- Lourenzo Fernández Prieto [26/01/00]
- Pablo Serrano Álvarez[27/01/00]
- Bartolomé Clavero [28/01/00]
- Juan Paz y Mino [28/01/00]
- Bartolomé Clavero [29/01/00]
- Eduardo D. B. de Menezes [7/02/00]
- Juan Paz y Miño [15/02/00]
- Juan J. Paz y Miño [1/2/01]
- Xavier Muñoz[11/12/01]
- Juan J. Paz y Miño [20/2/02]
- Juan J. Paz y Miño [3/12/02]
- Ross M. Borja [31/0/03]
- Juan Paz y Mino [5/4/05]
- José Morales [12/4/05]
- Juan Paz y Mino[19/4/05]
- Juan Paz y Mino[21/4/05]
- Juan Paz y Mino[25/10/06]
- Juan Paz y Mino[28/11/06]
- Nancy de Miranda [28/11/06]
- Francisco Bulne [28/11/06]
- Juan Paz y Mino[6/2/07]
- Juan Paz y Mino[24/11/08]
- Gerardo Pereira [13/1/09]
- Manuel Barros [16/1/09]
- Juan J. Paz [1/10/10]
- Juan J. Paz[1/10/10]
- Franklin Oliveira[4/10/10]
- Óscar Perea [4/10/10]
- MARTA SILVA [6/10/10]
- Francisco Correa [6/10/10]
- Carlos Freile [6/10/10]
- Guillermo Medrano [6/10/10]
- Roberto Simancas [6/10/10]
- Carmen Sevilla [6/10/10]
- Joselias Sanchez [6/10/10]
- Duany Guerrero[15/10/10]
- Roberto López [15/10/10]
- Hidla N. Agostino [15/10/10]
- Juan Paz y Miño [28/2/12]
- Varios [1/3/12]
- Juan J. Paz y Miño [18/2/13]
HI. Ecuador 34
Sobre bases objetivas de análisis, he sostenido que en 2007, con el gobierno de Rafael Correa, se inició un nuevo ciclo histórico en Ecuador, orientado por valores y principios identificados con los gobiernos de la nueva izquierda latinoamericana.
Este ciclo ha constituido una oportunidad inédita para alterar las bases del poder económico-político tradicional, pues se ha sustentado en un acumulado histórico de resistencias y luchas sociales que se expresaron como “revolución ciudadana”.
También observo que se están configurando dos fases. Durante la primera (2007-2013), fue posible acabar con el modelo empresarial de desarrollo (“neoliberal”); se superó el Estado de Partidos dominado por la “clase política”; se fortaleció la nueva institucionalidad estatal; se afirmó la democracia; y, gracias a importantes políticas sociales (educación, salud, seguridad social, etc.), se favoreció a amplios sectores populares, y se redujo significativamente la pobreza, el desempleo y el subempleo.
Pero es difícil calificar como “socialista” al régimen ecuatoriano, cuyo modelo de “economía social y solidaria”, está mucho más cercano al de “economía social de mercado” europeo, nacido en la segunda postguerra mundial.
En todo caso, las orientaciones y logros de esta fase, han bastado para despertar las reacciones de grupos dominantes del antiguo poder, opositores de derecha y de recalcitrantes izquierdas tradicionales.
Sin embargo, a partir de febrero 2013, coincidiendo con el nuevo período presidencial, está delineándose la segunda fase. Todavía hay continuidad en las líneas antes trazadas; pero también han aparecido una serie de nuevos síntomas: verticalismo partidista, “micropoderes” burocráticos, ciertas intemperancias e imposiciones gubernamentales, insatisfactorias políticas culturales, varios dogmatismos en política universitaria, el asunto Yasuní, acuerdo con Colombia sobre aspersiones fronterizas, propuestas para flexibilizar varios derechos laborales, cuestionadas normas penales (ej. médicos), visión presidencial sobre el tema del aborto, etc.
El gobierno ha sostenido sus propios criterios. Pero también han comenzado a acumularse sensibilidades y críticas de sectores ciudadanos que han mantenido esperanzas en la profundización de cambios que no deben postergarse, que tampoco pueden ser considerados necesariamente como “derechas”, “traidores”, “desleales” u “opositores”, y cuyas reacciones tienen alcances políticos todavía impredecibles.
HI. Ecuador 35
Estimado Carlos: Me parece muy interesante lo consignado por Juan Paz y Miño Cepeda ya que pone en el tapete una nueva categoría no resuelta en las discusiones teóricas, sobre que tan ‘nueva’ es la ‘nueva izquierda’ y si es adecuado hablar de ‘nueva izquierda’ en el ámbito de América Latina.
Si bien no tengo mucho tiempo disponible por estar cerrando el año con programas y proyectos pendientes, podría ser un buen tema para debatir.
Ecuador: a la segunda vuelta
El binomio de Alianza PAIS (AP) con Lenín Moreno y Jorge Glas no llegó al 40% requerido para ganar en primera vuelta, y la segunda le confrontará con el exbanquero Guillermo Lasso, candidato de CREO-SUMA, pero cuya matriz política siempre fue el Partido Social Cristiano, que apoyó su candidatura en 2013.
