En el marco del III Congreso Internacional de Historiadores Latinoamericanistas y del Caribe  que se celebrará en Pontevedra (Galicia, España) los días 22-26 de octubre de 2001 tendrán lugar dos actos de Historia a Debate.

Presentacion pública de Historia a Debate el mismo viernes, 26 de octubre, a las 16 horas, en el Pazo da Cultura de Pontevedra, a cargo de:

Sergio Guerra,
Universidad de la Habana

Juan Paz y Miño,
Pontificia Universidad Católica del Ecuador 
Constantino Torres
Universidad de la Habana
Luz Varela
Universidad de los Andes

Carlos Barros,
Universidad de Santiago de Compostela y coordinador de HaD

Carlos Barros
Universidad de Santiago de Compostela-Coordinador de Historia a Debate

Reinaldo Rojas
Universidad Pedagógica Experimental Libertador de Venezuela

Juan Paz y Miño,
Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Constantino Torres
Universidad de la Habana
 

Luz Varela
Universidad de Los Andes
, Mérida, Venezuela.

 

 

Carlos Barros 
Universidad de Santiago de Compostela-Coordinador de Historia a Debate

Los que hayáis estado en la reunión de esta mañana ya os anunciamos, como está en el programa, que íbamos a presentar las actas del congreso de Historia a Debate del año 1999, y esta mañana no nos extendimos demasiado en explicar qué es Historia a Debate porque contábamos con esta reunión. Y aquí está Juan Paz y Miño, de la Universidad la Pontificia Católica y de la Universidad Católica de Quito, Reinaldo Rojas de la Universidad Libertadores de Venezuela, y yo, Carlos Barros de la Universidad de Santiago de Compostela y coordinador de Historia         a Debate. Vamos a hablar también de qué es Historia         a Debate, y para eso le doy en primer lugar la palabra a Reinaldo Rojas.

Reinaldo Rojas 
Universidad Pedagógica Experimental Libertador de Venezuela

Buenas tardes. Estimados colegas, primero es muy placentero para mi compartir este fin de evento, en este congreso. Estamos muy satisfechos de la labor que se ha realizado. Compartir finalmente la presentación de estas Actas del congreso que se celebró en 1999, en la cual pude participar como ponente, y además compartir igualmente con Carlos, como colaboradores, amigos, españoles, este proyecto de crear un espacio crítico abierto al diálogo y al debate sobre el destino de la historiografía universal. Yo pienso que se trata especialmente de abrir un área, un espacio institucional , un espacio de diálogo, de debate, sobre un tema el cual a veces nosotros pasamos un poco por el lado, que es relacionado con el debate teórico, el debate conceptual y de método de nuestra disciplina. Y por eso me ha llamado siempre la atención. Se trata de un elemento realmente definitivo a tratar desde la historia, desde la labor historiográfica y de la praxis, la teoría, el método y todo lo que corresponde a la conceptualización de la historia. Hemos estado         acostumbrados, a veces, a mirar desde un espacio moderno, activo, el debate que se hace en el campo de la filosofía o de epistemología de la historia, pero se trata de una llamada que por cierto hacía muchos años el maestro Vilar, de que el historiador debe prepararse y debe integrarse, y debe participar en la reflexión teórica y de métodos sobre su disciplina.

Ese es el centro, uno de los centros fundamentales de Historia         a Debate: participar en ese debate, organizar, promover. Y nos hemos encontrado en ese sentido en un momento de crisis llamada crisis de la ciencia del pensamiento histórico, que hace que Historia a Debate haya tomado en consecuencia un nuevo, un papel, un rol muy importante ya que el mismo debate ha venido generando este camino que en un primer momento, que en esta segunda fase se ha traducido en la elaboración del Manifiesto que queremos poner en manos de los historiadores del mundo para llamar la atención acerca de la llamada crisis de la historia y de la historiografía.

No queremos solamente mirar hacia atrás por mirar hacia atrás, y tampoco quedarnos en el presente del debate de la fragmentación y del inmovilismo de la historiografía actual, sino que pretendemos retomar del pasado lo que es retomable, elaborar conceptos, retomar el concepto de la crítica, del compromiso hacia el ser humano, hacia la historia misma de la cual somos parte, y entonces de allí que, pienso que la propuesta que estamos haciendo recorrer es un punto de referencia para el debate de una historia que no pretendemos que sea la única, sabemos que existen muchas tendencias y existen muchas escuelas y existen muchas maneras de pensar, pero creemos que sería terrible para la historiografía universal que nos quedemos en el momentos actual, un momento que llamo de fragmentación y de dispersión, que forma parte, casualmente, de una tendencia historiográfica que se está desarrollando en los grandes centros de producción de conocimiento histórico. Por eso el hecho de que haya sido en Santiago de Compostela, el hecho de que haya sido en España, y que nosotros los hispanoamericanos, los latinoamericanos, estemos formando parte de esto, y estemos respondiendo también de una manera activa a este llamado que nos ha hecho, entre otros, Carlos Barros, y estos colegas de otras latitudes de Europa y de América. Nos parece importante, máxime que nosotros creemos que es fundamental en este momento, en esta transición, en esta crisis, verla como la gran oportunidad de pensar la historia de otra manera, verla desde nuestras realidades, y por qué no decir, por qué no pensarla también en español.

Nosotros hemos vivido siempre de los grandes centros de producción histórica, de la traducción que a veces nos llega a destiempo y hemos tenido el temor, quienes hablamos español, de pensar la historia desde nuestra propia lengua. Tenemos, muy importante en el caso de América Latina, una importante historia de la historiografía latinoamericana. Tenemos historiadores y un camino bastante amplio que hemos recorrido, hoy se aprecia casualmente en este tipo de encuentros, el que hemos tenido aquí, el que hemos tenido hace poco en Rusia. Tantos eventos que hemos tenido donde el historiador latinoamericano tiene que estar presente, no para que se estudien sino también para participar con nuestras propias versiones y perspectivas de lo que es la historia nuestra y lo que es la historia del mundo. Historia a Debate es una oportunidad, y yo quiero expresar a Carlos nuestro agrado, este espacio que se ha abierto, esta oportunidad. Quiero que el trabajo que se nos presenta ahora es grandísimo porque se ha hecho camino. No creo que haya existido nunca esa dimensión inicial, el trabajo que se ha abierto sino que la propia demanda de espacio de discusión de posiciones ha hecho de Historia a Debate una referencia, que hoy debemos de darle cauce, darle forma, sin transformarla en una tendencia específica porque tal vez no sea el objetivo como tal, sí transformarla en una referencia de pensamiento y de acción en el campo de la historiografía y del pensamiento social.

Y realmente creo que tenemos que trabajar, divulgar este documento para transformarlo en un nuevo documento historiográfico fundador de una visión de la historia más cercana a nuestras comunidades y nuestros pueblos. Una historia menos individual, una historia que no se excede en la representación y en el discurso sino que también transforme en una herramienta de comprensión y de cambio, y que a la vez sea un movimiento de construcción de un movimiento positivo y constructivo, y porque así lo requieren, hoy más que nunca, nuestros pueblos y nuestras comunidades.

Los acontecimientos que estamos viviendo son, realmente, retos para el historiador e Historia a Debate, igualmente que ha discutido los temas de la historia del presente, la historia inmediata, la historia actual, etc. ha sido desbordada por la demanda de respuestas desde el historiador para los problemas del presente. El pasado por el pasado mismo, y creo que Historia a Debate está dando una importante muestra de esa forma de hacer historia, sin tanta parafernalia sino con acciones muy concretas. Vamos a incorporarnos ahora con mayor fuerza. Hemos aprovechado la oportunidad de la visita de Carlos aquí, a Pontevedra, para concretar, conocernos mejor con los compañeros de Venezuela, y así quisiéramos nosotros que en otras partes pudieran aprovecharse esta oportunidad y fortalecer esa ventana que se nos abre, no sólo para hacer historia en nuestros países y traernos una muestra, sino también para participar en la construcción del saber histórico. Gracias
Carlos Barros

Y ahora darle paso a Juan Paz y Miño, de la Pontificia Universidad Católica de Quito

 

Juan Paz y Miño
Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Gracias colegas historiadores e historiadoras. Yo me voy a referir a cuatro cuestiones. En primer lugar cómo es que accedo a Historia a Debate. Entre mis preocupaciones estuvo la de buscar         a través de Internet redes electrónicas de investigadores que pudieran servirme para mi trabajo en América Latina y particularmente en el Ecuador. Quizás fue para casualidad haber encontrado la red Historia a Debate, pero me llamó la atención la rigurosidad         con que estaba trabajando Historia a Debate, el hecho de que ya habían realizado dos congresos, y que estaba en camino una serie de proyectos que se venían hacia el futuro con el objetivo de desarrollar la historia y vehicular a los historiadores, lo cual me parecía fundamental.

En segundo lugar mi experiencia dentro de Historia         a Debate. Esta fue a Raíz de la que se produjo en el Ecuador el 21 de enero del 2000, cuando un movimiento de indígenas, militares y pobladores derrocó al gobierno electo de Ecuador, y en el último quinquenio era el segundo gobierno ecuatoriano que, en mi país, habíamos derrocado. En ese momento, viviendo el calor del proceso envié un e-mail simplemente relatando mi experiencia, diciendo esto, los indígenas han tomado el poder y de repente parece que es         un cambio revolucionario. Carlos Barros, con la agilidad que tiene, puso ese e-mail en Internet y circuló por todo el mundo y después yo lo reclamé, muy amablemente, pero dije: “no esperaba que esto circule siendo una nota muy personal”. Pero lo cierto es que lo que Carlos hizo al mismo tiempo había dado inicio a un tipo de reflexión que en Historia a Debate me sorprendió a mí mismo, apareciendo como historia inmediata, y se hablaba de la “Rebelión de Quito”. Entonces parece que esta información era más importante de lo que yo mismo, en ese momento, pensaba porque me llegaban e-mails y comunicaciones de muchos países del mundo pidiéndome explicaciones ampliadas del asunto.

Como ustedes trabajan con historia saben que es mejor dejar que el tiempo pase y maduren las condiciones para poder reflexionar algo sobre ellas, y yo opté por dejar que el tiempo pase, y después de un mes envié una especie de pequeña ponencia a Historia a Debate, y consta en la red como lo que Carlos mismo había bautizado como “Rebelión de Quito”. En aquel escrito yo hago pocas reflexiones teóricas e históricas, pero naturalmente queda en evidencia que los indígenas en el Ecuador eran un grupo muy organizado, el que adquirió más importancia en América Latina, y el que tomaba además una presencia histórica significativa a quinientos años de la conquista española. Quedaba en evidencia además que los militares ecuatorianos no eran aquellos que habían caracterizado a América Latina en los años setenta, sino que eran diferentes, parecían revolucionarios y parecían nacionalistas patrióticos y antiimperialistas. Pero también quedaba en evidencia que todas esas aspiraciones           quedaban frustradas porque el 21 de enero terminó a las tres o cuatro horas con el contra-golpe de los generales sobre los coroneles, y con el contra-golpe de la democracia sobre los generales, de tal manera que habría que resaltar el valor de la democracia en América Latina que había triunfado, evidentemente, sobre fuerzas que estaban en contra del movimiento de la historia y de la globalización y del capitalismo. Esa fue mi vinculación más a fondo con historia inmediata, y desde allí cultivé una amistad a la distancia con Carlos y con todas las cuestiones que venían de esta red.

En tercer lugar, y como se extendió Historia a Debate en mi país y en otros menos. Yo pienso que la experiencia de esta vinculación, de esta búsqueda de redes de historiadores me condujo también a forjarme ideas sobre cómo extender redes de historiadores en América Latina y en el Ecuador. En una publicación electrónica que se llama Boletín del Taller de Historia Económica de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, que se cuela a través de e-mail, no tenía todavía la capacidad de hacer todavía una página WEB, pero este boletín permitió integrar a la historia y a la economía en el ámbito académico del Ecuador, y en otros países de América Latina en lo que existía interés. En ese boletín yo informé en michas ocasiones sobre Historia a Debate, y la re se fue extendiendo. Y veo que, ahora, que esa red que se inició en Historia a Debate es bien conocida en Ecuador, aunque todavía no se han integrado todavía historiadores, investigadores, de los         que Carlos me ha comentado, pero que van a integrarse seguramente en el futuro, pero veo que de lo que ha servido es de canal para que el debate de la historia, a propósito de Historia a Debate, se generalice, se amplíe y se profundice, más allá de las preocupaciones locales de la historia en el Ecuador y de lo que seguramente ocurre también en otros países, lo cual es significativo a propósito de esta red de historiadores.

