El IV Congreso Internacional Historia a debate visto
desde el medievalismo
Roberto J. González Zalacain
Universidad del PaÃs Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea[1]
Como ocurre en cada año Xacobeo desde 1993, la ciudad de Santiago de
Compostela acogió una nueva edición del Congreso Internacional Historia
a Debate. Este encuentro ya se ha convertido en una referencia para la
historiografÃa nacional e internacional, siendo un punto de encuentro
fundamental en el intercambio de ideas acerca de la situación de nuestra
disciplina y sentar las bases para impulsar un nuevo paradigma
historiográfico.
En esta nueva edición, celebrada entre los dÃas 15 y 19 de diciembre de
2010 en Santiago de Compostela, se presentaron más de un centenar de
historiadores de instituciones académicas de tres continentes, con un
total de diecisiete paÃses representados, que reforzaron la dimensión
internacional de este evento[2].
El planteamiento del programa buscó reforzar el debate entre
especialistas, alejándolo de los parámetros tradicionalmente utilizados
en reuniones cientÃficas de este tipo. AsÃ, no se planteó ninguna sesión
académica en función de criterios cronológicos, sino que se crearon
grandes bloques en los que los diferentes especialistas encontraran
puntos en común para el intercambio de ideas.
AsÃ, las comunicaciones se dividieron en dos grandes bloques. El primero
se titulaba Oficio de historiador, y agrupaba cuatro secciones con
distintas orientaciones temáticas destinadas a perfilar mejor la
caracterización de nuestra profesión en estos tiempos: Nuevas relaciones
entre historiadores y fuentes; Innovaciones paradigmáticas; Nuevo
paradigma educativo; Historiador, público y valores y Lo nuevo y lo
viejo en teorÃa de la historia.
El segundo bloque de comunicaciones se dedicó a la HistoriografÃa. En
esta ocasión las sesiones planteadas trataban de contextualizar tanto
las grandes corrientes pasadas como las perspectivas futuras de su
evolución. Por el propio sujeto de debate era necesario el despliegue de
un abanico mayor de sesiones, que se titularon, concretamente: Escuelas
del siglo XX, retos del siglo XXI; De las especialidades al debate
general; Dos décadas de Historia a Debate; Redes y tendencias actuales,
HistoriografÃa de paradigmas; e
HistoriografÃa y contextos polÃticos.
Además de las comunicaciones presentadas, que finalmente superaron
ampliamente el centenar, hubo intensas sesiones de debate articuladas en
torno a varias mesas redondas que trataron distintos aspectos de nuestra
realidad actual.
En este caso los grandes ejes de desarrollo de los debates se
articularon en dos grandes direcciones. Por un lado, se trató de
implementar el análisis de historia inmediata en referencia a varios
temas de candente actualidad, y que ilustran de manera tangible los
valores que el análisis histórico puede aportar a la comprensión de
nuestra realidad nacional e internacional, polÃtica y económica, social
y cultural: El siglo de Obama; Crisis 2008-2010 mirada histórica;
Gobernanza mundial, pasado y futuro; Movimiento social global, pasado y
futuro; El estancamiento de Europa; América Latina en transformación;
Historia y cambio climático; e Historia y justicia universal.
El otro gran bloque de debate tratado a través de las mesas redondas se
englobó bajo el tÃtulo Historia, sujetos, escritura, y también trató
numerosos aspectos de interés para el desempeño cotidiano de nuestra
disciplina: El historiador de sà mismo; Historia académica y ficción
histórica; Historiadores y memoria histórica; ArqueologÃa, empresas y
Estado; y Bolonia y enseñanza de la historia.
Como se puede apreciar por esta sintética presentación de contenidos, el
programa de la cuarta edición de Historia a debate resultaba de gran
interés para los historiadores del mundo medieval, aunque careciera de
sesiones temáticas relativas a esa época, o de otras de corte
metodológico en el que exponer cuestiones de ese tipo.
Tanto es asÃ, que podemos reseñar la participación de un relativamente
amplio grupo de medievalistas Âcomparable en número al de los
historiadores de la Antigüedad o del mundo Moderno que aportaron su
experiencia profesional de trabajo cotidiano sobre el mundo medieval al
conjunto de
historiadores presentes en el congreso.
