- Randy Chávez [9/6/06]
- Rigoberto Rodríguez [13/6/06]
- María I. Carzolio [14/6/06]
- Uruguay Vega [10/10/06]
- Carlos A. Abarca [20/10/06]
- César Mendoza [2/11/06]
- Iván Jiménez [22/12/06]
- Marcos Sánchez [31/1/07]
- Gema Lozano [21/1/07]
- Norma de Los Ríos [11/5/07]
- Miguel Leal [6/11/07]
- César Mendoza [3/1/08]
- Patricio Rivera [3/1/08]
- Inti Villaroel [4/1/08]
- Martin Casarino [4/1/08]
- Francisco Quiroz [4/1/08]
- Marcos Sánchez [7/1/08]
- Jorge Retamal [10/1/08]
- Lucila Sillo [11/1/08]
- Inti Villaroel [11/1/08]
- Maria T. Toribio [15/1/08]
- Patricio Rivera [15/1/08]
- Beatrice Borghi [15/1/08]
- José L. Cifuentes [18/1/08]
- Francisco Correa [15/1/08]
- Inti Villaroel [21/1/08]
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- Jaime Álvarez[29/1/08]
- Orestes Arenas[29/1/08]
- Paola Viteri[29/1/08]
- Patrick Wilkinson[13/2/08]
- Luis Oporto»] [13/2/08]
- Patricio Carvajal [13/2/08]
- Jorge Oriola [19/2/08]
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- Mercedes Samaniego [21/2/08]
- Martin Casarino [12/3/08]
- Tatiana Camargo [12/3/08]
- Víctor Velezmoro [12/3/08]
- Patricio Carvajal [15/3/08]
- Lilly Soto [24/3/08]
https://cultura.elpais.com/cultura/2012/02/28/actualidad/1330461234_643139.html
EL HISTORIADOR Y LAS FUENTES
La fuentes no hablan por sí solas, y menos si el acceso está prohibido. Los cambios en el Vaticano del Papa Francisco influyen también en la escritura de la historia de la Iglesia.
Carlos Barros
Profesor en Universidad de Santiago de Compostela
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Un gran tema puesto a Debate por el Profesor Carlos Barros. Según como definamos lo que entendemos por fuentes, cuál es su naturaleza y sus funciones epistemológicas, es clave para la erradicación del «positivismo» como saber y como escritura de la historia.
Rodrigo Ahumada Duran
Universidad de San Sebastián
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«Las fuentes no hablan por sí solas», en esa afirmación se encuentra la clave de la discusión.
Me atrevo a proponer para la discusión la siguiente definición de documento o fuente: «cualquier rastro, huella o vestigio (vestigia) que nos permita conocer algo del pasado humano (poco importa si es pasado inmediato o remoto); según la perspectiva desde la cual es interrogado por el historiador».
Esto quiere decir, que el documento o las fuentes se configuran como históricas en la misma medida que el historiador las hace pasar de ser un signo inteligible en potencia a un signo inteligible en acto.
En esto reside la diferencia radical entre el realismo ingenuo de positivistas y empiristas del realismo «crítico», que rehabilita el rol del sujeto individual en la elaboración del saber (episteme) y del relato (poética) de la historia.
Rodrigo Ahumada Duran
Director Escuela de Historia y Geografía, Universidad San Sebastián. Miembro, Academia Pontificia Tomás de Aquino
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Creo que la oportunidad que brinda la iglesia, de revisión de fuentes tiene además un mérito asociado, es permitirnos contextualizar desde nuevos ángulos, con referencias específicas a fuentes que en algún momento eran sólo presunción; desde esa perspectiva se generan además nuevos elementos para poder construir o re-construir, procesos de transposición didáctica que fortalezcan desde una perspectiva crítica la formación docente
Marta Castañeda Meneses
Universidad Autónoma de Barcelona
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Muy interesante lo que dice el Profesor Rodrigo Ahumada Durán, los hechos se convierten en documentos o fuentes en tanto vienen a responder a una pregunta previa del investigador, cuestión que desde una mirada filosófica nos remite a la revolución copernicana en el conocimiento de la que habló Kant que permitió pensar una objetividad construida por el sujeto a diferencia del empirismo, proceso al que se le agregarán muchos otros que en la contemporaneidad se opondrán al positivismo como Foucault, Ricoeur, etc. con la problemática de la narración…..