Los candidatos de AP han tenido que afrontar una coalición de fuerzas muy poderosas: las derechas políticas, las elites empresariales de las cámaras de la producción y los más influyentes medios de comunicación privados, convertidos en voceros ideológicos de esos intereses; pero también a la internacional derechista de América Latina y al imperialismo, que han actuado, tras bastidores, para acabar con el ciclo de los gobiernos democráticos, progresistas y de nueva izquierda en la región.
AP triunfó en las siete provincias costeñas con amplios márgenes y también en Guayaquil, lo que significa un importante quiebre al predominio socialcristiano/madera de guerrero. También triunfa en cinco de las diez provincias de la Sierra y en Quito, pero pierde en Cotopaxi, Chimborazo, Tungurahua y Bolívar, provincias con significativa presencia indígena, donde se ha preferido dar el triunfo al exbanquero, lo cual merece un estudio especial.
AP también pierde en Galápagos y en cinco de las seis provincias amazónicas, lo que obliga a pensar qué impacto ha tenido la explotación minera y la reacción de sectores indígenas de la región.
El gran perdedor en todo es el Acuerdo Nacional por el Cambio (ANC), que agrupó a la vieja izquierda marxista, la revivida Izquierda Democrática, Pachakutik, varios dirigentes indígenas y de trabajadores, y una ampulosa gama de “movimientos sociales”. Privilegiaron el ataque al presidente Correa y a los candidatos de AP, antes que a las candidaturas de la ultraderecha; su candidato Paco Moncayo apenas obtuvo cerca del 7%, y será irrelevante su presencia en la Asamblea.
Después de las elecciones, en el ANC hay quienes sostienen que “nunca” votarán por el “continuismo” y hasta que prefieren un banquero a la “dictadura”. Entre sus partidarios se interpreta los resultados electorales como una pugna entre “dos derechas” y no como la confrontación entre dos proyectos de economía y sociedad, que responden a fuerzas sociales distintas.
Inevitablemente, con el paso de las décadas, la izquierda tradicional, que no ha podido generar alguna alternativa política para el Ecuador del presente, ha quedado superada por la historia.
Para la segunda vuelta, por tanto, hay que esperar que las derechas políticas, económicas y mediáticas lancen todo su arsenal, en lo que tienen experiencia histórica. Saben que no enfrentan a otra “derecha”.
La toma de calles y la violencia para reclamar esa segunda vuelta, aún antes de los resultados oficiales, fue parte del escenario para rechazar un supuesto “fraude” electoral, estrategia utilizada desde 1978. No les importa si son armas “bajas” o “nobles”, porque les mueve el único interés de restaurar su poder en el Estado, preservar su dominación y reconstruir el modelo empresarial de economía y sociedad.
+++++++
HI. Ecuador 37
Qué es lo que sucede en Ecuador? Es la pregunta recurrente que circula en el exterior, entre profesores, académicos, editorialistas o personas de reconocida influencia en la opinión crítica de sus países.
Tratando de responder a esa inquietud, habría que señalar que los diez años del gobierno de Rafael Correa (2007-2017) formaron parte del ciclo de gobiernos progresistas de América Latina. Ellos despertaron poderosas fuerzas enemigas: el imperialismo, las elites empresariales, los medios de comunicación privados ligados a esos intereses, los partidos políticos tradicionales. En Ecuador, a estos sectores se unieron, con el paso del tiempo, dirigentes de movimientos sociales que perdieron antiguas prebendas y posiciones, así como partidos y sectores de la antigua izquierda, que fueron incapaces de comprender la época histórica que se vivía.
Para las elecciones de 2017, Alianza País (AP), el partido/movimiento que dio origen al gobierno de Correa, postuló al binomio Lenín Moreno y Jorge Glas. En la primera vuelta (19 de febrero) confrontaron a 7 binomios; pero para la segunda (2 de abril) se enfrentaron al exbanquero y millonario Guillermo Lasso (binomio con Andrés Páez), auspiciado por CREO y SUMA, y apoyado por la derecha política. Ganó Moreno con el 51.16% de los votos (Lasso obtuvo el 48.84%). Ese triunfo fue atacado como fraude por el candidato perdedor, de modo que el Consejo Nacional Electoral (CNE), cediendo a las presiones, tuvo que realizar otro conteo de votos.
Durante la campaña, Moreno expresó lealtad a Correa, a quien destacó como el mejor presidente de la historia nacional. Señaló que la Revolución Ciudadana continuaría. Eso destapó los ataques de la oposición, que lo miró como el futuro continuista de un gobierno tildado como anti democrático, autoritario, caudillista o populista.
Con la toma de posesión (24 de mayo) Moreno nombró un gabinete con algunas personas identificadas con el anterior gobierno y otros nuevos empresarios, lo cual parecía una renovación necesaria. Pero en pocas semanas la situación cambió. Sirvió como estrategia el diálogo nacional que inauguró el mandatario y que derivó en el resurgir de las derechas políticas y sobre todo de las elites empresariales, auspiciadas por los más influyentes medios de comunicación privados, que aplaudieron el nuevo ambiente de libertad que según Moreno ahora sí se respiraba.
