sido, lo que han significado estos últimos diez años, el X Aniversario de HaD. En Julio del 2004,  si el Apóstol Santiago lo permite, que espero que sí, patrono de Galicia, patrón de España, celebrar el III Congreso en Santiago de Compostela, que será un hito , espero, que supere a los dos anteriores, porque va a coincidir con el momento en que junto con el debate en  este caso presencial, con una representatividad internacional, y espero que igual o mejor que en las versiones anteriores, avanzar en el debate y también en la construcción de esa alternativa historiográfica para el siglo XXI.

-Nos estamos planteandp, para llevar más nuestros planteamientos y el espíritu latino de HaD fuera del ámbito académico de España, América Latina y los departamentos de historia y otras disciplinas latinas en Estados Unidos,  llevarlo a otros ámbitos académicos. Queremos crear una lista en inglés que probablemente nos aventuremos en este trienio.

-Estamos pensando, todo depende también de momento de la financiación pública adecuada, en un proyecto europeo, para implicar más a otros países europeos en este planteamiento que ha nacido en España y que se apoya en el mundo historiográfico latino. Y ya os anuncio que desde hace un tiempo está en nuestra página web los resultados de la gran Encuesta Internacional que hemos hecho con 600 respuestas de un número muy elevado de países y especialidades históricas y que es una verdadera sorpresa. Estamos impactados por los resultados. Creo que confirma bastante, digamos, nuestras apuestas historiográficas y las matizan y las precisan. Tanto es así que podéis observar en porcentajes y en gráficos las repuestas de estos 600 historiadores, que es una muestra de los 30.000 a los que hemos dirigido las encuestas. Entre ellos está, por ejemplo el profesor Alfonso Franco, que está aquí. Lo recuerdo porque está en la lista que estamos publicando en Internet de todos los colegas de todo el mundo que han participado, algunos nombres muy conocidos y otros no tanto, pero que tienen algo que decir. Y yo todavía cada vez que me acerco a uno de los gráficos me sorprendo de la diferencias que hay entre esa impresión que tenemos de cómo está nuestra disciplina y cómo resulta de este sondeo, que no es un sondeo como los electorales, pero que es muy representativo de esa franja de la historiografía internacional más preocupada por los problemas del oficio del historiador y el futuro de nuestra disciplina y por lo tanto más decisiva sobre las diferentes alternativas y el éxito de unas y otras de cara a este siglo, cara al desarrollo historiográfico de este siglo que se ha iniciado, pues con tanta fuerza histórica hace dos años. De momento no hemos entrado en un análisis, que será un poco el análisis que hagamos los miembros de ese proyecto de investigación, un proyecto oficial financiado por la Xunta de Galicia, y será un análisis en el Grupo Manifiesto y en toda la red y que nos dará muchas pistas. Muchas veces el cómo somos realmente no coincide con el cómo pensamos que somos, de una manera impresionista a título individual. Y es que además se trata de un estado de nuestra disciplina en el mundo, con un peso muy importante de la historiografía latina que no es un defecto, sino todo al contrario es una virtud. Porque es la base en que nosotros nos queremos apoyar. Por una razón muy simple. Los países latinos desde el punto de vista académico historiográfico, no en general, han sido un lugar de encuentro de las diferentes tendencias historiográficas que han venido fundamentalmente de determinados países europeos. Eso nos ha permitido con menos lastre afrontar de una manera, creo, más creativa -es la ventaja del retraso- todo esto de proponer una nueva manera de ejercer el oficio de historiador en un siglo que es históricamente tan distinto al siglo XX.

-Nada más. Estamos en u período de descentralización de nuestra red, es una red enorme. En América Latina, en Venezuela, en México y algún otro país como Argentina está en proceso de creación Comités Nacionales de HaD y en este curso como veis por la lista de visitas que estamos haciendo a diferentes universidades españolas nos estamos planteando centrarnos más en nuestra base natural que son los departamentos de Historia de las diferentes universidades de las diferentes comunidades autónomas españolas, porque además, la Historiografía Española está pasando por un momento de cambio importante e HaD tiene la responsabilidad de decir algo sobre este cambio con el espíritu de tolerancia, y de debate que nos ha caracterizado siempre.

Hemos aprendido de las tendencias historiográficas del siglo XX que el sectarismo, en este caso académico, produce unos efectos muy nefastos para una disciplina, y como fue el caso de Annales cuando descalificó toda una Historia entendida como aconticimental, historizante, etc. Yque sin embargo tenía elementos positivos que ellos mismos han ido descubriendo a lo alargo del tiempo. Nosotros no hacemos eso. Siempre pensamos que con un planteamiento historiográfico con el que no estamos de acuerdo tenemos algo que aprender y avanzamos en el debate en el diálogo, recogiendo algo siempre del que no piensa igual que nosotros. Es una nueva forma de democratizar la deducción de una disciplina como la nuestra.

Ahí os esperamos; habréis observado que hemos hecho fotografías, que estamos grabando todo. Se va a transcribir, se va a publicar en la red. Nuestra página web recibe 14.000 visitas de colegas de todo el mundo al mes y allí se le dan buena parte de lo que aquí estamos diciendo.

Y por último os ofrezco la posibilidad, como hacemos en todas la reuniones y presentaciones de HaD de suscribiros a nuestra lista de correo electrónico que es una manera de entrar en esta comunidad virtual, pero real que es HaD.

Aquí, cuando termine mi intervención, termina la presentación de HaD porque hacemos «robado» un tiempo al desarrollo del Congreso. Hay ponencias que presentar y de todas formas aquí tenéis para los que estéis interesados en recibir información y en participar en nuestros debates, dejad aquí vuestro nombre, la institución a la que pertenecéis y vuestra dirección de correo electrónico. No sé si ha quedado claro, pero os puedo decir de verdad que HaD la hacemos todos y contamos para ello con vosotros, porque cuantos más seamos significa más opiniones, más voluntades y por lo tanto más posibilidades de que el siglo XXI suponga un amanecer para nuestra disciplina, como lo supuso el nacimiento de la Escuela de Annales, por ejemplo, entre la Iª y la IIª Guerra Mundial. Tenemos buenos ejemplos a seguir y tenemos otro momento histórico. Tenemos que ser capaces también generacionalmente de dar la respuesta que otros han dado en otro momento parecido y ayudar así a que la Historia y en general la universidad cumpla su función pública, su función de crear conocimiento y su función crítica y de utilidad social.

Nada más y como ya tenemos que dejarlo aquí para que el congreso continúe no sé si Julio quiere decir alguna palabra más de despedida.

Julio Pérez Serrano
Universidad de Cádiz

Solamente agradecer, que ha sido para nosotros un privilegio escuchar en directo lo que son los planes inmediatos de HaD, y bueno, como todos saben, Carlos va a estar también por aquí esta tarde y mañana, y si hay interés -y confío que lo haya- que entren en contacto con él aquellos que quieran suscribirse; hay que decir que es gratuita la suscripción (que eso es muy importante)

Y bueno, y ya le pasamos, si no les importa, la mesa a los coordinadores de la sesión para que acabemos la sesión de comunicaciones de esta tarde. Nada más y muchas gracias.