En cuarto lugar el Manifiesto de Historia a Debate. Después de varios meses llegó el manifiesto en su versión original primera         para una revisión y, cuento mi experiencia personal, pues allí coincidían a su vez con algunas de las preocupaciones teóricas e históricas e historiográficas que había mantenido durante algún tiempo. Hice nada más que alguna leve sugerencia y me integré definitivamente a Historia a Debate. Veo hacia futuro que ese Manifiesto se va a constituir en una pieza de reflexión importantísima para los historiadores del mundo, y particularmente también para América Latina, porque el Manifiesto de Historia a Debate está tratando un nuevo paradigma en la interpretación, en la búsqueda histórica de América Latina, que creo que eso es fundamental ya que en nuestra región, además de las distintas corrientes que se puedan detectar hacia la modernidad, persisten algunas de las corrientes que a la época contemporánea parece que ya no son las mejores para explicar         la situación de América Latina y de sus proyecciones hacia futuro. Entonces yo creo que la importancia del Manifiesto de Historia a Debate está precisamente en desafiar a la búsqueda del nuevo paradigma al mismo tiempo que constituirse en un referente para los paradigmas existentes, y naturalmente de reflexión sobre nuestro trabajo historiográfico.

Plantear que la historia no es una simple acumulación de datos y a propósito de ello desarrollar una historiografía positivista, sino también atreverse a decir que la historia puede ser también fundamentada con la propia interpretación, y hasta con la propia imaginación, es un desafío para la historiografía. Nunca quiere decir eso que no busquemos una historia con suficiente peso, fundamento, para reconstruirla, pero sí significa desde mi punto de vista que es un desafío al intelecto para entender al dato concreto, al hecho, más allá de su simple simbolismo y relacionarlo con el conjunto del proceso histórico que la humanidad sigue. Y ahí es donde me parece que el paradigma tiene que cambiar y tiene que ser observado de otra manera.

Estos son los cuatro puntos que yo quería referirles, agregando nada más uno. Sin duda a partir del 11 de septiembre         creo que la historia hacia futuro va a tener unos cambios que todavía no estamos viendo, pero me parece que va         a tener una influencia tremenda en nuestras realidades. De hecho el movimiento indígena del Ecuador que ocasionó la caída de un gobierno el 21 de enero de 2000, y que en ese momento era visto por mucha población como un movimiento, por lo menos, prerrevolucionario, hoy es un movimiento de presencia, ocupa.

Ya hay voces que claman contra la detención de la subversión en mi país a propósito de su vinculación al Plan Colombia, y está ocurriendo, denunciado precisamente por unas organizaciones indígenas, que en la Amazonia hay ciertas, no quiero generalizarlos pero, ha habido ciertas inculpaciones de vínculos terroristas de los indígenas con guerrillas o con el narcotráfico, etc., que dejan la inquietud. Hacia futuro esa podrá o no convertirse en una fórmula de ataque ideológico para detener a un proceso de consolidación de estas poblaciones. Y así es que el movimiento, lo que ocurrió ese 11 de septiembre, parece que podría alterar algunas de las cuestiones hacia las que va nuestra historia inmediata. Espero pues que estas ideas hayan abierto, que es mi intención también, la inquietud respecto a Historia a Debate para que todos continuemos vinculándonos a esta tan interesante e importante red. Muchas gracias.

 

Carlos Barros

Bueno, ahora le toca intervenir a Constantino Torres, de la Universidad de La Habana

 

Constantino Torres
Universidad de La Habana

No se asusten, yo voy a ser breve porque cuando uno es el último en intervenir uno dice: “¿qué voy a decir yo si ya todo el mundo casi lo ha dicho todo? Realmente nosotros estamos concluyendo prácticamente un congreso que ha sido muy productivo, muy largo y muy agotador. Tan agotador que veo aquí algunos cabizbajos, pensativos, no están dormidos, están pensando simplemente, reflexionando de lo que se ha hecho en el congreso. En el congreso este que acabamos de terminar hemos podido encontrarnos los que hacemos historia, lo que nos preocupamos de         la historia, los que enseñamos historia, en latinoamérica y en España, fundamentalmente. Sin embargo Historia a Debate tiene la peculiaridad, característica que ha permitido la reunión de historiadores de las más diversas partes del mundo. Con nosotros han tenido la ocasión de participar en Historia a Debate y nos encontramos allí desde historiadores israelíes hasta historiadores de cualquier otro lugar menos imaginado del mundo.

Y con todo esto la ventaja es que nos permitió confrontar el pensamiento de distintas zonas y de distintos historiadores, de ver qué se pensaba sobre todo en unos momentos en que el tema de moda era la crisis de los grandes paradigmas de la ciencia histórica. Aquello permitió dar un aliento. Los que allí asistimos vimos que la historia no estaba tan en crisis, que lo que prácticamente se estaba discutiendo era la historia que viene y la tarea que nos correspondía a los historiadores. Pero en todos los congresos nos pasa algo siempre, y creo que esa experiencia la tenemos todos aquí; usted quiere oír todas las ponencias, usted tiene varias ponencias que le interesan, ve un programa donde todo está muy bien organizado, usted marca la noche antes: “voy a asistir a esta a las 9, a las 11 voy a esta otra sala a a oír este otro trabajo, después al mediodía me voy a ver a aquel”, pero cuando usted llega todo muy bien organizado, todo muy bien planificado, el retroproyector hace falta en tal sala a tal hora y entonces vamos a poner a fulano que no necesita el retroproyector a primera hora y usted no pudo oír allí lo que usted quería oír. Se trasladó a la otra sala pero fulano, que tenía que llegar a tal hora no estaba y entonces tampoco lo pudo oír. Resumidas cuentas usted oye dos o tres ponencias y no todas las que usted quisiera.

En Historia a Debate creo que el logro mayor que se ha podido obtener, o entre los muchos que se han obtenido, es este: las Memorias de Historia a Debate. ¿Por qué? Porque independientemente del intercambio que hemos podido tener en medio de los debates, en medio de las sesiones, en los pasillos, en el almuerzo, en el contacto directo con los colegas, hemos tenido la ventaja de leer, sino todas si algunas de las más importantes ponencias o trabajos presentados en Historia a Debate. O es aún, estos materiales tienen, a mi entender, la gran riqueza que no sólo tienen la fría exposición de una ponencia sino que tienen también el debate que se suscita en las distintas mesas redondas y podemos ver aquí las confrontaciones de las distintas opiniones.

Cuando a mi me llegaron los primeros tomos de Historia a Debate de la anterior edición, yo doy historiografía, los que enseñamos historiografía, y los que enseñamos historiografía en un país sometido a un bloqueo durante años, donde además el dólar no abunda para comprar los libros a los precios exorbitantes a los que están los libros, a veces, me encontré con el tesoro de la fortuna. Podía darle a mis alumnos algo a leer que tenía :visiones historiográficas contrapuestas, visiones historiográficas desde diferentes puntos de vista, visiones historiográficas desde distintos países del mundo, con distintas posiciones, unas más pesimistas, otras más optimistas, unos que criticaban la historia de las mentalidades, otros que alababan la historia de las mentalidades, unos que hablaban de una historia global o total, otros que además decían que nunca se iba a llegar a una historia global o total, donde se hablaba de la microhistoria, de la historia regional o de la historia local, de la historia política, de la historia de género, de la enseñanza de la historia. Y realmente es un material muy rico. Si Carlos Barros se decidiera a vender algún día este material en Cuba, en dinero cubano, sería, como decimos nosotros, un best-seller en Cuba. Lamentablemente tenemos que tenerlo en biblioteca porque todavía no se vende en pesos cubanos, pero a los que tengan aquí la posibilidad de comprarlo yo les aseguro que vale la pena         no sólo participar en los congresos de Historia a Debate sino tener el material de la revista Historia a Debate y el acceso a Historia a Debate por Internet en estos momentos.

 

Luz Varela
Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela.

Yo sabía que debíamos hablar unos cinco minutos. La verdad es que es poco tiempo para todo lo que podríamos decir sobre el Manifiesto pero afortunadamente tenemos la página para continuar debatiendo, hablando, opinando y discutiendo. Y quisiera un poco hablar de mi experiencia personal. Voy a ser rapidita. Cuando yo descubrí Historia a Debate, para mi, fue una sorpresa muy positiva, como lo fue para varias colegas en Venezuela, y particularmente yo me sentía sumamente sola, me sentía así como, aparte de que me habían quitado el piso, de que se habían caído todos los esquemas y todo eso por lo que hemos pasado muchas que nos dedicamos a la historia desde hace unos quince, veinte años, y este, me encontraba sin respuestas, pero sabía que podía haber respuestas, y no creía en esa postura de poder que decían que no, que de adoptar posturas románticas o nostálgicas, que eso es ser dogmático y que lo que había que hacer era investigar, investigar y ya está, sin ver para ningún otro lado, sino sólo ver el dato y se acabó. Y, por supuesto,         nunca estuve de acuerdo con esto, y la impresión que había además era que las respuestas tenían que venir desde otras disciplinas; parecía que de los historiadores de la cultura, desde los sociólogos, sistemólogos, lo que fuera, pero que los historiadores teníamos que ocuparnos del asunto empírico. Y a mi me pareció, como latinoamericana, como historiadora, como estudiosa de la realidad social, que no podíamos desvincularnos tanto del hecho de tratar de dar respuestas desde la historia, como de ocuparnos de esa problemática social que nos rodeaba y de continuar con un sentido de compromiso social. Para mi eso era fundamental.

Y realmente me ví como en un diálogo de sordos, nadie me paraba. Yo hablaba y discutía, y todo el mundo llegó a decir una vez: “esa mujer le gusta pelear sola”. Y la verdad es que es eso, es que nadie me oía porque a nadie le interesaba esa discusión, hasta que conocí Historia a Debate. A los que le interesaba, bueno mi grupo de investigación, afortunadamente tenía un buen grupo. Yo soy la única que trabaja con historia, y algunos historiadores pero de otras partes fuera de mi facultad. El caso de Diana, de Trujillo, otras personas en Caracas, pero éramos como, algo así, éramos como tres gatos regados por el país.

Y cuando conseguí Historia a Debate pues para nosotros fue un descubrimiento maravillosos. Luego cuando Carlos Barros propone el Manifiesto recuerdo que tiró la propuesta por la red de que el que quisiera se incorporara al Grupo Manifiesto para colaborar con la redacción. Estuve a punto de incorporarme pero como yo tengo fama de metida, a mi me han dicho que soy más metida que una gaveta, entonces yo dije que, preferí no meterme, pero resulta que Carlos me invitó directamente, personalmente. Entonces me sentí encantada y, por supuesto, maravillada de esa propuesta con la cual comulgaba totalmente, que me gustaría que hubiera ido un poco más allá en algunas cosas, pero entiendo que había necesidad de hacer un trabajo, como estaba diciendo hace rato Carlos, que no tuviese tanta fuerza política porque entonces iba a limitar, este, apoyos por parte de otras personas. Entonces había que tratar de hacer         algo, una propuesta a través de la cual los historiadores manifestamos, decimos, pensamos, decimos que estamos aquí, no estamos esperando a que sean los sociólogos u otra gente los que vengan         a darnos sus respuestas. Somos nosotros.

