III Congreso Internacional
Historia a Debate
Santiago de Compostela, 14-18 de julio de
2004
Memoria histórica activa |
TEMA IV.5. MEMORIA HISTÓRICA ACTIVA EL EXILIO ESPAÑOL 65 AÑOS DESPUÉS (1939-2004). LA MEMORIA DE LOS VENCIDOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA INMEDIATA Francisco Javier Dosil Mancilla La necesidad de asentar la reforma democrática en España después de casi cuarenta años de dictadura franquista hizo preciso manejar con suma cautela capítulos dramáticos de nuestra historia, como aquellos relacionados con la guerra civil y con el grupo de vencidos que debieron abandonar el país gravemente amenazados por el nuevo régimen. Como es sabido, esta diáspora estuvo integrada por la plana mayor de la intelectualidad española y también por muchos seres anónimos, depositarios todos ellos de una idea de España plural y democrática, perseguida sin reservas por la intransigencia fascista. En las últimas dos décadas se han hecho esfuerzos notables por recobrar la memoria de los refugiados, en general con gran cuidado, por el temor de avivar los fantasmas del odio o resucitar la terrible idea de las dos Españas, más cuando la convivencia nacional se está viendo amenazada por el empeño de ciertos nacionalismos periféricos. Este temor, tan razonable, ha inspirado a menudo una lectura elitista del exilio recupera únicamente la labor de los intelectuales más brillantes, como si se tratase de una desgracia individual- o lo presenta como un episodio zanjado y superado, cuando no lo ha utilizado "pedagógicamente" para advertir de los riesgos que supone el caer en la intolerancia y en la falta de diálogo. No creo que resulten ociosas estas lecturas del pasado, pero cabe también preguntarse qué ocurre mientras tanto con muchas familias de exiliados que tienen una historia que contar pero todavía no han tenido la oportunidad de expresar sus vivencias, y que tienen la impresión de que se les está negando la posibilidad de participar en la construcción de España. Creo que es un desafío de la actual historiografía española el lograr integrar la cultura que, sin haber dejado nunca de pertenecer a España, se ha venido desarrollando más allá de sus límites geográficos, y cuyos protagonistas siguen formando, en mi opinión, un grupo marginado.
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