MESA F. Balance de diez años de experiencia docente en un tronco común de humanidades en la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Por: Micheline Cariño
UNIV. BAJA CALIFORNIA. MÉXICO
Las licenciaturas de historia, literatura y filosofía en la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) comparten un tronco común que, en el primer plan de estudios (vigente entre 1989 y 1993) duraba seis de los ocho semestres de las carreras, y actualmente abarca los cuatro primeros semestres. De seis materias que se imparten por semestre, dos corresponden (y correspondían) a cada una de las tres disciplinas ahí reunidas.
Los mayores inconvenientes han sido de naturaleza diferente. Uno de los más significativos es la ausencia de comunicación entre los docentes de las tres áreas lo que ha redundado en la deficiencia de la calidad de la enseñanza. Por ejemplo, a pesar de que llevan cuatro cursos de redacción, los avances en este aspecto no se reflejan en los trabajos que redactan los estudiantes en las materias de historia. Otro problema es la inadecuación de ciertas materias en algunas áreas. Entre otras, es el caso de Introducción al estudio de la historia" y de "Métodos y técnicas de la investigación histórica", que si bien son básicas para la formación de los historiadores resultan pesadas y no siempre útiles para la formación de los filósofos y los literatos. Un inconveniente importante es ¡a falta de identificación que tienen los estudiantes con su área de conocimiento y hacia el cuerpo del profesorado de la misma; por ejemplo, frecuentemente preguntan hasta cuando van a entrar realmente en materia. Los docentes también tenemos cierta sensación de pérdida de tiempo, lamentando tener que compartir la lista de materias con áreas que consideramos poco afines y que toman el lugar de materias fundamentales para la formación de cada una de las disciplinas. Hay aún otros problemas y deficiencias que han sido detectados en estos diez años de experiencia, pero casi todos están relacionados con dos aspectos: un inadecuado diseño curricular y la incomprensión entre el profesorado de las tres áreas de conocimiento.
Ante tal situación este semestre se ha planteado la necesidad de modificar nuevamente los planes de estudios de las tres carreras siguiendo la tendencia de la primera revisión, a saber, reducir al mínimo el tronco común. Lo que implica separar lo más posible la formación de los historiadores, los filósofos y los literatos. Esta tendencia a la especialización desea inclusive desaparecer por completo el tronco común, lo que administrativamente acarrearía serios problemas e incluso pondría en riesgo la existencia de la licenciatura de filosofía y en graves aprietos a la de literatura. Esto es así por la mayor demanda de estudiantes que tiene historia comparativamente con las otras dos carreras en cuestión. Así, la propuesta sobre la que estamos actualmente trabajando es reducir el tronco común a los dos primeros semestres. En este nuevo diseño curricular hemos cuidado que las materias que se impartan en dicho tronco sean efectivamente las más afines a las tres áreas de conocimiento.
La lección que he aprendido de esta experiencia confirma una idea que adquirí desde mis años de formación como historiadora: La historia es desde principios de siglo una ciencia social, que por sus objetivos y su metodología muy forzadamente puede formar parte de las humanidades. No obstante, considero que la destreza en la escritura y, el desarrollo de la lógica cara el análisis histórico así como el conocimiento de las principales conceptos epistemológicos son herramientas indispensables del historiador.