Además tenemos sentido de compromiso social y, sobre todo, algo que me parece extraordinariamente importante, que sea una iniciativa que haya partido del mundo hispano, que sea desde Galicia justamente. Bueno, aparte de que para muchos latinoamericanos Galicia es una provincia más de América Latina. Yo pensaba, hace años,         pensaba que todos los gallegos se habían ido a Venezuela. Después es que me enteré que apenas una pequeña parte de había ido a Venezuela, resulta que hay muchísima más gente en Cuba y en Argentina. Pero la verdad es que siempre veía los gallegos como hermanos más. Por eso me alegro mucho de que esa iniciativa haya salido de España, y particularmente de Galicia, que podamos comulgar de una forma tan coherente, para mi realmente tan hermosa, que me llena; con la cual puedo compartir, con la cual yo puedo debatir. Realmente es muy enriquecedor y me parece que, bueno, no sólo por mi gusto a nivel personal considero que he ayudado mucho en mi crecimiento sino que puede en verdad marcar un rumbo en el mundo de la historia a nivel mundial. Eso es todo, gracias.
Carlos Barros

Bien, me toca a mi completar con algunos datos. Historia a Debate ha nacido en Galicia, pero hace ya tiempo que es un patrimonio mucho más amplio, y no sólo de las universidades españolas y latinoamericanas. Yo voy a aportar algunos datos que faltan en estas intervenciones que he seguido con atención porque no tenemos tantas ocasiones como esta de vernos los que hemos participado en la redacción del Manifiesto. Justifico la ausencia de Sergio Guerra que tenía que estar presidiendo esta reunión, y tiene tareas urgentes, organizativas, que le impiden estar aquí con nosotros. Algunos datos: las actas son tres volúmenes que están aquí. Se ha repartido ahora un folleto para que se puedan pedir para bibliotecas, y quien pueda personalmente. Setenta y nueve ponencias; diecinueve mesas redondas con debates transcritos; ciento cincuenta y siete autores; mil doscientas treinta y cinco páginas en español; gallego, portugués, inglés, francés e italiano; y estamos preparando una edición en Estados Unidos con una selección de ponencias en una editorial americana.

La red; ya habéis visto como ha nacido la lista de historia inmediata, que trata desde un punto de vista histórico, historiográfico, de debatir cuestiones de actualidad que tengan relevancia histórica e historiográfica, y es una lista con doscientos cuarenta y siete suscritos de veinticuatro países, pero la lista básica de correo electrónico que lleva dos años funcionando, somos en este momento mil ciento treinta y un profesores de más de cien universidades de cuarenta y cinco países. En la página Web, que tenéis la dirección en los folletos que se han repartido, hay aproximadamente entre ocho mil y diez mil visitas de colegas mensualmente.

El Manifiesto; ya se ha dicho, hemos participado todos los que estamos en esta mesa con la excepción de Constantino. Participó Sergio por la Universidad de La Habana en su elaboración final, junto con profesores de varias universidades españolas, de otros lugares de América Latina y de Estados Unidos. Corresponde el Manifiesto con la línea editorial que tenemos, oficial de Historia a Debate, para cual solicitamos tres cosas: primero aquel que esté de acuerdo en lo esencial que lo suscriba, ayude en su publicación y divulgación en el mayor número de revistas posible y naturalmente una opinión crítica. Está en preparación en Venezuela una edición del Manifiesto con varios artículos, críticos o en defensa de las posiciones del Manifiesto. Naturalmente en Historia a Debate si nuestros propios planteamientos no entran a debate no tendría sentido. Hemos descubierto en Argentina, yo vengo de una visita por varias universidades argentinas, y hemos hecho reuniones de la lista y presentaciones en tres lugares de Argentina: Buenos Aires, Mar del Plata y la provincia de Entre Ríos, y he comprobado la eficacia del manifiesto en la docencia de Introducción a la Historia, Metodología e Historiografía, y la facilidad con la que los jóvenes captan       algo que está explícito en el mensaje: nosotros estamos trabajando para la nueva generación, para nuestros alumnos, y previendo que es un plazo de diez años, o quince, pues una gran parte de nosotros ya no estará en un papel, estaremos en la jubilación. Y nos preocupa enormemente qué va a ser de nuestra disciplina en ese plazo de tiempo. Historia a Debate, con toda claridad, está trabajando en esa dirección, y creemos que la generación a la que pertenecemos, que es la generación del 68, tiene un gran papel que jugar para que la escritura de la historia del siglo XXI no haga tabla rasa de las aportaciones historiográficas del siglo XX, que han tenido, que han pasado por grandes fracasos pero también grandes éxitos, y sobre todo en un momento en que se nos presenta como última novedad en una serie de países el retorno a la historiografía del siglo XIX, a Von Ranke y a un reduccionismo de la historia a las grandes figuras que todavía a mi edad nos enseñaron que eran artificios de la gran historia. La historiografía marxista, la escuela de Annales e incluso la cliometría no pasaron en balde y no estamos dispuestos a hacer tabla rasa de ese pasado historiográfico, del cual al mismo tiempo somos muy críticos, de aquí el sentido que tiene de que hablemos de un nuevo consenso para el estudio de la historia y de un nuevo paradigma historiográfico.

Como vamos muy mal de tiempo vamos a repasar ahora rápidamente lo que yo creo que son las novedades que en el panorama historiográfico internacional ofrece o puede ofrecer Historia a Debate, y que explica la continuidad en los últimos ocho años de nuestro movimiento historiográfico y con su expansión en los dos últimos años, desde que trabajamos y estamos en contacto diariamente a través de Internet.

Por lo tanto son cosas que estoy diciendo y ya están funcionando, y que se está demostrando su viabilidad. Primero que somos un proyecto colectivo, una red normal y explícita de interés historiográfico intelectual. Sentimos un enorme respeto por las otras redes de ámbito más reducido, ligado a intereses mutuos de tipo a veces académico y material o de otro tipo, o proyectos de investigación reducidos pero nosotros nos planteamos desde el principio Historia a Debate como un proyecto muy amplio, muy abierto, vinculado a intereses historiográficos e intelectuales en una época donde desde la academia y desde la sociedad se nos presiona en una severa competencia para que actuemos individualmente, en plan de superviviencia muchas veces.

De ahí el primer mérito de Historia a Debate. Somos u proyecto colectivo, en marcha, cuyo perfil final no lo sabemos porque estamos cabalgando sobre un cambio histórico que tampoco sabemos en qué va a concluir ni a medio, ni a siquiera, corto plazo, sobre todo a partir del 11 de septiembre.

Segundo. Como ya ha quedado claro aquí, y por la composición de esta mesa, somos un proyecto latinoamericano, y eso es una novedad porque por razones que tienen que ver con la historia de nuestros países respectivos, España por un lado, América Latina por otro, y que tienen que ver con       la historia de la historiografía, por lo menos desde España nunca hemos promovido una escuela historiográfica propia y me parece que América Latina por lo menos podemos decir lo mismo si nos referimos a escuela historiográfica de alcance internacional. Esto es la primera vez que sucede, y es una gran novedad en la historia de la historiografía. Se explica fundamentalmente por la descentralización historiográfica y la crisis de los focos nacionales de renovación historiográfica del siglo XX que está provocando la globalización, que tiene, como todos sabemos, aspectos positivos y negativos, que es mucho más evidente para nuestro conocimiento los negativos. Somos un proyecto digital que se inició con métodos de intercambio tradicional (congresos, seminarios, etc.). Y yo ahí quiero decir que nuestra red digital, que abarca muchas universidades y muchos miles de colegas, ni son todos los que están ni están todos los que son. Y yo aprovecho esta tribuna, como en otras presentaciones de Historia a Debate, para anunciar a los colegas que por razones de edad, o por dificultad técnica, n se manejan en Internet, de que en Internet no se pierde el tiempo. Sencillamente tenemos que cambiar el chip porque la difusión que nuestros trabajos de investigación adquieren por Internet no tiene precedentes, y la experiencia de Historia a Debate. Yo animo a todo el mundo a integrarse, no solo como si fuera un correo postal o un teléfono, sino integrarse en Internet como una nueva forma de comunicación social, como un nuevo medio de comunicación social académica, recordamos que Internet nació en el mundo universitario, y porque es además el contrapeso horizontal que necesitamos en unas       instituciones que se mueven, como sabemos, y en buena medida por necesidad, en la transmisión del saber maestro-alumno de una manera jerárquica en cada centro, a lo que se une la jerarquía entre universidades, la jerarquía entre países, la jerarquía entre especialidades.

Nosotros hemos empezado principalmente reuniéndonos para discutir y reflexionar sobre metodología de la historia, historiografía y teoría de la historia. Ahora hemos introducido problemas profesionales, de docencia de la historia, de problemas de relaciones de historia y sociedad, buscando siempre territorios comunes que nos unieran colegas que investigamos e impartimos docencia en países tan distintos y en especialidades tan distintas. Se trata de un movimiento transversal que sigue muy de cerca los cambios históricos inmediatos, aquí ya se ha explicó cómo nació la lista de historia inmediata, que nos interesa lo que sucede a nuestro alrededor desde el punto de vista histórico, pero también nos interesa porque hemos llegado a la conclusión de que lo que nosotros queremos hacer, y es que la transición histórica siglo XX-siglo XXI nos lleva a no sabemos dónde, y si tenemos muy claro que el margen que tiene el historiador para condicionar la historia de los acontecimientos es mínimo, reivindicamos un margen mucho más amplio, y es escribir en el siglo XXI la historia que queremos los historiadores, no la que se nos imponga desde instancias políticas, los medios de comunicación o las grandes editoriales. De ahí que tenemos que seguir la historia inmediata, para no ser una pluma en el viento, adelantarnos a la influencia que van a tener los grandes acontecimientos históricos en nuestros debates historiográficos, metodológicos y teóricos para, insisto, no ser una pluma en el viento, que es a lo que se refería Juan Paz y Miño que decía que dentro de poco empezaremos a reflexionar sobre cómo va a cambiar el 11 de septiembre y la guerra subsiguiente a la escritura de la historia. Para que no nos lo digan ellos, ni siquiera de otras ciencias sociales si no que nos lo digamos a nosotros mismos. Para       eso necesitamos este permanente de debate, de reflexión y de consenso.

Desde que hemos lanzado el Manifiesto se puede plantear el interrogante siguiente: si Historia a Debate era hasta ahora un faro plural, de diversidad de opinión historiográfica, e incluso a veces política, desde luego nacionales, de especialidades, etc. Qué pasa cuando Historia a Debate, al menos el grupo dirigente que es multinacional por mucho que la coordinación se haga desde Santiago de Compostela, pues adopta una posición política definida, que yo llamaría una especie de tendencia historiográfica de nuevo tipo, porque claro, dónde está el nuevo tipo porque nosotros no podemos sobrevivir al margen de aquellas tendencias historiográficas de facto que criticamos, que son tres: el retorno al positivismo, la continuidad en la historiografía de los años 60 y 70 y la historiografía posmoderna.

No tenemos la verdad absoluta porque no existe, es un problema más de religión y dogmatismo que de ciencia, pero siempre vamos a desarrollar nuestra posición historiográfica en diálogo crítico con aquellas corrientes con las cuales discutimos. Sé que esto choca porque hasta ahora es que tiene algo de poder académico, muchas veces lo sufrimos en cada universidad a la que pertenecemos, lo utiliza para eliminar las posiciones contrarias, las posiciones disidentes, las posiciones que no nos interesan. Para nosotros es todo lo contrario. Si no hay posiciones contrapuestas no existiría Historia a Debate. Y nuestra propia posición oficial, que hoy por hoy está manifestada, plasmada en el Manifiesto Historia a Debate, evolucionará conforma evolucione el debate con otras corrientes históricas y la confrontación con la realidad histórica que evoluciona diariamente.

Termino agradeciendo la presencia de historiadores latinoamericanos en nuestra red porque nos han enseñado una cosa que desde Europa no es fácil de ver: que la historia que escribimos y que enseñamos a los alumnos guarda una estrecha relación con la sociedad que nos rodea, y esa relación debe ser solidaria y de compromiso con los problemas de las grandes mayoría sociales.

