MARTES, 11 DICIEMBRE, 16 HORAS
Campus de la Universidad de San Marcos
Conferencia del prof. Carlos Barros
«¿Qué es y qué propone Historia a Debate?
Organiza Facultad de Ciencias Sociales

ENTREVISTA al profesor Carlos Barros en la emisora Radio Cultural «SOL ARMONÍA». (Lima, 11-12-2001).

ENTREVISTADOR (E): Vamos a hablar de las tendencias de la historia.

CARLOS BARROS (CB): Nuestra red, Historia a Debate (HaD), es una red de historiadores donde hay estudiosos del arte, del derecho, de la historia de las diferentes épocas y temáticas…

E: En principio, ¿ Cómo surge este grupo?, ¿ cómo desarrollan su labor?

CB: Este proyecto surge en 1993 en Santiago de Compostela. Realizamos el I Congreso HaD con motivo del Año Xacobeo, Año Jubilar compostelano. Santiago de Compostela fue, desde la época medieval, y es, un centro de peregrinación muy importante. El año en que el día de Santiago Apóstol cae en domingo, es un año religiosamente especial en que se perdonan los pecados a todos los peregrinos que vayan a Santiago de Compostela. En 1993 organizamos una gran «peregrinación» de los historiadores del mundo a Santiago de Compostela para estudiar, discutir y reflexionar sobre el estado de nuestra disciplina profesional, nos reunimos unos 1000 colegas de un elevado número de países. Hicimos una segunda edición en 1999, y así se fue tejiendo una red temática que comunica a historiadores de diferentes países y especialidades. Cada 5 o 6 años -el próximo será en 2004- no juntamos pues para discutir el estado de la historia, por qué escribimos la historia de tal o cual manera, la relación del historiador con la sociedad, etc. Desde hace tres años nuestra red trabaja en Internet, con lo que se ha acelerado mucho la dinámica, , el contacto ahora casi diario se puede decir que HaD ha cambiado radicalmente al entrar en Internet.

E: Ha habido en el mundo diferentes tendencias de cómo ver la historia, de cómo revisar la historia y estas tendencias se han ido desarrollando en el tiempo y se han ido superando unas por otras, de manera que las actuales generaciones de historiadores comienzan a revisar los planteamientos que antes eran absolutamente inamovibles, aportando nuevas visiones, nuevas formas de ver la realidad e incluso descubriendo de qué manera, vamos a decir, se produjo una cierta manipulación, un cierto sesgo en la interpretación de los hechos.

CB: Asi es, cada generación reescribe la historia. Hay un proverbio árabe que uno de los maestros de la historia renovadora del siglo XX, Marc Bloch, recoge en un libro, muy utilizado en América Latina y también en España, que se tradujo como «Introducción a la historia», donde se viene a decir que «el historiador se parece más a su tiempo que a sus padres», o sea que la historia que escribimos está condicionada por la historia que vivimos. Hoy se ha superado -bueno, no todo el mundo- la idea falsa de que en las fuentes y los archivos (frente a los cuales, dicen algunos equivocadamente, somos simples notarios), está la verdad sagrada que nosotros escribimos. Ya se sabe que esto no es así, el historiador a la hora de elegir un tema, a la hora de utilizar una fuente, de interpretar los datos, se quiera o no, introduce valores, conocimiento, ideología, etc. Para que el resultado de nuestro trabajo sea en verdad científico, hay que reconocer que toda historia investigada es al mismo tiempo objetiva y subjetiva.

Estamos viviendo cambios históricos de tanta envergadura… Historia a Debate quiere ser una especie de observatorio mundial sobre la escritura de la historia. Estamos tratando de seguir los acontecimientos que van desde la caída del Muro de Berlín hasta el pasado 11 de Septiembre, con el fin de entrever cómo pueden afectar estos al trabajo de los historiadores, en que aspectos pueden resultar negativos -o positivos- para la disciplina, que ha de basarse lógicamente en el rigor y la honestidad, con independencia de que cada uno tengamos nuestra filosofía de la vida y de la profesión.

E: La historia como ciencia va cediendo cada vez más paso a la interdisciplinaridad, cada vez hay más gente que se integra desde otras disciplinas, por tomar la historia como herramienta de estudios, por ejemplo hay arquitectos que se dedican a la historia, médicos, especialistas y otros profesionales que usan la historia para poder tener panorama más amplio, ¿qué ha pasado?

CB: Sí, toda disciplina humanista y científica remite a un pasado. Cualquier hecho, cualquier objeto que estudies tiene un pasado y para entender lo que es hoy, tienes que entender lo que fue. Y si te preocupa lo que puede ser en un futuro, con más motivo tienes que situar ese objeto, ese tema de investigación, en un contexto temporal. Así en otras facultades, de medicina o de derecho, en las escuelas de arquitectura…, no puede dejar de existir una materia de historia.

