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III Congreso Internacional Historia a Debate Santiago de Compostela

IV Congreso Internacional Historia a Debate
Santiago de Compostela, 15-19 de diciembre de 2010

Direcci�n


Ponencias aceptadas

  

Mesa B. Crisis 2008-2010 mirada hist�rica 

Autor 

Klemens Kaps (Vienna University, Austria) 

T�tulo 

La crisis entre cambio y continuidad 

Texto breve 

Aunque estamos todav�a en plena crisis econ�mica, como han se�alado el rescate irland�s y el debate sobre acciones similares en relacion con Portugal, Espa�a, Italia o Belgica, en el discurso se pueden ver los primeros indicios de las consecuencias que podr�a provocar esta crisis que tiene un impacto especialmente fuerte en Europa. Para esbozar un esquema

puede ayudar una comparaci�n con grandes crisis anteriores, empezando con la de 1873, y pasando por la de 1929 hasta la de 1973. Todas esas crisis tuvieron causas y efectos muy diversos, sin embargo marcaron un cambio del paradigma econ�mico as� como de hegemon�a de econom�as.

As�, despues como consecuencia de la crisis de 1873, de caracter sobre todo financiero, los gobiernos europeos dieron un giro hac�a el proteccionismo comercial a partir de finales de los a�os 1870 � cosa que se agudiz� antes y especialmente despues de la primera guerra mundial � y lo que conduce directamente a la crisis mundial de 1929. Tambi�n esa crisis empez� en el sector financiero, pero se diluy� mucho mas a los sectores productivos y dio un fuerte impulso a la implementaci�n del keynesianismo como nuevo paradigma econ�mico, dado que se reconoc�a la causa principal de la crisis en la escasez del consumo.

La hegemon�a del keynesianismo se mantuvo hasta la crisis de 1973, la cual tuvo sus raices en el desgaste del paradigma fordista como consecuencia de la percepci�n de limites en la productividad e innovaci�n as� como de la pluralizaci�n de rasgos de consumo y estilos de vida. Dado que los conceptos keynesianos no consegu�an resolver la crisis, que al contrario causaron altas tasas de desempleo e inflaci�n (la as� llamada stagflaci�n), los gobiernos dieron el paso al neoliberalismo.

Con respecto a la hegemon�a de econom�as las crisis marcan un cambio de liderazgo econ�mico. Mientras que la crisis de 1873 acab� con la hegemon�a de Gran Breta�a, tardo hasta la de 1929 para que se establecieran los EEUU como nueva potencia econ�mica mundial. Por su parte, la crisis de 1973 marc� un cambio para la Uni�n Sovietica y sus aliados comunistas sin cuestionar el liderazgo norteamericano.

A base de este esquema podr�amos tratar de interpretar el impacto de la crisis de 2008/10 hasta el momento actual. Debido a su caracter financiero el discurso p�blico se centr� mucho en el sector financiero y el rescate de los bancos. Esta medida fue demandada con referecnia expl�cita a las crisis de 1929, pero aument� el endeudamiento p�blico a un grado, que llev� a pa�ses como Irlanda al borde de la bancarotta. As�, se puede ver que el poder de los mercados financieros, los cuales se les atribuye la responsabilidad por la crisis, se reproduce Precisamente el rescarte de los bancos increment� la deuda p�blica, que la valoraci�n de los mercados les fuerza a implementar programas de recorte � cual reduce el crecimiento econ�mico, a�n d�bil, y resulta en una baja confianza de los mercados. Por eso y como consecuencia de la debil regulaci�n de la UE al sector financiero, el paradigma neoliberal no se debilita, sino m�s bien se refuerza � con recortes a programas sociales e inversiones en eduaci�n e infrastructura tanto como privatizaciones.

La crisis ha puesto de manifiesto la debilidad del crecimiento econ�mico en pa�ses como Espa�a e Irlanda, los que son referidos en el discurso como la perifer�a de Europa, a los cuales hay que sumar tambi�n Portugal y Grecia. Aqu�, se puede cuestionar el efecto del euro a esas econom�as y plantear la cuestion de c�mo adaptar las instituciones de la UE a la moneda com�n. Al mismo tiempo ejemplos opuestos como el de Polonia o de Estonia, muestran que pa�ses de la perifer�a de Europa del Este crecen � lo que se puede entender como una mejora de las perspectivas econ�micas de aquella regi�n y lo que nos recuerda que la crisis no es una crisis global, aunque de alcance global.

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