Decir, nada más que el compromiso, tal cómo lo plantea Historia a Debate, es sobre todo un compromiso desde el oficio y con el oficio. Y como he prometido al propio interesado y a los colegas argentinos quiero terminar mi breve intervención, porque ahora tiene que iniciarse la asamblea de ADHILAC, dando a conocer, mejor dicho denunciando el caso de un colega de la Universidad de Santiago del Estero, en Argentina, Raúl Dargoltz, que se atrevió desde hace años a hacer historia inmediata, es decir, a utilizar los métodos y los enfoques historiográficos sobre los acontecimientos que él acababa de vivir o que se estaban produciendo en ese momento. Concretamente hizo una investigación publicada en forma de libro sobre lo que allí se llama el “Santigüeñazo”, una revuelta popular en Santiago del Estero en 1993 donde en un motín espontáneo quemaron el tribunal de justicia, la casa el gobernador provincial y el Parlamento provincial y las casa de lo políticos corruptos de esa provincia, particularmente diríamos en palabras gallegas “particularmente caciquil”. Fueron detenidas doscientas personas entre rebeldes, y ninguno de ellos fue procesado, afortunadamente. Por supuesto tampoco fueron procesados ninguno de lo políticos corruptos. El único procesado fue el historiador que contó la historia en un libro. Se le piden de uno a tres años de cárcel y una cuantiosa indemnización económica. Historia a Debate ha iniciado una campaña y hemos explicado todo esto en distintas universidades argentina, y animado a los colegas argentinos a tomar esa bandera en su mano, no sólo por Raúl Dargoltz, sino por todos nosotros. Porque en el mundo que se inició el 11 de septiembre, si se cumplen las peores de la hipótesis, necesitamos una asociación e historiadores sin fronteras que defienda a los colegas cuando lo necesiten. Y en este caso de libertad de cátedra o, mejor dicho, de libertad de investigación, de expresión y de divulgación de los resultados de nuestras investigaciones y por ello sin por ello sin por ello sufrir cárcel o represión alguna.

Nada más. En otras circunstancias responderíamos a vuestras preguntas pero me parece que ADHILAC tiene prisa. Si hay alguna pregunta, alguna cuestión que queráis plantear, por favor, somos todo oídos.
Pregunta (ininteligible)

 

Carlos Barros

En toda Argentina me han planteado, cuando estuve explicando lo que es Historia a Debate, que hay que recuperar la historiografía latinoamericana en el contexto actual y con vistas a un futuro. Os animamos a ello. Eso si que no lo podemos hacer desde Santiago de Compostela, y estoy totalmente de acuerdo con esa parte de tu intervención. De Von Ranke normalmente cuando discutimos no discutimos tanto la complejidad de un autor como dos cosas: las grandes figuras de la historia, también lo conoces ese libro, y otro es eso de que se ha popularizado a través de el, lo haya dicho o no, por supuesto lo dijo, que la historia es “conocer el pasado tal y como fue”. Esa idea absolutista sobre la verdad histórica. Después yo sé que no es el primer colega que en Historia a Debate dice que Von Ranke era mucho más complejo que eso, y eso forma parte de un debate. Ni es el momento ni lugar adecuado. Con esto terminamos la reunión, agradecemos vuestra presencia y a la presidencia saliente de ADHILAC. Gracias

En el marco del III Congreso Internacional de Historiadores Latinoamericanistas y del Caribe que se celebrará en Pontevedra (Galicia, España) los días 22-26 de octubre de 2001 tendrán lugar dos actos de Historia a Debate.

Reunión el viernes, 26 de octubre, a las 12 horas, en la sede del congreso (sala SP-3, Pazo da Cultura) de los miembros de la lista que tengan previsto asistir al congreso, y demás colegas interesados, con el objeto de conocernos personalmente, hablar de proyectos y recoger sugerencias.

Fotos

Asistentes

Carlos Oliva Campos

Oscar Zanetti

Hernán Venegas Delgado

Diana Castañeda Fuentes

María Álvarez-Solar

Arístides Medina Rubio
Universidad Central de Venezuela

Germán Yépez Colmenares

Yvonna Sotelo Pérez

Alejo Maldonado Gallardo

Gerardo Sánchez Díaz
Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad de Michoacán. Morelia,
Michoacán, México

Virginia Ávila García
Facultad de Filosofía y Letras. Colegio de Historia de la UNAM

Ligia Berbesi de Salazar
Universidad del Zulia. Maracaibo. Venezuela
Centro de Estudios Históricos

Belín Vázquez
Universidad de Zulia. Venezuela

Eduardo Nomelí Mijangos Díaz
Instituto de Investigaciones Históricas
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo 

Morelia, Michoacán. México

Juan Eduardo Romero Jiménez
Laboratorio de Investigación Interdisciplinaria del Espejo Público (LITEP)
Universidad del Zulia
Maracaibo. Venezuela

Reinaldo Rojas
Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Barquisimeto. Venezuela

Jaime Alfonso Álvarez Llanos
Universidad del Atlántico
Barranquilla. Colombia

Roberto González Arana
Universidad del Atlántico. Barranquilla. Colombia

Josue L. Sarmiento Lozano
Universidad Nacional de Colombia
Bogotá

Lidia Sarabia
ADHILAC-Cuba

Constantino Torres Fumero
Universidad de la Habana

Teresa Aguirre
UNAM

Carlos Barros
Coordinador de HaD

Israel Sanmartín
IEGPS-CSIC
España

Ignacio Abal
Universidad de Santiago
España

Texto del acto

Carlos Barros
Coordinador de Historia a Debate

Buenos días a todos los miembros de la red, es decir, de los que estáis aquí suscritos a la lista de correo electrónico de Historia a Debate y a aquellas personas que están interesadas en saber lo que es Historia a Debate, y sobre todo el funcionamiento por Internet que es como estamos trabajando. Acabo de regresar de Argentina donde han participado cincuenta o sesenta colegas, miembros de la lista unos y otros personas interesadas que han aprovechado la ocasión para incorporarse a nuestra red académica internacional. Lo primero que voy a hacer es pasar un papel, ya tenemos experiencia en este tipo de reuniones, para que pongáis vuestro nombre y vuestra dirección académica. Y aquellos que no estén suscritos y quieran suscribirse a nuestra lista Historia a Debate, si nos dejan su dirección electrónica nosotros los suscribiremos. Es capital, porque vamos a publicar tanto lo que se diga como las fotografías de todos vosotros, como la lista en Internet. Ya os advierto que en nuestra página están entre ocho y diez mil visitas al mes entre profesores de universidades de distintos continentes. Por lo tanto esta actividad tiene un componente presencial, pero se potencia, naturalmente, a través de Internet en más de cien universidades que acceden a nuestra lista; bien a través de la lista de correo electrónico, bien a través de nuestra web. Por tanto, el papel lo cubrimos ya los que estamos en la mesa y lo pasamos para que lo cubráis todos con esa nota de que si estáis interesados dejéis una dirección electrónica para aquellos que no estáis hasta ahora en nuestra red digital.

Lo segundo es que yo, para no repetir, aprovecho estas reuniones para informar de proyectos inmediatos, consultar cosas, y en fin, concretar lo que va a ser el acto público que celebraremos a las 16:00h en el Auditorio. Realmente los ocho puntos que he estado planteando en Argentina llegan aquí como muy decididos. Alguna duda que había ya voy a exponer la conclusión a la que hemos llegado en algunas reuniones. Por tanto, para los que no conocéis lo que es Historia a Debate os enteraréis sobre la marcha, hablando de proyectos inmediatos y algunos cambios que queremos introducir en el funcionamiento de nuestra red interna. Si tenemos ocasión dejaremos un tiempo al final para preguntas.

Hemos tratado de poner esta reunión en un momento de descanso en un lugar donde sabemos que no se realiza ninguna actividad, y tener tiempo en petit comité para hablar de lo que es la red de Historia a Debate, aquella parte Historia a Debate de funcionamiento diario que es el Internet. Entonces decía que tenía ocho cuestiones que plantear, ya digo, en fase de conclusión, después de haberlas discutido por toda Argentina durante este mes de octubre.

Lo primero, y empiezo por ahí porque, en fin, me parece que es lo último que en el debate hemos incluido en la actividad de Historia a Debate. Es un apartado de “Academia Solidaria”, que hemos, con cierta intuición, incluido porque veíamos que en el último mes comprobamos que hizo falta que Historia a Debate, que es un proyecto académico, pero solidario, tomara postura tres veces seguidas en casos de problemas de historiadores, en solitario, o historiadores en el marco de universidades con problemas. Normalmente en países también con problemas que nos obligó a tomar postura solidaria como académicos. Hemos abierto en la página web un apartado “Academia Solidaria” recogiendo algún pronunciamiento ya antiguo, por ejemplo, en solidaridad con la Universidad Nacional Autónoma de México, cuando la ocupación militar tras aquella huelga larga a petición de la lista H-México. Después lanzamos otra nota solidaria cuando ETA asesinó a nuestro colega Ernest Lluch, profesor de Historia Económica de la Universidad de Barcelona; y después hicimos una nota de solidaridad con la universidades argentinas en la lucha por la defensa de la educación pública consecuencia de la política neoliberal, ampliamente rechazada por las últimas elecciones de diferentes formas, pero que está llevando a la universidad al filo del abismo por los recortes presupuestarios tan graves. Y después hemos lanzado un llamamiento solidario con las Universidades norteamericanas que desde el día 20 de septiembre se están manifestando en unas condiciones muy difíciles contra la guerra, contra el terrorismo, y por la paz. Digo que las condiciones difíciles no son porque se manifiesten contra el terrorismo, sino porque están contra la guerra que hoy pasa por Afganistán, que se puede extender a otros países y están defendiendo lo que el Manifiesto de Historia a Debate hemos definido como la defensa de los valores universales de paz, de democracia y de igualdad social. Y que eso es muy difícil de aplicar después en la práctica. Nos ha sorprendido mucho que las primeras manifestaciones de los estudiantes de Berkeley, de Harvard, Columbia,… tenían que estar protegidas por la policía y estaban acosados por ultras nacionalistas norteamericanos, cosa que para los españoles me recuerda de las primeras manifestaciones pacifistas en el País Vasco. Y del acoso de los ultras nacionalistas allí a los pocos que tuvieron el valor de iniciar las manifestaciones públicas ya hace años contra los asesinatos políticos perpetrados por el grupo ETA.

Bien, y lo último, me extenderé un poco más en el acto de la tarde que es una cosa absolutamente escandalosa. Lo hemos planteado por toda Argentina y lo vamos a plantear en todos los actos de Historia a Debate mientras el problema siga vivo. Y es que hay un profesor de la Universidad de Santiago del Estero que ha escrito un libro sobre una revuelta popular en el año 1993 en esa provincia contra los políticos corruptos. No han procesado a nadie, como él cuenta, ni afortunadamente a los rebeldes, ni desde luego a los políticos corruptos que están de nuevo en el poder. Y sí han procesado al historiador que hizo la crónica y esto lo he dicho allí en la Fundación Ortega y Gasset, allí en el Centro Borges en la Capital Federal. E inmediatamente saltó un colega a decir que eso era muy argentino. No sé si eso es muy argentino pero responde a esa situación, a esa provincia, que es muy especial; que está gobernada por lo que en España llamaríamos un caciquismo muy brutal; y corresponde con lo que los analistas llaman “estado mafioso” en Argentina. Pero bueno al pobre colega le piden de uno a tres años de cárcel y una indemnización muy cuantiosa. Se llama Raúl Dargoltz y, tenemos abierto un debate de historia inmediata en nuestra red y todos estamos planteando el tema en todos los foros que podemos. Que no es sólo el caso de él. Es que en los tiempos que vienen a partir del 11 de septiembre y la reincidencia en una serie de países las políticas neoliberales que pones al filo del abismo nuestras universidades puede llevarnos a brotes de autoritarismo y a que estas situaciones se planteen en otros lugares.

Creo que nadie hace lo que nosotros queremos hacer. Quiero decir, una línea de solidaridad con historiadores y académicos porque normalmente se tiende a la solidaridad y ser como una solidaridad en el caso argentino, con el pueblo argentino. Casi nadie se olvida de los propios colegas que puedan estar a título individual o coyunturalmente en una situación muy difícil. En un país donde normalmente la situación está difícil, y es que nadie se solidariza con ellos. Hacer un llamamiento y a que, en todo caso, se conozca que afecta a la educación pública y al historiador como parte de las instituciones académicas universitarias y de investigación. Nosotros vamos a desarrollar esta línea de solidaridad académica y además vamos a prestar especial atención a casos de conciencia, y a casos que afecten a la libertad, no sólo de cátedra, sino también de investigación y de divulgación de las investigaciones en un marco e libertad de expresión.

Esto es puramente informativo. Si cada uno de estos puntos que voy planteando hay alguno, lo decís y hablamos, si hay alguna propuesta, pregunta, sugerencia, etc. Si no voy pasando de un tema a otro si os parece.

