II Congreso Internacional "Historia a debate" (Santiago de Compostela, 14-18 de julio de 1999).
Gonzalo Pasamar Alzuria
Universidad de Zaragoza
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ABSTRACTS.
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P. Teor�a e historia, una relaci�n dif�cil.
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La posici�n de los historiadores ante la "teor�a" ha sido siempre, y seguramente seguir� siendo, ambigua. Ni completamente a favor, ni completamente en contra. La propia complejidad de la expresi�n facilita esas actitudes. En esta intervenci�n hacemos un repaso por la historia de la historiograf�a para apreciar este aserto. En el siglo XIX, cuando nace el oficio de historiador, se invocan en sentido peyorativo las palabras "filosof�a de la historia" con objeto de mostrar que el an�lisis de las teor�as sociales y del "sentido de la historia" (ambos problemas no estaban completamente separados), se situaban al margen del inter�s particular del historiador. Con el surgimiento de la moderna epistemolog�a o "teor�a de las ciencias" a finales del siglo, los historiadores m�s inquietos mostraron una actitud m�s favorable al considerar dicha problem�tica como un modo de enriquecer la metodolog�a hist�rica -entendida en sentido amplio-, y la propia actividad profesional. (S�lo en las �ltimas d�cadas esta clase de an�lisis ha servido para poner en duda las bases o las certezas en las que se apoya la metodolog�a del historiador). Si nos referimos a las relaciones con la "teor�a social", tambi�n las inquietudes metodol�gicas de los historiadores han sido uno de sus principales est�mulos en nuestro siglo: la invenci�n de nuevos conceptos, como el de "historia mundial", o la insistencia en el estudio de los grandes cambios, por ejemplo, han sido fundamentales para muchos de ellos. Al plantearse dichos problemas, han tenido que evitar la filosof�a de la historia y aproximarse de modo instrumental a la teor�a social.
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