Lo que nos caracteriza a los que hacemos Historia a Debate, a los 1600 historiadores que estamos en este momento conectados vía Internet, es que la gran mayoría somos historiadores generales, la historia para nosotros es especialidad central y desde esta especialidad, desde el estudio del pasado, incluido el continuum pasado/presente/futuro, es desde donde podemos aportar algo a otras ciencias y disciplinas. Se ha dicho que la historia profesional tendría de reducirse a proveer de datos históricos a otras ciencias presentistas que los van a interpretar, etc. En Historia a Debate no aceptamos tal «división del trabajo», pensamos que quien está mejor preparado para teorizar y proyectar cara el futuro las enseñanzas del pasado, somos, o debemos ser, los propios historiadores, sin exclusivismo, claro, en competencia con otros científicos sociales. Es por lo que predicamos un intercambio igual con otras disciplinas, aprendiendo y enseñando, importando y exportando en el mismo plano. ¿Es que hay otra manera mejor para que funcione la interdisplinaridad en el mundo académico?

E: ¿Cómo hacer con tanta información a propósito de Internet y de esta posibilidad de intercambio rápido de información? También es cierto que crece la información cada vez más y que es más difícil saber seleccionar y elegir qué cosa es lo correcto o cual es la mejor fuente o cual la más confiable en todo caso para la investigación…

CB: Es cierto, pero Internet está naciendo y hay que dejar que se desarrolle hasta adquirir ese grado de rigor (siempre relativo) que tiene ya la cultura escrita. Sencillamente hay que dejar Internet que se desarrolle, interviniendo en el proceso, naturalmente.

Ese argumento de la falta de selección, cajón de sastre, etc., es correcto, pero me parece un grave error utilizarlo frontalmente contra Internet. La cultura escrita ha necesidado tiempo para desarrollarse plenamente. Hablamos de la profesión de historiador, pero tal cosa no existió hasta hace poco menos de 100 años, y eso en algunos países. No es justo, incluso yo diría que es miope, juzgar a Internet con formatos de comunicación que tienen siglos de existencia, porque son de desarrollo lentísimo. Dejemos crecer la red y veremos, lo estamos viendo, un proceso infinitamente más acelerado. Estamos hablando de un nuevo modo de comunicación social que tiene especial importancia para el mundo académico, Internet nace y se desarrolla en primer lugar en las universidades y se extiende luego al resto de la sociedad. No olvidemos que tiene nada más que unos años de vida y avanza rapidisimamente.

Hay ya buscadores que depuran la información obtenida a través de diversos buscadores, te dan rápidamente unas cuantas web seleccionadas y jerarquizadas. Faltan por crear buenos buscadores especializados, pero todo se andará. Nosotros estamos llevando a la práctica en Internet un nuevo tipo de relaciones entre historiadores, formando una nueva comunidad académica internacional forjada en el debate y el intercambio de información en tiempo real. Falta también el gran salto en nuestra disciplina y en otras, que es poder acceder a las fuentes de la historia directamente desde el ordenador, sin tener que ir personalmente a los archivos. Hay un proceso de digitalización de archivos, por ejemplo del Archivo de Indias se ha iniciado su informatización en 1992, no sé como está ahora, cuando termine va a suponer un salto de gigante, imagínate, estará al alcance de todo historiador latinoamericano el fondo del Archivo de Indias, no habrá que ir a Sevilla.

Imagínate lo que eso va a suponer, el acceso a fuentes inéditas en tu casa o en tu despacho de una manera directa. Hay mucho por recorrer en lo que respecta a Internet. Demos toda la confianza a este nuevo mundo de comunicación global.

De entrada ya podemos decir que hubiese sido impensable que historiadores de más de cincuenta países, de más de ciento cincuenta universidades, pudiésemos estar en contacto todos los días con debates, transmitiendo información alternativa, construyendo una comunidad virtual.

Debo confesar que a mí no me gusta del todo el término «virtual», porque parece que tal cosa no existe, y sin embargo somos reales, somos una comunidad digital que actua realmente (véase si no el caso Dargoltz), tratando de controlar alternativamente los efectos de otros poderes menos democráticos e horizontales sobre nuestra comunidad académica. Es algo asíc omo defender el derecho de autodeterminación de los historiadores a fin de poder decidir lo nuestro, la escritura de la historia. Porque como es natural la historia que vivimos depende más de los sujetos sociales y políticos, aunque algo podremos aportar desde la historia académica, ¿no?.