Plantearnos también, y eso los que seguís la lista lo sabéis, el problema que tenemos que la avalancha de colegas a la lista y de visitantes a la página web. Esto hace que no podamos abrir debates nuevos. Tenemos una reserva de debates, alguno sumamente interesantes, y no somos capaces porque desde que la afluencia a la página web multiplica por diez el número de miembros que somos en la lista de correo electrónico, cada colega nuevo que accede a la página web entra en el apartado de datos y ahí tiene la lista de las distintas salas de debates que tenemos abiertos y entra en cualquiera. Incluso alguno muy ansioso; en todos. Empieza a mandar mensajes a tres, a cuatro, a cinco debates; total, que no somos capaces de cerrar los debates que normalmente van numerados y entonces se pierde el hilo, y se pierde la dinámica de grupo que teníamos cuando empezábamos. Y sencillamente, que hay debates que son eternos, por ejemplo “por qué estudiar historia?”, “¿cómo enseñar historia?”, o “la objetividad en la historia” y, claro, abiertos así no saldremos de ahí       porque estaremos toda la vida como los colegas descubren a través de un buscador o a través de nuestros mailings, o por el boca a boca, la página web. Esto hace que la opción que finalmente parece que tiene más consenso, o al menos que hemos hecho en Argentina, es mantener en la página web todos los debates abiertos, y en la lista cerrar los debates que lleven meses, y alguno incluso dos años, desde que se inició la lista. De esa manera en la lista volveríamos a esa vida, a como empezó. Es decir, iniciaríamos uno o dos debates y se crea una dinámica de grupo. Nunca hay conclusiones porque siempre permanecen abiertos pero más o menos de una manera tácita todos nos nutrimos y llegamos a una conclusión y nos ofrece datos a todos porque participan muchos colegas de muchos países, y normalmente sólo conocemos el círculo más próximo y, pues, es difícil que en el debate no surja algo que no nos sorprenda y no aprendamos algo cada uno de nosotros.

Sencillamente entonces volver a eso: abrir uno, dos; estar un mes, dos ,tres; cerrarlos; abrir otros e iniciar una dinámica analista diferente a la de la página web. Los que intervienen en lo que es Historia a Debate digital a través de la página web le mandamos una carta de bienvenida y ahí se explicará los debates que están abiertos en la web y los debates que están abiertos e la lista y en la web. De manera que, claro, algunos cuando intervengan en la página web su mensaje no se distribuye por la lista si se trata de un debate abierto ya. Y eso es porque la otra solución era ampliar el número de mensajes que enviamos diariamente. Y procuramos que no supere el dos, dos mensajes, porque sabemos que hay colegas que acceden a su buzón electrónico una vez a la semana y así son ya diez mensajes. Si nosotros enviáramos inmediatamente por la lista, como hacen otros, todo lo que nos llega habría siete, ocho o nueve mensajes diarios. Y entonces no lo hacemos. Tratamos de dosificar. Ahora lo que está pasando es que ya hay cola: alguien envía un mensaje; en la página web se cuelga de inmediato y en la lista puede tardar hasta un mes, o dos, o tres. Ese es otro problema también. De esa manera ver un poco lo que pensáis vosotros, todos los que seguís la lista habitualmente porque podría ser la solución más racional. Y de hecho hemos llegado a la conclusión de que la mayoría de los colegas que están en la lista, mil y pico en estos momentos, no son visitantes de la web. Hay quién sigue nuestros debates a través de la página web y los que estamos en la lista habitualmente no lo hacemos por una razón muy sencilla: porque ya nos llega nuestro buzón. Entonces en este sentido esa es la solución final, que era un poco la que teníamos nosotros en el centro que coordina esto en Santiago de Compostela, y es la más racional. Explicándola bien la lanzaríamos de inmediato a partir de las consultas que hemos hecho en estas reuniones de la lista.

 

Constantino Torres
Universidad de la Habana

Si Carlos, creo que alguna de las cosas que más habrá que analizar para esa sección que tenéis en Historia a Debate es que tenga rigor porque a veces hay un bombardeo de mensajes que ni te da tiempo a leerlos todos. Y además cuando empiezas a leerlos alguno dice cosas muy interesantes, pero últimamente está sucediendo que a veces algunos mensajes dicen cosas muy interesantes y realmente querríamos revisarlos, verlos, pero si estás apurado y te han llegado diez mensajes de Historia a Debate; uno sobre esto; otro sobre lo otro; uno desde Argentina que si la historia es muy romántica pero no dice por qué, que si       creo que la historia hay que enseñarla, es necesaria para esto otro. No hay realmente en muchos casos de los mensajes un contenido realmente académico; entonces, realmente, que ayude a una cosa más seria. Más profunda. ¿De qué forma se puede arreglar esto? Pues no sé si habrá algún tipo de hacer dos tipos de mensajes. Un tipo de debates realmente académicos, y un tipo de debates más popular. No sé cómo satisfacer todas las necesidades, pero me parece que a veces muchachitos de primer años de la carrera, de un criterio muy superficial, que no aporta nada, está ocupando un espacio en       el correo. Lo que hace es que Historia a Debate vaya perdiendo la participación de personas que tienen realmente interés en problemas científicos, en problemas serios, en problemas que se vayan       perdiendo porque cuando tu ya observaste muchos mensajes en disco, por ejemplo sobre todos los que tenemos que acceder a través de una red, etc., a veces los eliminamos mecánicamente porque no nos da tiempo a leer.

 

Carlos Barros

Si, vamos a ver, es que la preguntas y los temas surgen en todas las reuniones más o menos parecidas. Yo lo primero que quiero decir es que el funcionamiento de los debates en internet y el funcionamiento de los debates académicos a los que estamos acostumbrados es muy diferentes porque el propio medio de comunicación y de intercambio académico que supone Internet es muy diferente al que estamos acostumbrados. De entrada ahora hablaré, la revista, que esperamos poner ya en práctica el proyecto que fundamentalmente será digital y lo tengo ya en vista el año que viene, tendrá un apartado de debate más parecido a lo que han sido los congresos presenciales y más parecido a los que estamos acostumbrados y, es decir, papers de veinte folios, con citas a pié de página, y en ese sentido es una necesidad que hemos sentido desde siempre, que nosotros hemos complementado con las actas que vamos a presentar, que son las actas académicas, unas mesas redondas, en fin, transcritas y etc con lo que es el funcionamiento por Internet que tiene unas ventajas, que es instantáneo, que conecta diariamente a colegas de países muy distintos y en el que se interviene con mensajes muy breves y sin la facilidad que tenemos en las actividades académicas tradicionales de un control de calidad.

Entonces creo que lo primero que se debe saber es que tanto los visitantes de nuestra Web como los miembros de la lista, en su 90%, podemos afirmar que son profesores universitarios e investigadores de centros públicos de las diferentes universidades y países. Esto es seguro. Lo que pasa es que se manifiesta de una manera diferente en Internet, rápida, en unos cuantos párrafos, que tiene la virtud de la espontaneidad, de que es muy directo, de que se dicen cosas que no se dicen por la vía académica tradicional, y que se dicen cosas desde lugares muy diferentes, y que a veces en tres o cuatro párrafos sabemos que hay una idea y conocemos por experiencia como en trabajos de a lo mejor de veinte folios no se dice nada y etc.

O sea que en ese sentido hay que entender el medio. El tema de los estudiantes sí; creo que ha impactado mucho en los profesores lo que sucedió en la Universidad de Los Andes, Mérida, de Venezuela. Y es que hay que dar una explicación. Un profesor, sin consultarnos a nosotros, les puso como tarea a los alumnos que enviaran un mensaje a dos apartados, “Por qué estudiar historia” y “Cómo se debe enseñar historia”, y entonces nos inundaron sin que se nos haya preguntado. Como es un caso único, si se repitiera, le pediríamos a los colegas, por favor, que nos pongan sobre aviso porque eso lo pasaríamos a la web. Como es un caso único acabamos reuniendo los mensajes y enviándolos porque efectivamente eran muy reiterativos. Pero por ejemplo para un europeo es una verdadera conmoción esos mensajes porque un estudiante europeo no diría lo que a veces se dicen en algunos países latinoamericanos; no sólo estudiantes sino profesores, que decían “la historia es mi vida”, por ejemplo, “es un proyecto de vida”. Eso en Europa es difícil oírlo. A veces lo que a vosotros os puede parecer muy superficial, sin profundidad académica, puede tener un impacto en otros países y en otros sectores. Y lo que aconsejo a todo el mundo es que entienda que Internet es vía lista. En la web permite textos e iremos introduciendo textos largos, pero lo que es vía lista correo electrónico difícilmente puede funcionar más que así, con mensajes breves. Las conclusiones de las reuniones que hemos hecho es que no vamos a limitar Internet por motivos de jerarquía académica y menos por criterios de otro tipo a los que nos referiremos. Y eso, creo que en este momento en que tenemos el 11 de septiembre y sus consecuencias, y que en       Estados Unidos se estén planteando ahora que se ha aprobado la ley antiterrorista, como puede afectar a los derechos civiles. Creo que nosotros tenemos que dar ejemplo en el sentido de no permitir bajo ningún concepto, por propia iniciativa, que la libertad de expresión que existe en Internet se restrinja por criterios de seguridad nacional o internacional, de coalición contra el terrorismo y menos por criterio de jerarquía académica.

Internet es un medio de comunicación no jerarquizado, y en ese sentido soy muy contrario de que introduzcamos en el funcionamiento de Internet esa jerarquía. Que es necesaria también porque estamos en un sistema académico donde se enseña a través de una relación de maestro a discípulo y otras cuestiones que debemos mantener, pero que debemos contrapesar. Y una manera de contrarrestarlo es la relación horizontal que conmociona pero que es una conmoción necesaria porque introduce elementos de igualdad. Y un elemento transversal muy importante para una vida académica en la que estamos inmersos que es vertical de más, además vista desde el punto de vista de un sesentayochista como yo, que luchaba por muchas cosas en los sindicatos democráticos de estudiantes durante la época de la dictadura, algunas las conseguimos y otras no. Y entonces en ese sentido, y termino,       aconsejo también que se lean los mensajes en Internet como se lee la prensa. Cuando uno lee la prensa no lo lee todo y creo que en Internet hay que leer lo que a uno le interese en cada momento, y no me refiero sólo a nuestra lista sino en general. Porque yo me encuentro a un colega que me dice: “no, yo leo todo”. Bueno, Israel y yo tenemos que leerlo todo, es una lista moderada, y tenemos que ver todo y hay cosas que las dejamos en el congelador, etc. Pero un subscritor normal debe leer lo que le interesa de nuestra lista y del mundo de Internet, porque sino nos podemos volver locos. De la misma manera que cuando uno tiene un televisor no ve todos los programas, y cuando tiene canal no ve todos los canales. Cuando lee el periódico no lee todos los artículos, y creo que ahí hay error porque se cree uno que Internet es como el teléfono, cuando te llaman tienes que contestar; o como con el correo postal, cuando te envían una carta tienes que abrirla, ahora con sumo cuidado. En Internet no tienes que leer todo lo que te llega o todo lo que existe, y si lo hacemos así, de una manera racional, pues la cosa funcionará.
Constantino Torres

Perdónenme, me parece que no me expresé bien. No estoy hablando ni mucho menos de que se tome una línea antidemocrática. Lo que hacía yo cuando comenzaron los debates en Internet, con alguien que planteaba un problema muy concreto, muy específico, cubre el cual se debate. Quizá por haberse prolongado los temas, como tú decías, ha sido lo que ha dado lugar a que después haya una lluvia de cosas, algunas interesantes y otras menos interesantes. Debiéramos de pensar en pensar restringiendo el tiempo en que un tema va a estar a debate. Pienso que quizás con algún pequeño informe previo, con un pequeño mensaje previo dé una problematización que ayude un poco a centrar la idea sobre la que se quiere debatir. Quiero decir, por ejemplo, que el otro día había varios de los criterios que se expusieron en Historia a Debate por alumnos y profesores. O sea, no es que esté en contra de eso, ni que deje de ser democrático, ni que los alumnos no escriban. Comienzo mi ponencia aquí precisamente sobre lo que es la enseñanza de la historia y los problemas que hay tanto por el profesor como por alumnos. A lo que me refería es que a veces es demasiado el bombardeo y que quizás una solución pueda ser esa. Contar con que haya un tiempo más corto a los temas y quizás plantear algún problema más concreto, más preciso.