Bajo ese inédito ambiente, no visto en una década, estalló el tema de la corrupción, que involucró a Odebrecht, PetroEcuador y ciertos altos funcionarios del gobierno de Correa. Sin duda los escandalosos casos descubiertos, magnificados por los políticos de la antigua oposición y los medios de comunicación que los secundan, golpearon seriamente la imagen de la Revolución Ciudadana. El juicio al vicepresidente Glas concluyó con sentencia condenatoria. De modo que el tema acicateó las justificaciones de la ruptura definitiva del gobierno morenista con su antecesor, al mismo tiempo que siguieron amenazas judiciales y de la Contraloría contra antiguos funcionarios del correísmo.
En apenas ocho meses se modificó la correlación de fuerzas en el país. Hoy, élites empresariales, los partidos de la derecha política y toda la gama de sectores que han encontrado la oportunidad para movilizar su visceral anti-correísmo, han adquirido presencia e influencia, ocupan los espacios mediáticos y sienten que sus posiciones predominan. Los banqueros recibieron el monopolio del manejo del dinero electrónico que estuvo en manos del Banco Central, algo impensable en el gobierno de Correa. A esas fuerzas también se han unido las izquierdas tradicionales, los marxistas pro-bancarios (otrora hicieron campaña a favor de Lasso) y hasta dirigentes de movimientos sociales (como el indígena y el de los trabajadores), atraídos con puestos públicos o nuevas prebendas de coyuntura. A los medios de comunicación privados se han sumado, paradójicamente, los públicos, alineados ahora con la misma visión. Todos se orientan por la descorreización del Estado y de la sociedad, y ven que este proceso avanza inexorablemente. No se habla más de Revolución Ciudadana y peor de socialismo del siglo XXI.
Para el expresidente Correa y sus partidarios, Moreno representa la traición y ahora cumple el programa perdedor de Lasso. En la geopolítica internacional no cabe descartar la movilización de estrategias continentales contra todo gobierno progresista en América Latina y para perseguir a sus figuras, como ha ocurrido con Cristina Fernández, Lula Da Silva o Dilma Rousseff.
El mismo partido/movimiento AP literalmente fue tomado por los morenistas, que lograron el desconocimiento legal de la directiva correísta, fracción que pasó a identificarse con el nombre Revolución Ciudadana y que intentó registrarse como nueva agrupación política ante el CNE, sin éxito.
En este contexto, la convocatoria gubernamental a consulta popular sobre 7 preguntas (ver: https://adobe.ly/2DuNyUN), inevitablemente conduce a legitimar las nuevas circunstancias políticas y captar la institucionalidad estatal, desplazando definitivamente al “correísmo”. Son 3 las preguntas de mayor significación y polémica: la 2, que propone negar la “reelección indefinida”; la 3, para reestructurar el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS); y la 6, para derogar la “ley de plusvalía”.
La 2 impedirá cualquier retorno de Rafael Correa al poder, un propósito explícitamente publicitado por quienes defienden el SI. La pregunta 6 es fruto de la presión de un sector empresarial que considera que el impuesto a la venta de bienes inmuebles afecta sus negocios. Pero la 3 es la decisiva, porque la Asamblea Nacional nombrará 7 miembros del CPCCS de transición (en el futuro sería por elecciones) entre las ternas que enviará el Ejecutivo, y que tendrá la capacidad para evaluar el desempeño de las autoridades designadas por el Consejo cesado, pudiendo incluso declarar la terminación anticipada de sus funciones. En consecuencia, el CPCCS de transición podrá nombrar: Contralor, Fiscal, Procurador, Consejo Nacional Electoral, Tribunal Contencioso Electoral, Consejo Nacional de la Judicatura (nombra jueces), Defensor del Pueblo, Defensoría Pública, Superintendentes. Se interviene, por tanto, en una de las cinco funciones del Estado creadas por la Constitución de 2008; y, además, de triunfar el SI, es previsible que las nuevas autoridades resulten de las componendas políticas, involucrando al Ejecutivo. Sería un retroceso histórico a los amarres típicos de la vieja clase política, que parecían superados desde 2007.
El expresidente Rafael Correa llegó al país (vive con su familia en Bélgica) para respaldar a quienes promueven el NO bajo condiciones absolutamente adversas. El resultado se conocerá el 4 de febrero, día de la consulta popular. Lo que ocurra después es mejor que quede como materia de análisis pendiente para otra ocasión.
Publicado por LA JORNADA, México
Enlace original: https://www.jornada.unam.mx/2018/01/28/opinion/022a1mun
México, domingo 28 de enero de 2018
Historia Inmediata/Historia a Debate
E-mail: [email protected], [email protected]
Páginas web: https://www.h-debate.com, https://www.cbarros.com
Para apuntarse a esta lista enviadnos el mensaje:incluirme/subscribe HI
Suscriptores actuales: 1142 historiadores de 27 países
1993-2018: 25 ANIVERSARIO DE HISTORIA A DEBATE.