III Congreso Internacional
Historia a Debate
Santiago de Compostela, 14-18 de julio de
2004
Reconstrucción del paradigma historiográfico |
TEMA I. Reconstrucción del paradigma historiográfico Lo objetivo y lo subjetivo en los conceptos y la historia Mtro. Arturo Luis Alonzo Padilla La Industria editorial y las corrientes historiográficas insertas en las modas no necesariamente superan en profundidad los problemas que plantea la historia del nuevo milenio. ¿Cuál es la historia vigente, la que captura el hacer historia en el tiempo presente? ¿Las maneras de hacer historia se vuelven anacrónicas? ¿Se puede innovar todo o no se puede desechar nada? Lo que nos trae aquí a Santiago de Compostela es una pregunta crucial, ¿cómo se hará historia en el siglo XXI? Las preguntas de historia siguen siendo válidas para conectar el tiempo presente con el pasado y reflexionar a la sociedad y al hombre. Los problemas de la historia no son sólo para la historia, la sociología, la ciencia política y en general las ciencias sociales atraviesan por la reflexión que hoy ocupa a los historiadores. El tiempo pasado sigue planteando el problema de una adecuada traducción de los símbolos que nos permitan comprenderlo. No es sólo un problema semántico, los hechos pasados nos imponen también la dificultad de su traducción y su comprensión. ¿Pueden las generaciones actuales entender la violencia de la guerra civil, les plantea problemas para el presente? No comprender el pasado e imponerle nuestros símbolos es ejercer una violencia en su contra. La formación actual en las escuelas tiende a la superficialidad de los resúmenes de las obras clásicas y forma en las nuevas generaciones dificultades para el pensamiento profundo. Se tiende a creer que los paradigmas del pasado están rebasados por la innovación. La moda de estar actualizados por la fecha del ISBN y dar por sentado que las grandes teorías no sirven para nada. En el fondo emerge un discurso intolerante y derechistas, conservador. El problema de la línea de investigación que sigo me impone la necesidad de conectar el pasado reciente con las nuevas generaciones. ¿Por qué tantas muertes en los años 70 en América Latina? El riesgo latente no es una sobre posición de un paradigma actual, mejor que supere el anterior, sino de la pretensión de borrar todo y pretender construir todo sobre la idea de que todo es nuevo. Así paradójicamente desde la historia los conservadores nos dicen que no hay cambios porque después de las revoluciones no hay nada nuevo y en la ciencia política se nos diga nada es válido de las ideas del pasado porque hoy todo es nuevo. Sin embargo, los conceptos en historia y en otras disciplinas tienen un carácter variante porque necesitan superarse o invariante porque son vigentes. Sólo la demostración racional de su superioridad y su pertinencia para explicar puede ser un parámetro válido para asumir su potencia real. No se pueden desechar los conceptos por su fecha de producción, la elección del conocimiento y sus instrumentos es racional, por lo tanto es una elección crítica. Las teorías que se construyen en el pasado, están mediadas por su época, sus conflictos y sus construcciones de sentido. Partir de lecturas preconcebidas, sin reconocer el propio sentido de los discursos y el movimiento social, dificulta el entendimiento de los mismos. Para que un concepto pueda ser refutado, para que un concepto marxista o neoliberal pueda ser refutado tiene que ponerse en relieve su deficiencia como concepto. No se refuta mediante simples contraposiciones, sino en el desarrollo pertinente del mismo principio refutado. Un concepto es superado cuando se demuestra su ineficacia para explicar el mundo real. Se realiza una revisión de los escritores del fin del siglo XX para hacer un balance que nos hace concluir Los conceptos son invariantes en la medida en que son universales y permiten la comprensión y conciencia de nuestra época. Pero eso no es más que el inicio de la búsqueda en la propia realidad y en la reflexión de nuestro tiempo. La realidad cambiante obliga a probar cada vez los conceptos y declararlos obsoletos cuando estos son inferiores a lo que la realidad plantea. La necesidad de enriquecerlos requiere del estudio y la investigación, de un trabajo intelectual. Pero los conceptos universales tampoco son tan efímeros como para declararlos muertos con el solo paso de los tiempos, no podemos borrar todo y crearlo de nuevo, o lo que es peor tirar al niño con todo y agua sucia, es decir omitir lo que otros han dicho ya y encontrar en su reflexión la vigencia para nuestros tiempos.
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