 

Carlos Barros

Estamos de acuerdo porque el tema es que si cerramos debates los vamos a cerrar porque se repiten la cosas, y si abrimos un debate nuevo nadie reitera, porque el problema a veces es la reiteración; nadie reitera porque se crea una dinámica de grupo que esto cuando empezamos era así, y sencillamente alguien que quiere participar trata de no repetir lo que se acaba de decir hace unos días. Y eso pienso que puede ser la solución, y si no a veces hay ideas geniales e ideas mediocres, pero eso claro, nosotros hasta ahora sólo hemos mantenido un sistema de control, y es que se respete al adversario, no un control de calidad sino un control de respeto a la lista, etc. Y ahora, lo diré en el punto siguiente, vamos a empezar con mucho cuidado a pedir que los mensajes no sean cuasianónimos, porque si son anónimos no se publican, porque ahí nos ha venido también una parte de problema. Nos medimos muy mucho lo que sea intervenir desde el punto de vista que se pueda entender como una restricción porque lo que queremos es que todo el mundo se sienta cómodo, cualquiera que sea su vida historiográfica, su vida política y su grado académico.

Quitando el caso al que cité antes, de Los Andes, Mérida, son muy pocos los estudiantes que se atreven a intervenir, son tres o cuatro, todo lo más. ¿Por qué? Por razón obvia: porque ellos se dan cuenta de que están en una red académica de profesores, y aquellos que lo hacen les damos todas las facilidades el mundo porque ese caso de Fabián Glakovsky, que estuvo en reunión de Buenos Aires, que es un caso muy especial, muy avanzado, o Facundo Talagañis, que es otro estudiante que estuvo ayudando. Son muy especiales porque no les es nada fácil. En el caso ese de Los Andes es que fue el profesor el que les indicó que hicieran eso. La única crítica es que no lo hubiera dicho. Ni siquiera le hemos pedido a este profesor, a través de Luis Varela que es de la misma universidad, que enviara una conclusión, al menos, para toda la lista de su experiencia didáctica. Ni siquiera eso. Esto es, digamos, si la relación fuera personal y no hubiera sucedido pero es la servidumbre también de la relación digital que es muy amplia pero a veces no conoces la persona que está al otro lado.

El otro tema que ha surgido y que he llevado a estas reuniones es que en dos años hemos tenido que rechazar cuatro o cinco mensajes, y hemos expulsado sólo a una persona de la lista. Es decir, que hemos tenido pocos problemas. Pero continuamente nos ha surgido desgraciadamente, desde España, el problema de dos personas que, afortunadamente, con posiciones muy extremas, afortunadamente con posiciones no historiográficas sino de tipo político, persona vinculadas a la extrema derecha, que en el debate sobre la Guerra Civil española y en el debate sobre la globalización pues han colmado nuestra paciencia ya. Uno es un tal Francisco Prim y el otro tal es un tal Saavedra. Yo a estas alturas creo que no son nombres reales, creo que son nombres falsos con una dirección mail o lo que sea, porque sino no se explica que se digan las cosas que se dicen ahí. De ambas personas los dos últimos mensajes los hemos tenido que dejar fuera sin contestarles. Entonces no estamos dispuestos, en la medida en que la lista se amplía, claro, entra más gente. La mayoría somos, insisto, personas vinculadas a instituciones académicas de todo el mundo, pero también entran aficionados a la historia, gente, sociólogos, antopólogos , etc. He conocido a varios que creen que son historiadores, o colegas de Buenos Aires que son activas y que son de otra disciplina, de otras ciencias sociales, algún estudiante, también algunos profesores de nivel medio, etc… Y también personas que, pues eso, llegan libremente.

Restringir el grado de libertad que existe dentro de Internet, en nuestra lista, pienso que hay otra manera, colaborando todos, y es firmando todos cuando se interviene con alguno de los datos que ahora pedimos, que es nombre, si no hay nombre y dirección electrónica ya no se envía el mensaje, obviamente. Pero no llega porque puede ser un nombre ficticio y la dirección electrónica también, y entonces pedimos que se diga la profesión, institución académica o localidad o país. Porque a veces sólo un nombre, o localidad y el país es suficiente, y puede ser disuasorio para que una persona intervenga anónimamente. Lo ideal es que se ponga la institución académica, pero a veces sucede que una persona trabaja en un centro de enseñanza media, y bueno, como es una red de universitarios pues no apetece poner la dirección.

Yo lo de la dirección privada en Internet, yo mismo no la tengo en mi página web, y pude ser desaconsejable tu dirección privada. La institucional, y si no hay institución profesional, hay personas que son historiadores, que no están en una institución académica, o porque están jubilados, o porque ejercen por libre, o de enseñanza media, o, o algo. Esto fue muy importante en Argentina porque ellos tienen el hábito de poner su nombre, nada más, y muchos ya los conocemos y sabemos que están en las universidades, etc. Y que para mi es un reflejo del desarraigo que existe en Argentina y que afecta tanto a la universidad. El problema mayor lo tenemos en Argentina pero ya aprovecho esta reunión para proponerlo con suavidad y en la medida en que haya consenso, pues, sacarlo como decisión a la red ¿no? O como propuesta, pues, en general, moderada, porque no se puede obligar a nadie a dar datos, etc. Y eso sería un elemento disuasorio para una persona que entrara anónimamente. Me gusta poner el ejemplo de Juan Miguel Reyes, que firma Juan Miguel y que envía un mensaje sobre el 11 de septiembre, por cierto duro, diciendo de que, que, el que siembra, cosecha, que nos parece muy bien, es un elemento en fin, del que participa mucha gente, académicos y no académicos, mucha gente de mucos lugares del mundo, etc. Y un elemento de debate interesante. Pues bueno, era Juan Miguel anónimo. Y luego envió para el debate de Historia a Debate en inglés, ese que tenemos abierto, más datos que demuestran que es una persona que está en el mundo académico, pero claro, cómo hacer si exigimos a todo el mundo, no es tan sencillo y entonces lo que nosotros planteamos es acostumbrarnos todos lo que participamos en los debates que tengamos esto claro al participar, pues, como hace Juan Paz y Miño que nos pone, pues, como hago yo y como hacemos muchos que ponemos la institución, la ciudad, el país. porque a veces ni se sabe el país, ni la localidad, ya no digo la institución. Incluso no hay ningún problema en el caso d que se trate de un colega que es sociólogo, o psiquiatra, o antropólogo, etc. que también es bueno saberlo. Yo me imagino que estaréis todos de acuerdo.

Como siempre cada punto que planteo, si hay alguna pregunta o alguna cuestión me lo decís. No lo vamos a planear obligatoriamente, a pesar de todo, y nos enfrentaremos con algunos trabajos, pues, que no sabemos pero ya lo resolveremos como podamos. A veces, cuando nos han surgido alguna duda, le hemos pedido a la persona, por favor, que nos confirme su identidad, y       decía que hemos tenido un problemas con la extrema derecha, y hemos tenido problemas por otro lado. Un colega mexicano que nos escribía con el nombre de Carlos Eta, y la primera vez que nos envía un mensaje era tan normal que lo pasamos. La segunda incluía una coletilla que me hizo sospechar a mi que su nombre era falso, y le enviamos un mensaje que ratificara su nombre. No hubo respuesta y borramos sus dos mensajes de la Web y de la lista, naturalmente, porque nos enfada mucho que en una lista como la nuestra, que es el reino de la libertad y donde, aveces, como decía Constantino, nos llegan mensajes pues que anecdóticos, y otras veces interesantes, engañe de esa manera. Por cierto que en ese sentido no nos ayuda que en general en Internet funcione así, por los chat, etc. Pero en Historia a Debate no. Y la manera de colaborar desde instituciones de todos los países es eso: enviar los mensajes lo más con la identificación profesional y personal más completa posible.

Como sabéis una comisión en la que está Sergio Guerra e Israel Sanmartín y yo hemos elaborado un Manifiesto, un manifiesto Historiográfico que está en proceso ahora de difusión y divulgación, lo recordaremos       pero si acaso aquí, pues, puede tener más interés y lo recordaremos en la reunión, en el acto público de las 16:00h. Sobre ese Manifiesto que ahora vamos a repartir aquí, lo haremos de nuevo a la tarde, a lo mejor algunos no estáis a la tarde, pedimos tres cosas: pedimos, el que esté de acuerdo en lo esencial, que lo suscriba; pedimos ayuda para la divulgación y la publicación en revistas, tenemos interés en que se publique en el mayor número de revistas, incluso de un mismo país, incluso en la misma universidad por la excepcionalidad, creo yo, del documento; y en tercer lugar, naturalmente, que se opine y que sea un elemento de debate. Y hemos aprendido de estas reuniones en Argentina la importancia del uso del Manifiesto en actividades de este tipo. Y os digo así, simplemente, es decir, en aquellos sitios en que el Manifiesto fue utilizado por profesores en la actividad académica todas las convocatorias estaban llenas de alumnos. Y yo creo que lo teníamos claro, está en el Manifiesto, en el apartado de relevo generacional, creo que es el interlocutor principal de nuestra propuesta. Y me he quedado en ese sentido muy impresionado de la facilidad, de las resistencias por un lado que encuentra el Manifiesto en algunos sectores de nuestra generación, y la facilidad extraordinaria con que lo asume la generación más joven. Por lo tanto estoy ahora introduciendo una cuarta opción de utilización del Manifiesto en la actividad docente. Por lo menos en un sector de los alumnos puede haber una gran sintonía con estas ideas. Creemos que en esto del Manifiesto que la transformación de Historia a Debate en tendencia historiográfica, por las circunstancias de la vida, para nosotros es la primera tendencia historiográfica que de manera explícita se plantea en el nuevo siglo, y no sólo en el ámbito latino. Para ese recorrido contaremos probablemente con algunos de vosotros ya contamos y con otros, precisamente porque se mantienen en las posiciones que nosotros criticamos y que están dentro de nuestra propia red. Pero nosotros no podemos prescindir con la posiciones que no coinciden con las nuestras porque entonces moriría Historia a Debate. De eso hablaremos un poco más a las 16:00H.

Insistir en el tema del Manifiesto. Se ha distribuido precisamente por Internet, está en la página web cuya dirección no repito porque está en ese folleto que se ha repartido y en otro que se va a repartir a las 16:00h. Por lo tanto ahí tenéis la dirección de nuestra página web, que es www.vps12.h-debate.com para los que no la conozcan. Visto lo del Manifiesto, si hay alguna opinión, alguna pregunta. La imagen de la portada es una fotografía de la lucha de los docentes argentinos contra los recorte presupuestarios. Pone “sí a la escuela” y debe de ser un prócer el que está aquí. Nos pareció significativo porque la historia allí de       las grandes figuras, de Ranke, está tan altiva, Historia a Debate es tan crítica respecto de eso que esta combinación de la historia de los próceres, como dicen ellos, y la lucha de las universidades argentinas por la escuela pública nos pareció una nota de actualidad, para hacer esta pequeña edición que se hizo para la actividad que teníamos en Argentina

Lo demás me parece que es todo información.

Encuesta Internacional: algunos de vosotros habéis cubierto la encuesta internacional sobre el estado de la historia, que hemos distribuido ya en el congreso del año 99, por correo postal y después por Internet. Llevamos trabajando en eso cuatro o cinco años, y es que a veces algunos de seiscientos o setecientos profesores de historia que cubrieron esa encuesta nos preguntan cual es el estado de la cuestión, en qué estado todo el proceso de elaboración, de estos resultados y análisis de estos resultados. Pienso que antes de que finalice el año estará en Internet. La ventaja que tiene estar en nuestra lista no son sólo los debates, es que informamos de todas nuestras actividades puntualmente. Es decir, hay muchas cosas que el que no está en la lista, simplemente, no se entera. Porque hace mucho que ya he renunciado a gastar dinero, porque además no lo tenemos, para enviar mailings postales, o sea, es que no está en la lista no se entera, y cada vez nos despreocupamos más de los que nos están en la lista. El Congreso del año 99 se convocó en seis meses vía Internet, y ahí sí teníamos dinero e hicimos un folleto, pero el folleto llegó, a veces, sobre todo a América Latina incluso cuando se hizo el congreso. Y el próximo Congreso será por Internet, sencillamente tal y como están las cosas, los profesores e instituciones académicas que no están es porque ya no quieren, y además, sinceramente, tampoco nos interesa el sector de la comunidad de América que no está en Internet, porque nuestra propuesta no es solo presencial sino también digital, y creemos que es el sector más dinámico de la profesión. Y no pensamos que fuera de Internet no hay gente interesante, y siempre que podemos nos dirigimos a ese sector también, pero cada vez menos. La encuesta, decía, por lo tanto, que hay seiscientas encuestas heroicas,       porque es que contestar a esa encuesta necesitaba, sabéis algunos y algunas, medio día, y aveces más porque no es nada fácil y además no supone ningún beneficio ni académico ni material ni nada. Es un acto altruista en favor de la comunidad académica internacional que es la nuestra, que es la de historiadores, y realmente tiene mucho mérito. Vamos a publicar la lista de los héroes que la cubrieron, y de las heroínas que la cubrieron, y vamos a sacar un buen folleto que publicaremos en Internet con los resultados, que nos van a sorprender a todos.