Maria Marta Foulkes
Profesora e investigadora en Universidad Nacional de Buenos Aires
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Debe ser difícil hoy día encontrar a alguien que se declare abiertamente discípulo de Augusto Comte, y sin embargo su presencia pareciera estar más fuerte que nunca, en lo que podríamos llamar una especie de «mentalidad positivista», mentalidad que no admite más que un modo de conocer (univocismo), a saber, el empírico. Lo que no entra en ese registro es desechado por ser considerado inútil. Eso explica el desprecio actual hacia las humanidades, y especialmente a cualquier forma de reflexión filosófica.
Rodrigo Ahumada Duran
Director Escuela de Historia y Geografía, Universidad San Sebastián. Miembro, Academia Pontificia Tomás de Aquino
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Estoy de acuerdo con el profesor Rodrigo Ahumada que la clave está en la frase «las fuentes no hablan por sí solas». Existe un gran anclaje epistemológico en la sociedad que cree que Historia y pasado son realidades miméticas y que la información que proporciona una fuente es una realidad en sí. Se olvida que la Historia es una construcción, y que el pasado es el objeto de estudio de la Historia. Las interpretaciones históricas dependen del sujeto (historiador), de su método y del contexto socio-cultural, político y económico del momento en el que intenta analizar una fuente para explicar el pasado.
Cosme J. Gómez Carrasco
Profesor Contratado Doctor (Associate Professor). Área de Didáctica de las Ciencias Sociales, Universidad de Murcia
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Me parece muy interesante la discusión que plantean. Hablando desde acá, América Latina, les comento que tenemos un fuerte proceso de cuestionamiento de la historia y de la construcción de la realidad. Principalmente con la corriente de la ecología de saberes y la propuesta de la descolonización del pensamiento, misma que nos lleva a volver a escribir la historia desde otra mirada.
Enriqueta Lerma
Investigadora-Estancia Posdoctoral en Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social
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Alguien dijo, no hay cosa que envejezca más que un libro de historia. La historia está en constante revisión, porque cambia con los tiempos, y con los sujetos que la escriben. Nuevos testimonios, documentos e interpretaciones contribuyen a esa dinámica.
Rubén Bourlot
Profesor de Historia y Educación Cívica – Investigador
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Es cierto, en la medida que los pueblo cambian, cambia la manera de posicionarse e interpretar su propia historia, me parece especialmente productiva la introducción de la mirada latinoamericana, porque nuestra condición de país dependiente nos exige repensar todas las categorías desde nuestras propias experiencias y no la de los países dominantes. En general no nos forman para esto en la Academia y sin desconocer los fructíferos aportes que hizo Europa a nuestro pensamiento, tenemos una deuda pendiente con nosotros mismos que es consolidar una filosofía latinoamericana y un sujeto social latinoamericano que está en gestación, Seguro que esto introduce modificaciones no sólo en nuestro pensamiento sino también en los demás y hay toda una historia reprimida de la que tenemos que hablar………….
Maria Marta Foulkes
Profesora e investigadora en Universidad Nacional de Buenos Aires
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Coincido totalmente con lo que expresas, María Marta.
Rubén Bourlot
Profesor de Historia y Educación Cívica – Investigador
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Todo este debate finalmente nos debería conducir a reflexionar y discutir en torno a lo que George Robinson Collingwood llamaría «The idea of history» (1946). La historia admite a partir de los latinos (en ningún caso el mundo helénico), dos grandes sentidos para la palabra historia, historia conocimiento (indagación) o «narratio rei gestarum» y la historia como realidad o «hechos» o «res gestae».
Creo que hay que asumir el primado de la historia-episteme sobre la dimensión óntica de la historia. En este sentido epistémico creo que la historia se podría definir en los siguientes términos: “la historia es un saber y un relato que es el resultado de una relación permanente e inestable, entre el presente del historiador y el pasado humano (poco importa si es pasado reciente o inmediato) que éste considera en el contexto de su contemporaneidad» (Cf. Rodrigo Ahumada Durán, La historia en un tiempo de dudas, Santiago, Ediciones Universidad San Sebastián, 2012).