Pretendemos al menos que nadie nos marque el camino, o nos lo marque lo menos posible, a la hora de ejerecer nuestro oficio. Para lo cual hay que unirse, horizontalmente, lo que antes de Internet era impensable, Pasamos de hacer Congresos cada 5 ó 6 años a constituir una extensa red que tiene la mano muy larga -nos decía una colega argentina-, que influye en innumerables departamentos de historia. La revolución tecnológica de las comunicaciones está posibilitando una revolución intelectual en el campo académico de la historia y la historiográfica. ¿Cómo no vamos a apostara por Internet? En conclusión, debemos considerar a Internet como un niño que tiene que desarrollarse, que tiene su defectos, pero que hay que cuidar y educar, y está en nuestra manos todavía poder hacerlo, ayudarlo a crecer, de forma que sirva a buenas causas, a la historia, a la cultura, a la solidaridad…

E: A propósito de temas de niños, de historia y de debate, hay un tema de debate que es muy bonito y es el de la historia y la educación. Recuerdo una conferencia donde se hablaba, como vos, de la relatividad de la investigación en historia, se decía, por ejemplo, que la Independencia de América puede entenderse por la decadencia de España, por los intereses de los criollos que estaban asentados acá, por los intereses de los ingleses que querían comerciar con América, etc. En fin, había como 6 ó 7 razones y cada una de ellas podía ser la más importante, en realidad todos ellas concurrieron a explicar el hecho, ¿no es cierto? Entonces ¿cuál es la historia que se enseña?, en todo caso ¿es la historia, entre comillas, oficial?

CB: Nosotros estamos llevando una verdadera cruzada en Historia a Debate para que cambie el concepto científico de la historia en el sentido de que la vieja historia del siglo XIX, de los primeros pasos de la historia como disciplina profesional, esa vieja idea de que el historiador tiene que escribir el pasado «tal como fue», corresponde a un objetivismo muy ingenuo, muy poco riguroso, muy poco científico. Se supone que el concepto de ciencia imita las ciencias físicas y de la naturaleza, pero el principio de Heisenberg de principios del XX nos enseñó que el observador condiciona de tal manera su objeto de investigación, que resulta inseparable el objeto y el sujeto de la investigación. El siglo XX, que ha tenido cosas buenas, sido cada vez más claro en lo siguiente toda ciencia lo es porque renuncia a la idea religiosa de lo absoluto. Yo suelo poner como ejemplo en mis clases lo siguiente si en este momento quisiéramos reconstruir -digo- la clase que estamos dando y ser lo más objetivos posible, no servirían los apuntes que estáis tomando, tampoco valdría probablemente un hipotético registro oral, un vídeo sería más aproximativo a lo que aquí sucede porque nos proporciona texto, sonido e imagen, y aún así tampoco sería del todo «objetivo», puesto que yo tengo un punto de vista y los alumnos otro, o varios. Como profesor, estoy sobre un estrado más alto que vosotros, tenéis que venir a oirme (no siempre con ganas), no siempre prestáis atención… En resumen, diversidad de fuentes y puntos de vista, ¿como reconstruir la clase «objetivamente»? La propia parcialidad de los que intervienen en un hecho suele ser plural, habría que reconstruirlo por tanto pluralmente, relativamente (condicionado por el sujeto). En este mundo en el que vivimos hay tal cúmulo de información que va a ser cada vez más necesario que los alumnos tengan en su cabeza más de una idea a la vez, y no queremos decir que sean más o menos inteligentes, sino que cambien de chip, de método, de enfoque, hacia algo menos maniqueo. Lo que además será una buena vacuna para el dogmatismo y el sectarismo que ha limitado dramáticamente el horizonte cultural y político a lo largo del siglo XX. El alumno tiene que aprender a pensar la historia de una manera compleja, lo que no tiene porque excluir ni la claridad ni el compromiso. Ahí está la función del historiador y de la enseñanza de la historia. No digo que sea fácil, pero es que el mundo que nos toca vivir es cada vez más difícil. La enseñanza tiene que crear ciudadanos. La historia debe servir para formar ciudadanos con actitudes tolerantes hacia el «otro». Es necesario educar a la gente desde la historia para el mundo multicultural que viene, necesariamente democrático y plural.

E: Muy bien, muchísimas gracias pero lamentablemente no podemos continuar porque se nos escapa la hora, en todo caso vuelvo a repetir la convocatoria en la Universidad de San Marcos, en la Facultad de Ciencias Sociales, en la Avenida Universitaria, a las cuatro de la tarde. Y el viernes ¿se repite la conferencia a las cuatro?

CB: El viernes habrá otro acto en la universidad Ricardo de Palma, en el auditorio de Lenguas Modernas, a las 1830 de la tarde, es otra conferencia distinta, Hemos elaborado un Manifiesto Historiográfico, a través de Intenet, colegas de varios países, y vamos a dar una explicación más detallada de nuestras posiciones para la escritura de la historia en el siglo XXI.

E: Muchísimas gracias.

CB: Gracias a ti.

E: Hemos hablado con el Doctor Carlos Barros, profesor titular de Historia Medieval de la Universidad de Santiago de Compostela y coordinador de la red académica internacional Historia a Debate.

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