No está aquí la persona que ha pasado toda la base de datos pero él mismo no tenía muy claro, hasta que cuantifiquemos los datos y saquemos gráficos, etc. de qué piensa lo que representa esta muestra, porque claro, no       pretende ser una muestra aleatoria, habría que tener el dinero de la Fundación Ford o de la Rockefeller para dirigirnos aleatoriamente a una comunidad de miles y miles, pero nos hemos reducido a una comunidad de probablemente treinta o cuarenta mil colegas de todo el mundo, pensando ya en unas respuestas que responden a setecientas, que es mucho, que es mucho porque más de cien, como ya sabéis los que trabajamos en cuestiones cuantitativas alguna vez, ya es creíble. Hemos querido sacar el Manifiesto antes de tener el resultado de la encuesta porque alguna de las cuestiones que defendemos ahí a lo mejor no responde a la voluntad mayoritaria de la muestra de la comunidad académica internacional que supone la encuesta, que las vamos a mantener igual porque somos una corriente crítica. En todo caso después de exprimir bien los resultados de la encuesta habrá que, a lo mejor, revisar el Manifiesto. Por eso hemos creado una comisión, a la que pertenecemos los que estamos aquí y algunos más, con el objetivo central de revisar periódicamente nuestra posición historiográfica oficial como Historia a Debate. Por lo tanto ahí estamos, como todos, esperando que salgan los resultados y haremos un análisis, digamos del equipo, que es un equipo español, del proyecto académico al que corresponde la encuesta, y después, como todo, se volcará en la web y en la lista para ofrecer los datos a todo el mundo y tener por lo tanto la única referencia historiográfica internacional del estado de nuestra disciplina, no       solo que existe en este momento, sino que ha existido nunca.

Todos hemos visto lo que se ha hecho en otras épocas. Creo que es una iniciativa en la historia de la historiografía, y que además la necesitábamos en este momento de cambio historiográfico pues como agua de mayo. Y bueno, terminar diciendo que la muestra qué representa. Representa creo que el sector más dinámico de la historiografía internacional. Hay cuarenta o cincuenta países representados, la mayoría somos, como en la mayoría de las actividades de Historia a Debate, de España, América Latina y Estados Unidos, creo; no sé hacer los cálculos, pero cualitativamente hay representados los cinco continentes, y un número muy elevado de universitarios, de historiadores de todo el mundo. Vamos a ver qué resulta de eso, y por lo tanto, los que estáis en la lista u os suscribáis a la lista recibiréis noticias de forma puntual. Primero los datos en bruto, los tendremos en todos los países al mismo tiempo que aquí, y después los análisis que correspondan desde el equipo de España y desde el grupo Manifiesto, y después los que se quieran hacer a lo mejor abrimos un debate, ya veremos, o varios debates, no lo sé. Eso era puramente informativo. Si hay alguna cuestión, sino paso a lo siguiente.

La revista. Se nos pregunta con frecuencia sobre el tema de la revista. Nosotros en el I Congreso de 1993 hicimos, los que estamos aquí creo que no hay ninguno, no estuvo nadie. Eso te queda ya en nuestra propia prehistoria. En ese congreso hicimos una pequeña encuesta donde les decíamos a los participantes que esto que empezaba cómo continuarlo. Y planteábamos tres opciones: crear una asociación internacional de historiadores; continuar, hacer periódicamente este tipo de congresos; y tres, crear una revista. Los colegas, siendo una minoría cualificada, imprescindible, muy importante, que se molestó en cubrir la encuesta que guardamos como oro en paño, dijo hacerlo todo. Claro, que se trata de que hiciéramos nosotros, y nosotros somos un cuello de botella porque aquellos que dependen del centro, que coordinan en Santiago de Compostela, lo podemos hacer. Pero esas iniciativas las llevamos a cabo de una manera dosificada porque al mismo tiempo tenemos responsabilidades como todo el mundo, docentes, investigadoras, personales, que nos son propias. Y entonces la asociación ya ni nos la planteamos porque la asociación es la lista resultante de la web, y qué mejor que eso, gratuita y de funcionamiento diario, mantiene el contacto diario, y además comparado con lo que son, no ADILAC, que es una asociación especialmente activa, pero lo que son la mayor parte de las asociaciones profesionales no sólo en España sino en toda Europa, pues bueno, no os digo yo lo que supone eso en cuanto a dinamismo y en cuanto a capacidad en una comunidad académica estar en contacto diario. Eso ya lo hemos descartado. Los congresos, no cada año como nos proponían algunos, pero los estamos haciendo cada cinco o seis años. El próximo, es lo último de lo que voy a hablar, sería el III en el año 2004. Y la revista la hemos ido posponiendo, en parte también porque alguna de las actividades nuestras acaban siendo cuasi una revista, hemos editado ya nueve volúmenes de actas en un plazo relativamente breve, y entonces va casi a un volumen por año, y hay quién piensa que las actas de Historia a Debate son una revista. Son las actas del congreso. Y después porque alguna de las actividades en Internet, que puede ser agenda académica en la revista, es nuestro tablón de anuncios, y tenemos los debates y tenemos otras cosas. Con todo, hemos llegado a la conclusión, por lo que dijo Constantino al principio, de que necesitamos un medio, es decir, más compatible para el debate y que permita, entre congreso y congreso, poder seguir publicando trabajos de las características que han sido nuestros congresos: metodología, historiografía, teoría dela historia. Entonces en el II Congreso hemos hecho otra vez una encuesta, tenemos como oro en paño las repuestas que hemos recibido, y a través de la página web bastantes colegas nos han enviado sus ideas de cómo tenía que ser la revista. En nuestra planificación en este momento está sacar primero adelante los resultados de la encuesta, y lo segundo es meternos con el primer número de la revista. Teóricamente saldría       el uno de enero. Si no somos capaces el uno de enero, el uno de marzo. Yo creo que el año que viene tenemos que sacarla porque para el otro estaremos ya preparando el congreso el III congreso, entonces el año que viene pensamos que va a salir la revista.

Cuando hicimos en el año 99 el II congreso no pensamos en una revista digital. A partir de toda la expansión de Historia a Debate en Internet es nuestra idea en este momento. La idea es hacer cuatro números al año digitales, y un anuario en papel, con una especie de selección de las aportaciones más interesantes a la revista digital. La revista digital va a tener más lectores que cualquier, aprovechando la red tan extensa actual de Historia a Debate en todas las universidades del mundo, seguro, que la revista en papel que saquemos, seguro. Y es que la propia experiencia personal mía incluso con mi propia página web. Vamos a tratar que la revista digital tenga el mismo comité científico que el comité de redacción, y los requisitos académicos para que entre en los index. Vamos a tratar de que los artículos que se publiquen en la revista pasen, eso sí, por el control de calidad clásico que se puede verificar en las actas de nuestros congresos, que creo que cualquiera que los conozca, que tienen un nivel alto de calidad académica. Y por lo tanto vamos a entrar en esa dinámica, sobre todo muy avanzada en Estados Unidos, y que las actividades en Internet reciban el mismo aval académico que reciben las actividades en papel. Los apartados que va a tener la revista, pues ahora va a tener un aparado editorial que antes del Manifiesto ni       nos planteábamos, porque tenemos una posición común y un equipo de elaboración y consulta que es el Grupo Manifiesto que va a funcionar como consejo editorial, y vamos a sacar editoriales de temas historiográficos, de historia inmediata. Va a haber un apartado de metodología, de historiografía, en la línea de lo que han sido nuestros congresos. Va a haber un apartado de debate con trabajos largos, para compensar la limitación de los debates en la lista, que son trabajos breves, y ahí ya tenemos los compromisos personales. Uno es el de sacar adelante el debate que se inició sobre el Relato y la Historia, que está activísimo. Ya he visto allá en Argentina, incluso un colega muy ufanado, con una gran obra, que hizo balance de su obra, empezó diciendo que no sabía si él había estado estudiando la realidad histórica o si, o que había trabajado toda su vida como si la realidad histórica existiera. A mi me traumatizó bastante, y demuestra que esa ofensiva de la literatura sobre la historia como ciencia social ha logrado éxitos impensables, la verdad. Entonces hay un debate de George Iggers que es el texto en el congreso. Le contestó Hayden White y queremos que más gente se una a ese debate. Y es un compromiso mío muy excepcional porque vamos a traducir trabajos de inglés al castellano, que normalmente no lo hacemos porque, obviamente, vamos a pedir trabajos en cualquier lengua, pero bueno, me he comprometido y lo vamos a hacer. Y hay un debate sobre la microhistoria que se va a iniciar, con un trabajo de un profesor, Director de la Escuela de Altos Estudios de París, que está de visitante en la Universidad de Chiapas, Jerome Baschet, que forma parte del grupo editorial de Historia a Debate. Un debate sobre la microhistoria donde se demuestra que el Subcomandante Marcos tenía razón cuando criticó, de una manera muy irónica, y como diríamos en España pasando de él, el artículo de “       “ sobre el paradigma inicial. No sé, supongo que tú lo conoces, el Diálogo de la historia de Adolfo Gilly, se trata de terciar en ese debate. Es un trabajo de un nivel académico muy elevado, como en general todos los colegas que pertenecen a la École, y que además interviene mezclando lo académico con lo actual porque Marcos, como todos sabéis, además de dirigente de una guerrilla es profesor de la Universidad Metropolitana de la sección de Sochimilco, y fue hasta mediados de los ochenta, cuando se fue para la Selva Lacandona, profesor de comunicación social. Y se le nota porque hace trabajos de todo tipo, desde poesías hasta trabajos sobre la historia que han sido recogidos por el equipo de Jerome Baschet en un libro que yo recomiendo mucho que es Todos los textos sobre la historia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Queremos, por lo tanto, iniciar un debate sobre la microhistoria. Ahí va ha haber, por lo tanto, una sección de reviews, de reseñas, que vamos a dar una gran importancia. Y no sé si me olvido de algo más.

Eso sería la revista, y los que estáis en la lista o los que os unáis estaréis puntualmente informados. Primero lanzaremos el proyecto y después empezaremos a pedir trabajos, que pasarán por el filtro académico normal que utilizamos       en los congresos. Lo primero que publicaremos son algunas ponencias del congreso del 99, que por falta de espacio quedaron fuera y que mantengan la vigencia aún, pasado el tiempo que ha pasado, y pienso que la revista va a ser un instrumento muy poderosos de debate y de avanzar en nuestro proyecto. Y nada más.

El III Congreso teóricamente le corresponde la segunda quincena, bueno exactamente hacia el segundo fin de semana de julio del año 2004. Ya sabéis que hacemos los congresos coincidiendo con el año jubilar se Santiago de Compostela, desde el I hasta que dure, que duremos. Y ya hay un hábito de que durante las celebraciones académicas, culturales, o sea, no religiosas, de cada Año Xacobeo, exista un lugar y un presupuesto para celebrar congresos internacionales Historia a Debate, planteados como la peregrinación de los historiadores del mundo a estudiar el estado de nuestra disciplina. Como cada edición dependemos de la Xunta de Galicia, que hasta ahora nos ha beneficiado con su apoyo financiero, que es el tema fundamental, y el último año todo se concretó seis meses antes, tuvimos que organizarlo, con un período de preparación muy breve. Yo espero, ahora mismo ha habido elecciones, habrá cambios en el gobierno y habrá que esperar. Espero este años poder convocarlo con más antelación, pero claro, los tiempos de la política tienen más que ver con la corta duración que los nuestros, y cuando preparamos algo necesitamos situarnos al menos en la media duración, y yo creo que a mi me hubiera gustado ya el II Congreso organizarlo con dos años de antelación, pero bueno, de no ser así por lo menos un año, en eso estoy.