Prefiero la palabra saber por sobre la palabra ciencia, por cuanto privilegia el sentido de la contingencia por encima del sentido de necesidad. Lucien Febvre, ya advertía esto al señalar que la historia era «un estudio científicamente elaborado», y no la palabra ciencia para nuestra disciplina, por cuanto la ciencia implica la idea de necesidad y universalidad.
Por otro lado, me parece excesivo la tendencia de algunos autores de reducir la historia a un mero relato, sobre todo a partir de la influencia de Hayden White, para quien la historia es un «artefacto literario» (a literary artifact) y un relato ficcional o una ficción verbal.
Rodrigo Ahumada Duran
Director Escuela de Historia y Geografía, Universidad San Sebastián. Miembro, Academia Pontificia Tomás de Aquino
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Discrepamos, Rodrigo, en lo de no considerar la historia como ciencia (según las definiciones actuales, pospositivistas), tampoco en la reivindicación de Collingwood, pero coincidimos en la definición de E H. Carr (que no citas) sobre la interacción continúa historiador/fuentes (que tampoco nombras) así como en el rechazo del posmodernismo. Por lo demás el debate me ha parecido magnífico.
Carlos Barros
Profesor en Universidad de Santiago de Compostela
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Estimado Carlos, agradezco tus observaciones, es la cortesía de historiadores discrepar sobre los fundamentos de su disciplina. Mi intención es alejarme lo más posible, como lo hizo los Annales y sus herederos, pero también la filosofía crítica de la historia, de la idea de ciencia, para evitar la trampa del positivismo. Creo que la noción de saber puede ser, al menos como hipótesis de trabajo, un buen punto de partida para indagar sobre esta espinuda cuestión epistemológica. Un saludo afectuoso.
Rodrigo Ahumada Duran
Director Escuela de Historia y Geografía, Universidad San Sebastián. Miembro, Academia Pontificia Tomás de Aquino
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Todo este debate es muy interesante, aprovecho esta oportunidad para hacerles ciertas preguntas: Narrar implica dejar de lado como elegir y esto a su vez lleva al tiempo de composición de la obra que es propiamente el tiempo de narrar, distinto del tiempo real en el que ocurrieron los hechos, esto ocurre tanto en la narración literaria como en la histórica, entonces ¿no podría decirse que la diferencia entre los dos géneros es que mientras en la historia los hechos son los provenientes de hipótesis( que no se consideran únicas) verificadas, en la literatura los hechos son los provenientes de la ficcionalización del autor? y este sentido ¿no podríamos pensar que se trata de una historiografía narrativizada (como lo plantea Ricoeur) o de una ciencia histórica no positivista que reconoce la incidencia de la interpretación en la aparición de los hechos? . En este sentido ni es puramente ciencia, ni es puramente relato, es….
Maria Marta Foulkes
Profesora e investigadora en Universidad Nacional de Buenos Aires
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Perdón debo corregir algo de lo anterior para proceder al debido respeto por el «discurso del otro» la que considera que la posición de Ricoeur respecto de la reflexión de la historia implica una historiografía narrativizada soy yo (Foulkes, María Marta: Metáfora y nuevos posicionamientos subjetivos. El giro metafórico ethopoiético. 2013. Prometeo ediciones. Buenos Aires
Maria Marta Foulkes
Profesora e investigadora en Universidad Nacional de Buenos Aires
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Estimada María Marta, me encanta tu forma de expresa las cosas, sencilla y profunda a la vez…, me siento identificado con muchas cosas que señalas… yo vengo de una formación en la filosofía del ser y de la analogía del ser a través de Jacques Maritain, con una gran atracción por Henri Marrou y la filosofía crítica de la historia…, el descubrimiento de Ricoeur se lo debo a Francois Dosse que tuve la ocasión de conocerlo en la EHESS en Paris… Comprenderás que estos últimos años he intentado una síntesis personal recibiendo influencia tanto de historiadores como Dosse, Hartog y Paul Veyne; de filósofos como Paul Ricoeur y Michel de Certeau y sociólogos como Marcel Gauchet. Saludos afectuosos.
