III Congreso Internacional
Historia a Debate
Santiago de Compostela, 14-18 de julio de
2004
Europa en la encrucijada histórica |
MESA O Europa en la encrucijada histórica
Europa en el Mundo del siglo XXI Alfonso Pinilla García Después de la Segunda Guerra Mundial Europa queda relegada a un segundo plano en la política internacional a la vez que los Estados Unidos de América experimentan un ascenso progresivo a costa de la reconstrucción del viejo continente. A medida que Europa empieza a despegar, en un contexto internacional caracterizado por la Guerra Fría, surge la necesidad de plantear frente a las grades potencias una única respuesta económica y política. Desde ese momento comienza a tomar cuerpo la idea de la Unión Europea, que empieza siendo un proyecto económico y poco a poco va tornándose en un proyecto político, social y cultural de carácter supranacional. La derrota del comunismo sancionada con la caída del muro da lugar a un nuevo contexto internacional encabezado ya claramente por los Estados Unidos, que se erigen como principal potencia mundial frente a la que en principio no existe un competidor serio. A partir de este momento se acelera el proyecto de Unión Europea que aún hoy camina entre la incertidumbre, la ilusión y el desencanto. En esta mesa redonda proponemos tres cuestiones a debate En primer lugar cabría reflexionar sobre el proyecto político de unión europea, que en sus primeros pasos está dando unos frutos peligrosamente alejados de la sociedad. La indiferencia de la población europea frente a las instituciones de la unión, así como frente a la propia Constitución son elementos que deben hacer reflexionar sobre este proyecto supranacional. Asimismo, habría que tener en cuenta las consecuencias que tiene para el proyecto la incorporación de los nuevos estados y la traducción política de esta integración en el reparto de poder dentro de la Unión. Cabría preguntarse aquí por el papel preponderante de Francia y Alemania, por el peso que deben ocupar países de nivel medio como España, o por el lugar a que quedan relegados los nuevos países miembros. Para hacerse una idea de la evolución de Europa ante la encrucijada histórica por la que pasa debemos estudiar necesariamente los equilibrios de poder que en ella están surgiendo, y que ya empiezan a ser sancionados por la Constitución europea recientemente aprobada. Un segundo punto a tener en cuenta trataría las relaciones de Europa con Estados Unidos, la otra gran potencia mundial. Mientras Estados Unidos posee el poder militar, económico, y desarrolla una influencia cultural manifiesta y eficaz sobre todo el planeta, Europa se erige como contrapeso a esta potencia, entre otras cosas porque tiene a su espalda más de 200 años de historia. Mientras Estados Unidos representa el "poder duro" (el poder de la fuerza, del dinero y de la influencia social), Europa, sometida a estas realidades, representa el "poder blando", capaz de oponerse a Estados Unidos y restarle su apoyo cuándo el imperio ejerce una política unilateral sin contar con el viejo continente. Ambos poderes son distintos pero complementarios, por lo que se necesitan continuamente entre sí. La Historia reciente ofrece numerosos ejemplos en la Guerra de Kosovo las tropas norteamericanas eliminaron políticamente a Milosevich a instancias de la Unión Europa, que veía crecer en el patio trasero de su continente un verdadero problema estratégico, político y socioeconómico. En este momento el poder "blando" europeo recurrió al "duro" norteamericano para solventar el problema. Pero cuando poder duro y blando no coinciden surgen debates sobre la legitimidad de la política norteamericana, menos legítima cuanto más unilateral, más criticada cuanto más alejada de Europa. Hemos podido comprobar esta cuestión en la última Guerra contra Irak, ilegítima en la medida que Estados Unidos no ha visto apoyada su acción por las principales potencias europeas. ¿Por qué es más legítima la guerra contra Milosevich que la guerra contra Sadam Hussein?, ¿cuál es la diferencia entre dos genocidas?, ¿o entre dos campañas de bombardeos masivos contra población civil?, ¿son acaso las bombas de la OTAN "más amables" que las de Bush?. El concepto de legitimidad radica por tanto en el consenso internacional si hay consenso hay legitimidad. La actual situación demuestra, ante las inciertas elecciones norteamericanas y el interés de Europa por no descolgarse de la política internacional, un nuevo acercamiento entre Estados Unidos y el viejo continente.Por último, y como tercer punto, no podemos olvidar en el análisis de Europa ante el futuro el problema de la emigración-integración en el continente europeo de población culturalmente distinta (musulmanes fundamentalmente) que llegan al espacio europeo procedentes del sur y que van convirtiéndose en un sector cada vez más importante de la población, como ocurre en Francia y esta ocurriendo en España. La emigración da lugar a problemas de integración y, teniendo en cuenta la proporción cada vez más amplia de emigrantes en la unión, esta será una de las realidades a tener en cuenta en el futuro de Europa. En relación con este tema, me gustaría por último reflexionar en torno al subdesarrollo que el sistema capitalista occidental ha provocado y contribuye a perpetuar como una de las bases de su maquinaria económica, social y política. El subdesarrollo es causa principal de la mayoría de problemas que sufre el mundo del siglo XXI, desde la emigración hasta la pobreza creciente, pasando por el preocupante fenómeno del terrorismo internacional. Podemos decir que el subdesarrollo es un problema que se manifiesta a través de muchas caras (emigrantes muertos en las playas del sur de España, o aviones que se estrellan contra torres gemelas), un problema generado en el siglo XX que será el reto para la Historia del hombre en el siglo XXI.Hasta que no reconozcamos esta realidad, y aceptemos su solución como vía para la supervivencia de nuestras sociedades, seguiremos embaucados en cantos de sirena que impiden hacer frente a un futuro tan grave como incierto.
|