Agradezco la aclaración de Florencio Dimas (Guerra
Civil, nº 16) y paso a matizar aquellos detalles que pudiéramos
considerar más espinosos:
1º) Como Vd. acertadamente advierte, no creo en
modo alguno que esté todo dicho sobre la participación civil en la
contienda de 1936-1939. Éste, como cualquier otro aspecto de la Historia
toda, es susceptible de profundización. Con todo, los datos aportados por
Salas fueron seguidos en un plano sumamente coincidente por Casas de la
Vega (en cuanto a Milicias Nacionales) y más recientemente por Juan
Carlos Peñas (sobre movilización carlista), por ejemplo. Unos y otros,
provienen de Archivos Militares y, fundamentalmente, de legajos del
Servicio Histórico Militar, que Salas se encargó en su día de patear,
con o sin ejercicios de influencia (asuntos éstos que de ser probados en
nada restan seriedad a una labor concienzuda de años).
2º) En lo que concierne a enumeración de víctimas de ambas zonas, como
Vd. no desconocerá tampoco, Salas encabezó la lista de
investigadores en busca de las cifras exactas, y en un momento en que los
trabajos regionales/locales brillaban por su ausencia. Hasta la publicación
de "Pérdidas de la Guerra Civil", todo eran meras conjeturas y
extremas divagaciones que tenían más que ver con corsetes ideológicos
que con sinceros acercamientos científicos a un aspecto tan escabroso de
la Guerra Civil como el que Vd. cita. Estimó entonces Salas que un
buen punto de partida -aun reconociendo su carácter no neutral-,
eran los propios censos decenales y las estadísticas oficiales por
causas de muerte elaboradas por el INE a partir de inscripciones efectuadas
en el Registro Civil tras la contienda.
Y si bien hoy no pueden admitirse con ciertas matizaciones (debidas sobre
todo a las inscripciones diferidas que se produjeron con posterioridad
y que habrían de ser recogidas en monografías locales, según
señala Vd. certeramente) las conclusiones numéricas de víctimas,
considero que tal casuística en modo alguno puede producirse en la
evaluación de los contendientes (ni mucho menos en el material de
guerra empleado).
3º) No me parece apropiado, por tanto, regatear mérito a los estudios
de Salas Larrazábal sobre participación civil en la Guerra aduciendo
diferencias de resultado en las investigaciones de víctimas. Son
campos muy distintos, en los que se utilizan fuentes documentales dispares y
de metodología no menos diferenciada.
4º) Aplaudo, asimismo, el que Vd. estime (si no he de entender mal su
intervención) como desacertada la calificación de la Historia escrita
por la burguesía en bloque No entraré por hoy en el fondo del asunto
(para el que si me animo tras siglos de pereza, contestaré debidamente la
intervención de Guillamón con algo más que perorata
marxistoide), pero me congratula que desde su posición de amante de
la Historia quepa la coincidencia en algo que -desconocía- levantara
tantos recelos: el rol del historiador.
A fuer de sincero, nunca había reparado en ello. Pero cuando leí el
panfleto del prof. Díez (creo recordar), la apreciación literaria de una
historia escrita por la burguesía, me pareció una chorrada. Y no digamos
lo de la Guerra Civil entendida como "lucha de clases".
Seguí pensando lo mismo. Y ahora, que acabo de recopilar datos biográficos de
D. Carlos Marx, me reitero en mi parecer. Marx, que se pasó la vida rebañando
herencias a familiares continentales, invirtiendo en bolsa, presumiendo
del título nobiliario de su esposa Jenny Von Westwalen, disponiendo de
criada para todos los menesteres (incluso el de cohabitar con ella: la dejó
"preñá" y le endiñó el churumbel a su amigo Engels, mientras
le pedía dinero "prestado"), y a quien la suegra (válgame
Dios, otra vez ¡¡¡ la suegra !!!) le reprochaba:
-Tu marido, en lugar de escribir El Capital, podía dedicarse a
ganarlo [1]
Pegándose, en definitiva, la vida sin dar golpe, Marx hubiera sido el
primer incapacitado para, por su extracción social y su modus vivendi,
escribir la Historia desde el punto de vista "obrero".
Reciba con esta mi intervención, un cordialísimo saludo de su buen amigo
José Julio Cuevas
Villanueva Mesía (Granada)
[1] Para colmo de mis desdichas y regocijo de las suegras,
he visto también atribuida la autoría de la anécdota a otro personaje
del entorno marxiano.