Quisiera agradecer sus comentarios a todos cuantos han
tenido una opinión sobre una reflexión mía, a propósito de la Memoria
Histórica de las víctimas de la Guerra Civil española y de la posterior
represión franquista. Al centrifugarse las interpretaciones de mi breve
"comunicación", quisiera apostillar esta con dos conclusiones:
PRIMERA: mi recriminación hacia el olvido de la represión contra los
vencidos (que lo fue, no se olvide, por representar unos valores
encarnados por nuestra Democracia actual) no va dirigida contra el
Gobierno actual de España -cuya connivencia con esta situación no carece
de ciertos ramalazos de coherencia ideológica con la dictadura
franquista- si no, precisamente, contra ese amplio espectro de la
Izquierda, supuestamente heredera ideológica y moral de quiénes, por
militar en esas organizaciones, acabaron como acabaron, que ha abandonado
sus referentes históricos inmediatos -salvo sus derechos a reclamar el
patrimonio inmobiliario-. Creo oportuno clarificar, que yo no postulo por
otro juicio de Nüremberg a los responsables, si no planteo la oportunidad
de sumergir a nuestra Democracia en un baño de gratitud y reconocimiento
hacia TODAS LAS VICTIMAS de aquella contienda provocada por la sublevación
militar, aun considerando que, desde el fin de la guerra y hasta la muerte
del dictador, solo ha habido un reconocimiento a los muertos de un bando
(los "Gloriosos Caídos por Dios y por España"). Cuarenta años
de funerales, desfiles, mausoleos, medallas, Cruces a los Caídos,
pensiones, becas y otras prebendas para sus viudas e hijos. Los otros, los
vencidos, solo fueron acreedores a la muerte, al exilio, la persecución,
el desprecio y a todo género de marginaciones. De este "olvido"
nace el deber de RECUPERAR estas páginas HISTÓRICAS, no como una
REVANCHA, si no como una elemento DIDÁCTICO imposible de adquirir ni
difundir si se mantiene silenciado, en aras de una pretendida
"prudencia". De la "prudencia" nace el olvido y con
este se favorece la manipulación de una Historia a la que se ha sesgado
una parte fundamental.
SEGUNDO: la eliminación de los símbolos del Franquismo, desparramados
por miles en toda España, frecuentemente defendidos con excusas tan
deleznables como que "atentan contra el patrimonio histórico",
encuentra su respuesta en que la mayoría de ellos, no solo no están
catalogados como de interés artístico o arquitectónico, si no que son
intrínsecamente horrorosos al juicio del menos escrupuloso de los estetas
(estatutas, grupos escultóricos, murales, etc). Díganme ustedes,
respetados disidentes de mis nada afiladas observaciones, ¿qué sentido
"histórico" tiene a la puerta de muchas iglesias, una lápida
con los nombres de los falangistas "caídos" en el conflicto?.
¿Cuales son las bondades para la Historia, que se amparan tras miles de
calles dedicadas al sanguinario general Queipo de Llano o a José Antonio
Primo de Rivera, fundador de una Falange, aliada de los golpistas y
Gestapo represora del naciente régimen?
Historia y Política, Razón y Manipulación históricas, se enfrentan
en un debate en el que solo cabe una interpretación final del problema
desde el talante ideológico del historiador. Este es el "quid"
de la cuestión, no nos engañemos.
SI, A LA RECONCILIACON
SI, A LA RECUPERACION HISTORICA DE LAS VÍCTIMAS DEL
FRANQUISMO
SI, AL HOMENAJE A SU MEMORIA HISTORICA
NO, A LOS SIMBOLOS DE LA DICTADURA.
A [email protected], un afectuoso saludo,
Florencio Dimas.
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He leído atentamente su comentario en "Historia a
Debate" (Secc. "Debate -Historia de la Guerra Civil").
Respuesta al mensaje nº 8 de José Julio Cuevas, ]
Coincidimos en línea generales, aunque si conoce los intríngulis
de la investigación documental en España, sabrá de la enorme dificultad
de acceder a los archivos militares (que es donde se encuentra el cuerpo
documental cívico-militar mas importante y voluminoso, p.e.: los
documentos judiciales). No ignorará que las instituciones públicas (la
Universidad y las de carácter autonómico y local) han borrado de sus
prioridades presupuestarias desde hace muchos años, el apoyo a esta línea
de investigación. Así, esta ha quedado abandonada a la iniciativa de los
investigadores a título particular (o lo que es lo mismo: a paralizarla).
No crea usted que está todo dicho sobre datos tan importantes sobre la
guerra como el que Vd. apunta: las estadísticas de movilización militar.
Usted no desconoce que el general Sálas Larrazábal, se aprovechó de su
rango para acceder en exclusiva a archivos y documentos que -por increíble
que le pueda parecer- están hurtados a la consulta general y la mayoría
de sus investigaciones estadísticas -por ejemplo: el número de víctimas-
lo fueron por extrapolación entre provincias, cuyos
resultados se ha demostrado que son absolutamente inexactos (doy fé en lo
relativo a la Región de Murcia).
Si bien no es del todo cierto que sea la burguesía la que
ha escrito la Historia, no me negará que una parte importante del
claustro español hasta hace pocos años, pertenecía a este sector de
extracción social que se ha educado y ha sido elevado al birrete
superando el filtro de fidelidades académicas del Franquismo. Hasta los
mas preclaros demócratas como el profesor Tomás y Valiente (q.e.p.d.) lo
han admitido públicamente.
Ahora que la Universidad es mucho mas abierta y plural, es
cuando se cierra el "grifo" económico para la investigación,
cuyos efectos -junto con la concienzuda labor de insensibilización en
valores democráticos realizada desde 1976 por la "transición"-
tiene unas repercusiones nefastas para poder revisar la Historia
"oficial" con NUEVAS APORTACIONES. Ese es el "quid".
Gracias por su atención y reciba un saludo muy cordial.
Florencio Dimas
www.galeon.com/florenciodimas