Rodrigo Ahumada Duran
Director Escuela de Historia y Geografía, Universidad San Sebastián. Miembro, Academia Pontificia Tomás de Aquino
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Para los colegas que recién se asoman a Historia a Debate desde la filosofía, recomendamos la lectura del Manifiesto historiográfico de Historia a Debate (2001), especialmente el punto 1, elaborado y pensado a partir de la propia experiencia de los historiadores:, de manera que conozcamos mejor el contexto y la utilidad de este grupo de discusión: https://www.h-debate.com/Spanish/manifiesto/manifiesto_had.htm
Carlos Barros
Profesor en Universidad de Santiago de Compostela
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Me alegro mucho Rodrigo de que podamos acercarnos mediante nuestras afinidades, a pesar de la distancia geográfica. Es una ventaja de Internet, que exepcionalmente disfruto. Digo esto porque en general soy reacia a utilizar internet por propia motivación, en general solo lo uso para trabajar, del mismo modo que la computadora. Incluso cuando me llegó la invitación para participar en este foro (cuestión que agradezco cada vez más) acepté porque me pareció interesante, pero lo hice dudando del grado de mi participación. A medida que fue pasando el tiempo, me fui «enganchando» (término expresivo pero nada académico) progresivamente hasta que ahora me dispongo con mayor agrado a dedicarle cierto tiempo a esto. Creo en los discursos y que sus devenires van mostrando porqué se entrecruzan y creo que el Manifiesto historiográfico de Historia a Debate, es una demostración del sentido de ese entrecruzamiento, que agradezco a Carlos Barros me haya hecho descubrir, así como la alegría de saber que hay muchos otros que están pensando problemas semejantes en todas partes del mundo. Acuerdo felizmente con el Manifiesto aunque haría cierto reparo con la valoración de la globalización. En el plano filosófico también hay una preocupación compartida por una filosofía contemporánea innovadora pero diferente del posmodernismo que sobre todo los países subdesarrollados tenemos más motivos para considerarlo ajeno.
Maria Marta Foulkes
Profesora e investigadora en Universidad Nacional de Buenos Aires
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En la plano filosófico contemporáneo, Marta, los historiadores comprometido no vemos referencias adaptadas a nuestro tiempo, salvo la filosofía de la ciencia pospositivista.
Carlos Barros
Profesor en Universidad de Santiago de Compostela
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Me parece que esto es discutible, sí así fuese Uds. necesitarían de una filosofía propia, pero contemporáneamente se han hecho entrecruzamientos entre distintas líneas o relecturas del marxismo, estructuralismo, hermenéuitca, en función de la crítica y el pluralismo que se acercan a muchos postulados del manifiesto, como en filosofía política Balibar, Zizek, Laclau, Ranciere, etc.que no son pospositivistas, también autores que se han leído como posmodernos y pueden no leerse como tales, aunque haya algunos razgos que lo sean como Derrida, Foucault, etc.También una relectura del Ricoeur posterior a la década del 60 donde para mí es articulable en algunos aspectos con el estructuralismo (cuestión que fundamento en el texto anteriormente citado). Pero mucho más se acercan e innovan autores latinoamericanos como Dussel,Zea, otros autores que los encuentran en una compilación de Eduardo Grunner: Nuestra América y el pensar crítico. Fragmentos de Pensamiento Crítico de Latinoamérica y el Caribe. 2011.Clacso. Bs.As. Y este acercamiento en unos casos es explícito y en otros casos requiere de una reinterpretación o resignificación, sobre todo en los autores europeos citados inicialmente que en realidad hacen sus planteos anteriormente al año de surgimiento del Manifiesto. En muchos de ellos hay una relectura del marxismo. Perdonen por las citas bibliográficas incompletas, con solo el apellido de los autores, pero si les interesa alguno en particular, doy el nombre completo y la obra. En este momento estoy apurada…..
Maria Marta Foulkes
Profesora e investigadora en Universidad Nacional de Buenos Aires
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Me gusta esa lectura que haces del Manifiesto, buscando influencias filosóficas, sin entrar en detalles, significa solamente que vamos con los tiempos. Pero sigue siendo cierto que la filosofía ha generado mucho pensamiento fragmentado, heredero del paso, y pocos o ningún sistema articulado como lo fue el marxismo para los nuevos historiadores en el siglo XX. Y dejamos aquí el debate, las posiciones están claras.