A lo mejor, no sé si en esta III Edición o en la IV, cuando sea, alguna vez no vamos a tener este apoyo generoso económico que nos permita organizar un gran congreso con mil personas de todo el mundo, y con ciento cincuenta comités. Si alguna vez sucede eso yo pregunté en Argentina si estaríamos dispuestos a hacer un congreso más autofinanciado, más autoorganizado, y más militante. Allí me dijeron que eso es lo que hacen ellos siempre, pero bueno, siempre me quedo con esa duda de si alguna vez o no vamos a tener apoyo suficiente y nosotros seríamos capaces, cada uno por sus propios medios, venir a Compostela para reunirnos. Espero que así sea, pero de momento no tenemos ningún motivo para pensar lo contrario porque como se ha dicho ya en el año 99 el congreso de Historia a Debate es la joya de la corona de las actividades culturales durante el Xacobeo, y de las actividades serias durante el Xacobeo, por lo que no hay ningún motivo para pensar que va a haber una restricción en ese sentido, pero bueno, yo me curo en salud porque los cambios políticos tienen que ver la corta duración y con la historia acontecimental, que son mucho más fluidos que Historia a Debate, que es un proyecto de media y que quiere ser incluso de larga duración.

Y nada más. Y queda el tema de sacar o no una lista en inglés. Tenemos dos listas, la general y una de historia inmediata, donde hay un grupo más reducido de colegas, unos que están en la lista general y otros no. Hay un 15% de colegas de la lista general que leen los mensajes mayoritariamente o en 95% escritos en castellano a través de unas traducciones malas, automáticas, que hacemos al inglés a través de Altavista. Y entonces, bueno, algunos de los colegas que están entre esos ciento cincuenta que leen en inglés, en este inglés automático, los mensajes en español, nos decía si no había manera de hacer unas traducciones mejores. No podemos dada la avalancha de mensajes; no tenemos medios económicos para hacer unas traducciones profesionales. Tendríamos que tener a una persona trabajando diariamente con nosotros y eso es imposible. Y la otra opción que hay es sacar una lista exclusivamente en inglés apoyándonos en laos colegas de Estados Unidos, Australia, Japón, Vietnam… o que están ya en la lista y que es un grupo numeroso, que cubre muchos países del mundo. Y al plantearlo, además ha salido en el debate un patriotismo latino que a todos nos encanta, claro, de solamente en castellano, que sea debate sólo en castellano, que además hay desconocimiento de lo que es nuestra red porque desde el I Congreso nosotros introdujimos la traducción simultanea al francés y al inglés. Y en la lista hay un sector que lee todos los mensajes en inglés, y la página web está en castellanos, en inglés y en francés. Siempre hemos llevado a la práctica algo en lo que yo creo, y es que los que nos movemos en el mundo latinos estamos más preparados para el mundo global que viene, que va a ser multicultural; no va a ser un mundo anglófono como quieren vendernos. Y los sectores más inteligentes del mundo académico norteamericano se están dando cuenta. La demostración es que incluso es que incluso Bush procura dirigirse a sus electores naturalmente en castellano. Entonces en ese sentido yo creo que no hay problema porque lo que ya existe seguirá existiendo. Es decir la lista general, que siempre será fundamental para Historia a Debate será mayoritariamente en español. Habrá una lista de historia inmediata para los que estamos más interesados en las cosas que suceden a nuestro alrededor, que muchas veces tiene que ver más con la política que con la academia.

A partir de posiciones básicas latinas, y es que sólo nosotros tenemos la ocasión de hacerlo, no vamos a despreciar esa oportunidad, naturalmente, tenemos que hacerlo en inglés, y eso tendrá un efecto para los que estamos en Santiago de Compostela. Y el que quiera seguir los debates en inglés, que algunos serán como los que se realizan en la lista general y otros serán los debates que ellos quieran, les haremos una traducción automática al castellano, y allí entonces se valorará el interés que existe en el mundo anglófono, que no exactamente el mismo que existe en el mundo francófono. Os lo digo de verdad porque el mundo anglófono a nosotros se nos muestra mucho más abierto, incluyo a Alemania también, en los debates latinos nuestros. Y en la medida en que nos expresemos en inglés pues se ampliará este interés mucho más y nosotros ampliaremos nuestro objetivo, que no es ser una re exclusivamente latina y si ser una red latina con proyección global.

Eso es lo que tenía desde el punto de vista informativo. Si hay alguna pregunta, alguna cuestión que queráis hacer estamos a tiempo. Y entonces por favor lo que si os pido es que, si antes de marchar, si alguien no tiene el folleto del Manifiesto y de las actas, si lo quiere os lo damos.

Hay una edición que han hecho en la Universidad de Zulia, en Maracaibo, del Manifiesto. Entonces si hay alguna cuestión, por favor, si queréis la hacéis, pero tenemos especial interés en que un papel que está ahí, donde recogemos los que habéis llegado después, antes deciros que pongáis ya que habéis venido, vuestra dirección, y si queréis que os incluyamos en nuestra lista de Historia a Debate poned vuestra dirección electrónica.

Yo no sé si se han hecho las fotos de todos lo que están en la reunión. ¿Si? Porque esto, estas cosas para nosotros, a estas alturas, son ya pretextos para sacar , lo que decimos, las fotografías y todo en Internet. Porque aquí estamos veinte o treinta pero ahí están miles, esperando a ver lo que aquí se dijo y quién está, y quién no está. Y quién no está porque esa lista también la pasamos. No, tú has llegado a tiempo, tranquilo, has llegado a tiempo. ¿Hay alguna cuestión? Dime

 

PREGUNTA (ininteligible)

 

Carlos Barros

Pues la red está al servicio de todos y no estaba muy claro lo que iba a dar esto de sí. Y siendo, en fin, la primera vez que desde un ámbito latino estamos haciendo propuestas exitosas, más o menos exitosas, en un plano internacional. Por eso para nosotros es muy importante entrar en el mundo anglófono. Yo, es que no sé, o nos hemos explicado mal o es que no se ha entendido porque, bueno, creo que los últimos mensajes en la lista van más de apoyo a nuestra posición porque es la primera vez en la historia de la historiografía que se da esta oportunidad, y esto es una consecuencia de la globalización, naturalmente que permite que surjan incitativas como, por ejemplo, la historia poscolonial que nace en la India, y que no tiene más fuerza en el primer mundo porque ellos son muy poco militantes, porque los hemos intentado traer a nuestro congreso, nos ha costado un gran esfuerzo, la persona que le tocó en nuestro congreso hacer un balance de historiografía poscolonial no nos envió textos. Otra persona muy importante de Estados Unidos, dentro de esta corriente, me dijo a mi que no podía venir a Santiago de Compostela       porque estaban en un traslado de casa y no podía dejar a su mujer sola en ese momento.

Y yo lo que sí os puedo asegurar es que en Historia a Debate somos muy militantes, y defendemos nuestras ideas en nuestra red por todos los lados. Y eso corresponde quizás o a lo mejor con este tipo latino, no sé, que algo debe de haber pero no estamos dispuestos a despreciar esta oportunidad historiográfica. En la historia de la historigrafía es la primera vez que se da esto, de organizar una red y de dar una repuestas, que sean acertadas o no, nosotros las damos. En otros lugares siguen empantanados en la crisis de la historia, y nosotros hace tiempo que estamos más allá de la crisis de la historia. Estamos haciendo propuestas, y propuestas no solamente teóricas sino que estamos organizando una nueva manera de entender la historia, para la cual no tenemos una receta, naturalmente, y la estamos discutiendo paso a paso y entre todos, y menos una receta individual tenemos.

Yo creo que aquí hay una reunión de los que somos este momento de la lista, si levantáis la manos (hacedlo por favor), pues fijaros, más       los que estamos aquí. Pues somos una minoría, lo cual a mi me place mucho porque eso quiere decir que hemos aprovechado bien esta reunión, no sólo para hablar entre nosotros sino para explicarle otros también como funciona.

Esto realmente no ha sido una información de todo porque pienso que en el acto de las 16:00h. Vamos a ser mucho más extensos y vamos a hablar varios, y yo hablaré al fina y aquellos datos que mis colegas no hayan dicho los diré al final. Pienso que ahí pueden complementar los demás un poco       toda la información de lo que es Historia a Debate y de lo que puede ser, bueno, que lo que puede ser va a depender un poco de todo y cómo evoluciona el mundo porque si el mundo evoluciona, en la peor de las hipótesis después del 11 de septiembre, pues habrá que insistir más en el carácter crítico. Y no me refiero sólo, evidentemente, en términos políticos y solidarios, sino en términos historiográficos porque todo este mundo de héroes y de grandes personalidades que viene de la zona cero la va a acabar potenciando lo que llamamos el retorno a la vieja historia. En algunos países, en Argentina, ni siquiera retorno, siempre han estado ahí, el prócer, las grandes figuras, eso al final va a ser la influencia más inmediata que tenga el mundo que viene. Entonces yo no sé hasta que punto tendremos más o menos consenso en algunas cosas. En algunas a lo mejor       nos vamos a quedar pues como el Pepito Grillo de la historiografía internacional, pues en plan crítico. En otros probablemente se nos va a dar mucho la razón porque hemos hecho en el Manifiesto un gran esfuerzo de síntesis. Y habrá colegas pues eso, que vayan, que sigan el positivismo. Otros que se hayan quedado en la escuela, en los años sesenta y setenta como una colega       y amiga. Yo digo que nosotros trabajamos con gente que no coincide, a veces, con nosotros, y así va ser siempre. Decía el horizonte insuperable de la historiografía, o sea los Annales. Nosotros hace tiempo que hemos estamos ya en el siglo XXI, y somos, hemos nacido, algunos, pues de la Escuela de los Annales.

Entonces ese es el tema, y hay quién sigue todavía, pesar de lo que pasa en el mundo, con la posmodernidad, es decir, son las tres corrientes. Los años 60 y 70 han quedado ahí, y los que han retornado al positivismo o siempre se han quedado ahí. Nosotros consideramos una corriente que nos nutrimos de estas tres y tratamos de dar respuestas para el futuro, y en diálogo continuo porque algo de estas tres corrientes que criticamos al mismo tiempo forma parte de nosotros mismos. Y ahí en esa dialéctica estamos. A las cuatro ya no hablaré yo solo. Hablaremos más y complementaremos los datos que se han ofrecido aquí. Si alguien por favor no ha cubierto esto o quiere el folleto del Manifiesto, de las actas, ahí lo tiene. Y si alguien no lo cubre aquí está. Muchas gracias

INFORME DE REUNIONES DE ARGENTINA Y PONTEVEDRA

Plenamente convencidos de que el contacto digital es insuficiente, hemos organizado por vez primera, el pasado mes de octubre, reuniones de la red HaD en Mar del Plata (14 asistentes), Buenos Aires (12 asistentes), Concepción del Uruguay (19 asistentes) y Pontevedra (25 asistentes), con resultados altamente positivos. Con la excepción de Bs. As., la mayoría de los asistentes a estas reuniones eran nuevos en HaD, muchos de ellos jóvenes historiadores.

Los temas tratados fueron 1) el nuevo apartado de Academia Solidaria, 2) el problema de los nuevos debates, 3) los límites del debate y el problema de los anónimos, 4) el Manifiesto y las cuatro opciones de apoyo (suscripción, difusión, opinión y docencia), 5) la situación de la Encuesta sobre «El estado de la historia», 6) la situación del proyecto de la Revista, 7) la discusión sobre una tercera lista en inglés, y 8) la perspectiva del III Congreso. Sobre los puntos 2 y 3 habrá comunicados específicos.

En todas las reuniones y actos públicos se planteo el «Caso Dargoltz», prácticamente desconocido entre los colegas argentinos. Finalmente, en las tres reuniones argentinas, se planteó la siguiente cuestión «¿Cómo es posible que siendo los historiadores argentinos los que más insisten en HaD para que los historiadores asumamos nuestro compromiso sean tan pocas – y por lo tanto más valiosas- las adhesiones argentinas al Manifiesto de HaD en proporción a la elevada participación de los colegas de Argentina en los debates y en la lista?».

Carlos Barros (8/11/01)
Coordinador de Historia a Debate