Para reseñar brevemente esa participación "desde el medievalismo" en las
comunicaciones y conferencias plenarias de Historia a Debate, hemos de
comenzar por lógica aludiendo a los principales impulsores del
encuentro, Carlos Barros como coordinador, e Israel SanmartÃn como
secretario. En el primer caso, participó en una conferencia plenaria
titulada HistoriografÃa de valores[3], mientras que en el segundo lo
hizo con una interesante disertación sobre Los presentes en la Edad
Media. Una aproximación desde la Historia Inmediata de Historia a
Debate. Ambos abordaron diversos aspectos de la realidad actual de la
disciplina histórica confrontándola con las aportaciones relacionadas
con el Manifiesto Historia a Debate.Un hilo argumental semejante tuvo la
aportación de quien suscribe estas
páginas, que planteó un acercamiento a una de las más pujantes
especialidades de la historiografÃa reciente, la historia de la familia,
a
la luz del Manifiesto, concluyendo que muchas de las claves que se dan
desde esa especialidad encajan en las propuestas generales para una
nueva historia, y que por tanto puede constituirse como un elemento
importante a la hora de valorar la redacción del nuevo discurso
historiográfico.Reflexiones generales también planteó José Enrique Ruiz
Doménec, en otra de las conferencias plenarias del congreso, titulada
Qué debe contener una historia de España del siglo XXI, y en la esbozó,
desde su experiencia reciente, cómo ha de abordarse el planteamiento de
un manual de historia que supere las tradicionales limitaciones
detectadas en los libros de referencia
al uso.
Sobre un mito eminentemente medieval habló en su aportación José Miguel
Andrade Cernadas. Bajo el tÃtulo Santiago guerrero y otras leyendas del
pasado jacobeo: su repercusión en la historiografÃa y en la
peregrinación contemporánea, presentó la revisión que está teniendo en
las últimas fechas la leyenda de "Santiago matamoros" y su difÃcil
acomodo con la conversión de la peregrinación a Compostela en un
fenómeno multicultural y un masivo éxito, que ha provocado una cierta
incomodidad con esta imagen.Francisco José Marcilla disertó sobre
Repetición y progreso. Reflexiones acerca de nuevos enfoques en el
quehacer del historiador, tratando de
aproximarse, a través de una serie de ejemplos concretos y la aportación
de otras disciplinas como la psicologÃa, la antropologÃa o la
sociologÃa, al debate sobre la existencia de "constantes" o "leyes" en
la historia.Hacia los castillos y el análisis desarrollado por la
historiografÃa centró su comunicación Carlos Galbán. El objetivo de su
presentación fue el de llamar la atención sobre el hecho de que, a pesar
de la utilidad de la ingente cantidad de monografÃas, obras de sÃntesis,
estudios artÃsticos y restauraciones realizadas sobre los castillos, la
carencia de una reflexión conceptual en torno a lo que el hombre del XXI
denomina castillo y lo que esto podrÃa parecerse a la visión de un
hombre de los siglos XIV o XV podrÃa conducir a que el investigador haya
estudiado castillos que no lo son Âni lo fueron e ignorado otros
simplemente por no parecerlo desde su conceptualización actual.
Además de las aportaciones de medievalistas al debate del congreso,
conviene señalar que también otros aspectos relacionados con nuestra
especialidad fueron tratados en esos dÃas en Santiago. De entre ellas
destaca la comunicación de Felipe Brandi Lo legendario y la memoria
histórica. Anotaciones sobre la traducción española de "El domingo de
Bouvines" de Georges Duby, en la que se destacó cómo, aún en 1988, la
tardÃa traducción española de esta emblemática obra del genial
medievalista francés obviaba un pasaje en el que Duby criticaba con
dureza el régimen de Franco, comúnmente entendido no sólo como acusación
contra los usos polÃticamente interesados
de la historia, sino también como un alegato a la subjetividad del
historiador que rompe con esferas más positivistas de la disciplina.
Por último, otro de los grandes medievalistas del siglo XX también
mereció la atención de los presentes, a partir de la comunicación de
Jordi Canal titulada Releyendo a Marc Bloch. Historia, escritura,
compromiso, en la que se utilizaba el ejemplo del historiador ejecutado
por los nazis en la II Guerra Mundial para desarrollar la idea del
compromiso del historiador, que ha de ser en esencia distinto al del
ciudadano.
Además de ello, hay que destacar igualmente las aportaciones que desde
el medievalismo, o sobre él, se hicieron en esta cuarta edición de
Historia a Debate en las distintas mesas redondas. César González
MÃnguez presidió la sesión dedicada a la crisis económica que
actualmente atraviesan las economÃas capitalistas del mundo occidental.