Carlos Barros
Profesor en Universidad de Santiago de Compostela
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Gracias, ha sido lectura maravillosa
María José Cantero Regos
Archivo en Concello de Curtis
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También acabo de leer el manifiesto y me pareció muy bueno. Sin embargo, tengo dos observaciones que hacerle. Previamente aclaro, que, aunque mi primer estudio a principios de los años 70 fue en Historia, durante mis posgrados en Alemania me orienté hacia la Ciencia Política y ahora me dedico al periodismo. Como conclusión de ello soy un politólogo histórico o un historiador politológico, como se guste. Desde esta ubicación me permito humildemente hacer tres observaciones críticas. Todo lo que no critico, lo apoyo:
1. Si bien la Historia como disciplina científica no es sólo relato, también es relato. Por lo tanto, si quiere alcanzar una universalidad verdadera, debe ser intercultural y, para alcanzarlo, debe tener en cuenta que las relaciones entre las culturas no son de homonimia, sino de profunda sujección y sometimiento, al punto tal que las culturas sometidas muchas veces pierden (en el sentido de Ricoeur) la capacidad de narrarse. Solamente si somos capaces de devolverles la voz y traducir sus relatos, podremos alcanzar una cierta universalidad. En realidad, lo único que puede ser universal -como subraya Raúl Fornet-Betancourt- es el ejercicio constante de la traducción entre las culturas.
2. En segundo lugar, en consecuencia de lo anterior, la actividad del historiador ya no puede ser más individual o debe trascender la compartimentación que nos imponen las academias, para trabajar interculturalmente, o sea en comunidad.
3. En tercer lugar, me parece loable la aspiración a fundar una nueva Ilustración, siempre y cuando entendamos que ésta no puede ser una repetición mejorada de la del siglo XVIII. Aun en sus mejores expresiones ésta fue logo, falo y etnocéntrica. Una nueva Ilustración debe restablecer el diálogo entre las culturas anterior a la llegada de los castellanos a las islas de los taínos. Si bien la relación entre las culturas europeas y las demás nunca estuvieron libres de dominación, el establecimiento del sistema mundial capitalista durante el siglo XVI quebró la posibilidad de universalidad convivial.
Desgraciadamente el modo en que se están reorganizando los estudios universitarios en la Unión Europea me hace escéptico respecto al desarrollo inmediato. Sin caer en materialismos vulgares, las necesidades laborales que impone el mercado de tabajo en general y la organización de las instituciones universitarias en particular agudizan la competencia individual, el espíritu de supremacía blanca occidental y la dependencia de la producción científica respecto del mercado editorial. En estas condiciones, establecer una universalidad intercultural polilógica se convierte en una empresa militante, aunque no en un horizonte ya visible.
Muchas gracias por el espacio.
Eduardo J. Vior
Doctor en Ciencias Sociales, Doctor en Sociología, periodista independiente sobre América Latina y política mundial
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Muy de acuerdo Eduardo con lo que dijiste, sólo que dudo de la posibilidad de hacer una nueva ilustración, creo que la lustración requiere de una subjetividad que contemporáneamente no se puede creer tan protagónica como en la modernidad. Aunque desde Latinoamérica deberemos consolidar un nuevo tipo de protagonismo para los cambios sociales y creo que ya podemos dar cuenta de ciertas prácticas interculturales……………
Maria Marta Foulkes
Profesora e investigadora en Universidad Nacional de Buenos Aires
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Usé la metáfora de la Ilustración en el sentido de los jóvenes intelectuales alemanes que en el último tercio del siglo XVIII soñaban con un mensaje racionalista universal que mejorara la condición del ser humano. Tengo en claro que el sujeto ahora sólo puede ser comunitario y su universalidad sólo puede darse a través de su capacidad para ser recibido y traducido en cada contexto, una suerte de polifonía de las universalidades. Nada más que eso.
