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De la P a la M

Mesa L

Marcos J. Correa L�pez

Universidad de C�diz

De la Postmodernidad a la Modernidad, o de la funci�n social de la Historia

Creemos que las implicaciones del debate entre Modernidad y Postmodernidad en el �mbito historiogr�fico pueden ser abordardas desde dos diferentes �pticas posibles, aunque por supuesto �ntimamente relacionadas: desde el punto de vista puramente epistemol�gico, por un lado, o bien desde sus relaciones con la funci�n que la labor del historiador cumple en la sociedad, adentr�ndonos entonces en el campo de lo pol�tico-moral. Nuestra intervenci�n intentar� acercarse a este segundo aspecto se�alado.

La aparente alteraci�n del orden hist�rico o cronol�gico de los dos conceptos o corrientes de referencia en el t�tulo de esta intervenci�n se corresponde con una decisi�n intencional: partiendo de un claro alineamiento con las opciones ilustradas, incluso podr�amos decir las m�s cl�sicas, pretendemos, sin embargo, averiguar en qu� medida, hasta qu� punto los planteamientos caracter�sticos de la Postmodernidad en su conjunto (admitiendo de entrada la idea de que tal generalizaci�n tiene realmente alg�n sentido) han podido influir en el pensamiento que se quiere entender, a un par de pasos del nuevo siglo, moderno.

Como decimos, tal interrogaci�n nos interesa plantearla bajo la luz de un apecto concreto: en sus relaciones con la funci�n social del historiador. Es decir, si contin�a siendo apropiado referirse a lo que hemos denominado Modernidad como algo vigente, y si esto, empero, ha sido en alguna medida afectado y modificado por el pensamiento postmoderno, tal y como defenderemos, nos acucia preguntarnos por c�mo, en estas circunstancias, cabe considerar el papel del historiador en nuestra sociedad, qu� sentido tiene su labor de investigaci�n. Naturalmente, estamos refiri�ndonos entonces a la influencia, pol�tica y �tico-moral, que su trabajo pueda tener en la sociedad. Y, en el fondo, el asunto nos podr�a llevar al principal mecanismo institucional por el que su trabajo accede, de forma primordial, al conjunto de sus conciudadanos: la educaci�n formal.

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