Además, en ella realizó una propuesta de comparación entre la crisis del
siglo XIV y la actual, huyendo de comparaciones fáciles, en la búsqueda
de aportar datos que ayuden a comprender mejor nuestro contexto actual.
José Enrique Ruiz Doménec continuó preguntándose ¿Por qué debemos
conocer la historia de Europa?, en esta ocasión en el seno de la mesa
redonda titulada El estancamiento de Europa, y destacando la necesidad
de profundizar en el conocimiento del pasado europeo global que tenemos
en nuestros dÃas, inmersos en una coyuntura polÃtica que exige nuevas
identidades elaboradas a partir de criterios distintos de los manejados
hasta el momento.
También hubo participación sobre el medievo en la mesa redonda sobre
Historia y cambio climático. En concreto, Francisco DÃaz-Fierros
Viqueira hizo una presentación sobre El periodo cálido medieval.
Situación actual de los conocimientos, en la que destacó que el conocido
como PerÃodo Cálido Medieval no puede ser considerado como un evento de
carácter global , y señalando además que existe un amplio consenso en
que la amplitud de ese calentamiento fue inferior al que se está
experimentando en la actualidad. En esa misma sesión participé yo mismo,
con una reflexión acerca de la supuesta inevitabilidad del cambio
climático. Asimismo, tuve la ocasión de
presentar al congreso, en el marco de la sesión titulada El Siglo de
Obama, un somero análisis de la configuración de la nueva administración
de los EE.UU. surgida de la victoria en las elecciones de 2008 de Barack
Obama. En él se trataba de comprobar, mediante un esquemático modelo
analÃtico tomado de la adecuación de los estudios sobre elites de los
mundos medieval y moderno a ese contexto, el grado de ruptura polÃtica
que supuso el ascenso al poder del primer presidente de raza negra de la
historia.
Estas fueron, de manera muy breve, las aportaciones fundamentales que el
mundo de la Edad Media y su historiografÃa aportaron al IV Congreso
Internacional Historia a Debate. Con ellas se demostró que desde la Edad
Media se pueden aportar interesantes reflexiones que ayuden a conformar
el futuro de nuestra disciplina.
La representación del medievalismo fue, en esencia, pareja a la que pudo
plantearse desde las otras grandes especialidades cronológicas previas a
la etapa contemporánea. También los expertos de la Historia Antigua y de
la Moderna aportaron interesantes ideas sobre la crisis o la utilización
de la historia como herramienta polÃtica, por lo que la impresión final
es positiva.
Aunque nuestra representación cuantitativa en ésta última edición no
haya sido especialmente destacable, el nivel de las aportaciones y los
temas tratados hacen que la experiencia de esta cuarta edición desde el
punto de vista del medievalismo deba ser calificada como positiva, pese
a que serÃa conveniente que nuestra especialidad estuviera más
representada en aquellos foros en los que se debate sobre el pasado,
pero sobre todo sobre el presente y el futuro, de la historia.
Para ello Historia a Debate constituye un marco privilegiado. Buena
parte de las sesiones académicas del congreso fueron retransmitidas a
través de internet para todo el mundo, y la red internacional de debate
permite intervenir en debates que hasta hace muy poco estaban fuera del
alcance del medievalista.
Por ello hay que resaltar la experiencia positiva de esta cuarta
edición. La consolidación de la historia digital, y la posibilidad de
adecuación del análisis realizado desde el medievalismo a la historia
inmediata, nos muestran algunos de los caminos que se abren a nuestra
especialidad para influir de manera efectiva en los debates que afectan
a la esencia de nuestra disciplina.
La participación reseñada en las páginas anteriores asà lo demuestra. El
reto consiste, a partir de ahÃ, en conseguir trascender al debate propio
del medievo y participar, en un número mayor en esta configuración
constante de la especialidad histórica. El IV Congreso Internacional
Historia a Debate demostró que es posible.
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[1] Convocatoria para la concesión de ayudas de especialización para
investigadores doctores en la UPV/EHU (2010).
[2] Pueden consultarse los detalles del congreso en la página web de
Historia a debate:
https://www.h-debate.com/
[3] Se puede visionar a través del siguiente enlace:
https://www.youtube.com/user/HistoriaDebate.