Eduardo J. Vior
Doctor en Ciencias Sociales, Doctor en Sociología, periodista independiente sobre América Latina y política mundial
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En la Modernidad Iluminista, los «sujetos» no solo fueron individuales, eso sería identificar pura y simplemente Modernidad con Liberalismo (Locke y Turgot por ejemplo). Hay otra vertiente en la cual el sujeto se manifiesta esencialmente como colectivo o «comunitario», este se manifiesta tanto en el socialismo utópico (Saint-Simon, Fourier, Blanché, Proudhom), como en el socialismo que procede de la izquierda hegeliana, particularmente en Marx y Engels. El mismo Hegel, en su teología secularizada, considera que el Sujeto por excelencia es el Estado, que es la encarnación del espíritu o razón absoluta en la Historia.
Por otro lado, para que el sujeto sea comunitario (koinonia) ello implica la existencia óntica de un sujeto personal cuya anterioridad ontológica es más que evidente para fundar lo comunitarios, del mismo modo que el logos precede al dia-logos, sin el cual este último no sería posible.
Rodrigo Ahumada Duran
Director Escuela de Historia y Geografía, Universidad San Sebastián. Miembro, Academia Pontificia Tomás de Aquino
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Me parecen bien tus notas, Eduardo, sobre la lectura del Manifiesto, que hemos desarrollado mucho en estos últimos 13 años. Sobre la nueva historia global (intercultura) e Historia a Debate como una comunidad académica de nuevo tipo que supera la compartimentación académica, ver las conclusiones del III Congreso de HaD (2004):
https://www.h-debate.com/congresos/3/conclusiones/primeras%20conclusiones.htm
Sobre la Nueva Ilustración, por supuesto que no se trata de repetir la vieja Ilustración, consecuencia y causa de las revoluciones burguesas, continuada por los movimientos sociales a través del marxismo y sus antecedentes (como recuerda Rodrigo). El siglo XXI, sólo tiene sentido una Nueva Ilustración en relación con la globalización alternativa, social y humanista (ver el final del Manifiesto de HaD) que representa la revolución digital y los actuales movimientos sociales indignados. Sería un error garrafal separar la filosofía de la Historia Inmediata. Pasamos este nuevo debate a las otras redes de HaD…
Carlos Barros
Profesor en Universidad de Santiago de Compostela
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Gracias por invitarme al grupo, muy interesante. Participare de los debates, saludos
Maria Jose Otero
Coordinadora de la Carrera de Relaciones Internacionales en Universidad de Palermo
“El pasado no es algo que esté escrito, sino que se elabora cada día desde el presente, atendiendo a las preguntas que, en cada momento, se hace la sociedad de la que formamos parte y a la que servimos. No nos será posible hacerlo si perdemos parte de las fuentes históricas, especialmente las que tienen que ver con los más humildes, con las clases sociales que en muchos casos están ausentes del relato histórico. Esa construcción histórica permanente merece un tratamiento diferente que compatibilice la falta de espacio con la necesidad de mantener viva, a través de las fuentes, el patrimonio de la memoria de una sociedad”
Este párrafo forma parte de la “Declaración de rechazo y solicitud de paralización de los historiadores andaluces, a la destrucción de documentación judicial por parte de la Consejería de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía”
La Junta de Andalucía anunció el 3 de mayo de 2017 que “cerca de un millón de expedientes judiciales antiguos y sin valor (van a ser) destruidos para liberar espacio en los archivos” Eliminar 966.460 expedientes judiciales que parte de 1945. La decisión corre a cargo de una Junta de Expurgo, órgano integrado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y la Consejería de Justicia e Interior.
Esta Junta está integrada por magistrados del TSJA y archiveros. No hay historiadores. Se ha solicitado al Consejo de Transparencia de la Junta de Andalucía que facilite los nombres de los que integran esta Junta; además se pide conocer las actas de las reuniones donde se toman las decisiones de destruir documentación, queremos conocer los criterios y argumentos para llegar a esta medida extrema e incomprensible en estos tiempos, donde se puede -al menos- dejar una copia digitalizada antes de destruir.
Vamos a recopilar más firmas para añadirlas a las que cierran el Manifiesto, publicado en el Independiente de Granada https://www.elindependientedegranada.es/cultura/historiadores-piden-junta-detener-destruccion-expedientes-judiciales-valiosos-conocer
Todos los que quieran adherirse pueden enviar: nombre, apellidos, número DNI, filiación y ciudad al email: [email protected]
Estas firmas se incluirán y se harán llegar al Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada. ¡Gracias a todos!