Secc. temática I. 2. Innovaciones
paradigmáticas (historia mundial como historia global)
Autor:
Ricardo Ávila (Universidad de Guadalajara, México)
Título:
Enseñar los procesos de la historia mundial para la ciudadanía global
Resumen:
Como historiador y como maestro de historia, he constatado que en mi
Institución, pero también en otras más de México, la historia que se
enseña es fragmentaria, inconexa, muy echada sobre la nación misma y
bastante ideologizada. Esta situación proyecta, entre legos e iniciados,
cierta sensación de no pertinencia del saber histórico: no se ha logrado
pero quizá tampoco se ha buscado una visión de conjunto, compleja pero
comprensible, de la milenaria experiencia humana.
El conocimiento acumulado, la proliferación de la información, su manejo
expedito gracias a nuevas tecnologías, pero sobre todo la certeza de que
el hombre ha arribado a grados de integración planetaria complejos,
mueve a replantear la enseñanza de la historia. Dicha enseñanza tendría
que plantearse, antes que nada, el manejo de un instrumental básico para
explicar y comprender la presencia del ser humano en el planeta y su
compleja evolución social y cultural: se trata, por un lado, de hacer
comprensibles las causas y los efectos que han llevado a la humanidad al
estadio donde se encuentra, y por otro, se trata de que quienes aprendan
así la historia, sepan que lo que haga o dejen de hacer puede incidir en
sus procesos.
Nuestra concepción de la enseñanza de los procesos de la historia
mundial implica saber examinar y comprender sus tramas básicas,
entendidas como fenómenos socioculturales intrincados y constantes o
invariantes, que constituyen un todo que puede ser explicado
racionalmente: comprender el derrotero humano a lo largo de milenios
tendría que ser piedra angular en toda educación y más aún si se forman
historiadores, educación que se plantee, por supuesto, la formación de
ciudadanos cuya perspectiva hoy no puede ser otra que la del planeta
entero.
El esquema básico de la propuesta de enseñanza de los procesos de la
historia mundial que concebimos, tiene como marco las grandes
revoluciones que ha experimentado el hombre a partir de su separación
del tronco de los primates. Las tramas históricas puestas a examen deben
ser comprendidas a partir de dichas revoluciones, de la acumulación y
aplicación de conocimiento, así como de las constantes o invariantes que
han estado presentes a lo largo de dichos procesos históricos. Éstos,
así entendidos, no pueden abonar en la historia linealidad, sino en la
historia-red, ámbito donde se concatenan e interactúan dialécticamente
todas las facetas del comportamiento humano.
Esta propuesta de la enseñanza de la historia procura, en primer
término, que el estudiante obtenga conocimientos elementales del
funcionamiento social desde su irrecusable perspectiva diacrónica.
Busca, en segundo lugar, la formación del individuo como sujeto
histórico, como actor social consciente y comprometido con el devenir
histórico, capaz de operar en un entorno en constante cambio y
expansión. Pretende, en tercer lugar, educar reconociendo la
multiculturalidad global, y por la tanto al otro. Por último, busca que
el estudiante se convierta en un ciudadano global comprometido con la
realidad planetaria toda pero actuando desde su localidad, asumiendo,
gracias a la enseñanza de los procesos de la historia mundial, que el
género humano es uno solo y que su única casa es la Tierra,
NB. En la conferencia que propongo para el V Congreso Internacional
Historia a Debate desarrollaré con detalle los temas señalados y otros
concomitantes, apoyado en la bibliografía pertinente. |