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III Congreso Internacional Historia a Debate Santiago de Compostela

IV Congreso Internacional Historia a Debate
Santiago de Compostela, 15-19 de diciembre de 2010

Dirección


Ponencias aceptadas

Mesa F. América Latina en transformación

Autor

Jorge Secada (Universidad de Virginia, USA)

Titulo.

Perú desde los años 80 hasta la actualidad

Texto breve

Mi participación en esta mesa empieza cuestionando la noción misma de América Latina. Propongo ocuparme más bien del caso particular del Perú, que se encuentra un tanto a contracorriente de algunos otros países en el continente en las últimas décadas. En general, sugiero que los procesos históricos deben entenderse en la especificidad de sus circunstancias y que la generalización, en este caso geográfica, no contribuye a su comprensión sino que más bien la dificulta.

Paso luego a un brevísimo recuento de las décadas anteriores al reestablecimiento de la democracia electoral en 1980. Igualmente examino brevemente la década y media que va del 80 al 95 y que se caracteriza por tres elementos la constitución de una institucionalidad democrática, la insurgencia y derrota del Partido Comunista del Perú ­ Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, y la crisis económica hiperinflacionaria y recesiva y su superación.

En la década de los 90 el régimen de Alberto Fujimori adopta una serie de medidas económicas que han sobrevivido hasta ahora, a pesar de que sus intentos de reforma política y lo medular del aparato legislativo que promulga y utiliza para combatir a la subversión han sido eliminados. Las medidas económicas que adopta se centran por un lado en la creación de un mercado libre sin precendentes prácticamente en ningún otro país del mundo en cuanto a las libertades para invertir y desarrollar actividades productivas y comerciales, y por otro lado en la reducción radical del gasto fiscal, limitando la función del estado a las áreas de seguridad, educación, y salud, y a la supervisión de actividades que afecten el bien público, y adoptando estrictas medidas de control para asegurar la racionalidad del gasto público y para regular conservadoramente las actividades financieras del sector privado. La radicalidad de las medidas y de su adopción e implementación inicial fueron extremas.

La posibilidad misma de esas medidas, así como de su implementación violenta, se explican solamente en el contexto de las circunstancias específicas que vivía el Perú en 1990. Una pregunta más interesante es cómo explicar no solamente que hayan sobrevivido hasta ahora, sino que se hayan convertido en supuesto fuera de discusión prácticamente en todo el espectro político, incluyendo una buena parte de la izquierda peruana actual, por ejemplo aquélla que encarna Susana Villarán e incluso algunos sectores del movimiento de Ollanta Humala. La pregunta adquiere mayor urgencia porque en el Perú de la última década no ha faltado la protesta popular violenta, ni se ha dejado de manifestar la desconfianza popular radical hacia la clase política. Hay en el Perú actual una casi total falta de instituciones y de criterios institucionalizados que sean objeto de aceptación y respeto público. Asímismo contribuye a la dificultad de elaborar una respuesta, la reacción política y pública contra el régimen de Fujimori, la cual, aunque no universal, es mayoritaria y ha llevado a la condena y detención del ex-presidente y muchos de sus colaboradores, sentenciados por corrupción, asesinato, abuso de poder, y otros delitos semejantes.

Nuevamente, la respuesta tiene que referirse a las circunstancias que vivió el país en las décadas finales del siglo pasado, pero debe además aludir también a especificidades de la milenaria historia del Perú, y emprender una arquelogía cultural que desvele las complejidades de su estratificación social y su cultura. Para entender estos procesos a cabalidad tenemos que entender la peculiar identidad peruana, identidad unificadora pero escindida y marcada por múltiples oposiciones.

Mi intervención terminará articulando, en este contexto, la siguiente pregunta ¿cómo se replantea la dicotomía izquierda/derecha en el Perú actual? Es decir, habiendo abandonado en la práctica tanto la convicción de que la infraestructura productiva capitalista está en la base de la injusticia social, como la confianza en teorías revolucionarias como clave para el progreso histórico, ¿es posible una izquierda genuina? ¿Puede el socialismo sobrevivir al callejón oscuro y sin salida del marxismo? Más generalmente, ¿cómo repensar el socialismo después del marxismo?Muy breve y esquemáticamente sugeriré que la oposición entre izquierda y derecha en el Perú debe entenderse en términos del valor fundamental con que se piensa el orden social. Se trata de una oposición entre la vida política concebida, de una parte, como espacio para el ejercicio de la solidaridad, en donde la libertad fundamental es la que se origina en la hermandad entre los hombres y despliega su naturaleza última, y de la otra, como ámbito ordenado para posibilitar la libertad de los individuos, para realizar sus propios proyectos sin coerción ni obstáculo, y donde la solidaridad se concibe como asunto personal y moral. En el Perú actual, como en otros países del mundo, se busca retomar contacto con la secular historia del socialismo después de la larga y decimonónica noche del marxismo.

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