Mesa M
Anabella Barroso Arahuetes.
Izaskun Sáez de la Fuent'e Aldama
Instituto Diocesano de TeologÃa y Pastoral, Bilbao
MÃTODOS CUALITATIVOS E INTERDISCIPLIAARIEDAD:
HACIA MODELOS INTEGRADOS DE INVESTIGACIÃN
A partir de los años 80, los movimientos de renovación historiográfica
plantearon en muchos paÃses una nueva concepción de los temas objeto de estudio y
nuevas rnetodologÃas que favorecieron o salieron al encuentro de la historia oral. La
aproximación a otras disciplinas como la sociologÃa, la antropologÃa social, la
etnologÃa, la literatura, etc... que estos cambios generaron reforzaron la sensibi]idad
hacia las fuentes orales '. En España el panorama fue diferente. aunque hay estudios
historiográficos con fuentes orales de indudable rigor cientÃfico, no se ha reconocido
suficientemente su potencialidad renovadora, tanto en lo que se refiere a su objeto
general de investigación, enmarcado en la historia del tiempo presente, como por sus
posibilidades de contacto metodológico con el resto de ciencias sociales.
Desde sus orÃgenes, la sociologÃa ha permanecido enfrascada en una agria
polémica sobre la fiabilidad y validez de los diversos métodos de investigación. Durante
más de un siglo ha existido cierta tendencia a privilegiar las técnicas cuantitativas
propias de una concepción positiva del conocimiento que, al estilo durkeimniano,
comprende la realidad social como mero conjunto de hechos sociales, haciendo caso
omiso de los significados que los individuos, en cuanto a actores, otorgan a dichos
hechos o acciones. En las últimas décadas el proceso ha tendido a invertirse,
revalorizándose lo cualitativo y comprehensivo hasta el punto de llegar a caer en
determinados casos en el mismo fundamentalismo cientifico que los años en que la
sociologÃa buscaba consagrar su status cientÃfico. Lo cierto es que las ciencias sociales
son objetivamente ciencias, pero de diferente manera que las naturales, ya que su
realidad resulta tremendamente compleja y heterogénea, mucho más que la natural.
Según el aspecto o la dimensión que queramos considerar en nuestra investigación, el
propio objeto reclamará un tratamiento cuantitativo o cualitativo o la
complementariedad de ambos, en coherencia con un determinado marco teórico. De ahÃ
la necesidad del pluralismo metodológico.'
Los contactos interdisciplinares, que tanto han aportado al desarrollo de la
historia y de la sociologÃa en otros paÃses, han sido y son todavÃa, en España, la
excepción más que la regla. Este artÃculo pretende ser una llamada de atención que,
rompiendo con debates internos y externos, estériles y que solo dispersan esfuerzos,
busca pautas prácticas que favorezcan los intercambios metodológicos y la
interdisciplinariedad.
Partimos de un denominador común que es el objeto de estudio: la realidad
social en su vertiente dinámica en la que confluyen la historia del tiempo presente, la
historia social, la sociologÃa histórica, la sociologÃa comparada, etc... La
complementariedad se da asà mismo en el terreno de las técnicas de investigación,
aunque la diversidad terminológica haya impedido descubrir la convergencia. El
nominalismo se ha erigido en serio obstáculo para el avance cientÃfico, empeñándose en
concebir la fuente oral, las entrevistas en profundidad o las historias de vida como
compartimentos estancos sin posibilidad de bases comunicantes entre ellas.
Nuestra aportación se centra en subrayar la base común de funcionamiento entre
dichas técnicas por medio del diseño de unas pautas básicas para la realización de
relatos biográficos entrevistando a personas o grupos (comunidades, grupos
profesionales, colectivos inmigrados...) como paso previo a su utilización con fines
historiográficos y/o sociológicos.
Existen fenómenos especialmente adecuados para ser abordados con este tipo de
técnicas como los procesos de desajuste y crisis, cambios individuales y colectivos, que
presuponen modificaciones significativas en el comportamiento o en el sistema de
valores de los sectores sociales implicados. Las temáticas comprenden un amplio
abanico que va desde las migraciones, la marginalidad, la delincuencia, creencias y
prácticas religiosas, los liderazgos polÃticos o asociativos, la familia, la mujer, las
minorÃas étnicas... hasta los efectos de la guerra, el exilio, h clandestinidad, la oposición
polÃtica o las identidades colectivas y nacionales .