Sesión del 7 de marzo de 2001 (20:00 horas)

Seminario: «A Historiografia Medieval no Brasil Perspectivas Atuais»
Informa: Armênia María de Souza (Universidade Federal de Goiás, Brasil)

A produçao historiográfica medieval no Brasil têm encontrado latentes barreiras para o seu desenvolvimento.

Nao obstante o preconceito para com essa área de estudos, nao só da parte dos colegas brasileiros ou estrangeiros, temos os problemas relativos à formaçao adequada de professores e alunos que dediquem às áreas de Antiguidade (oriental e ocidental) e Idade Média, ambas encontram-se quase que no mesmo patamar.

A produçao científica além de limitada pelos fatores acima mencionados, contam ainda, com a falta de profissionais qualificados, o que resulta numa insuficiência de pesquisas na área. Outrossim, aqueles que se dedicam aos estudos clássicos e medievais, esbarram em inúmeros obstáculos representados, para além, de outros aspectos, com a língua (latim) e as fontes relativas aos períodos, que na grande maioria das vezes encontram-se nas bibliotencas européias., às quais, apenas uma minoria tem acesso.

A pesar de os cursos de pós-graduaçao (mestrado e doutorado) revelarem um nível bem superior quanto à pesquisa, os problemas detectados na graduaçao permanecem, tendo o estudioso da área que desdobrar-se em diversos aspectos para conseguir realizar com intento os seus propósitos. Para além, dos percalços para a realizaçao dos trabalhos de pós-graduaçao, surgem ainda os problemas quanto à divulgaçao dos mesmos à comunidade científica e geral. Infelizmente, as teses e dissertaçoes nao conseguem ultrapassar o universo restrito das bibliotecas setoriais. Pois, é notório que o mercado editorial brasileiro preocupe-se em editar apenas títulos que dêem retorno de vendagem, um exemplo deste tipo de literatura sao as constantes publicaçoes de obras de Paulo Coelho, também aquí em Galícia, ou títulos referentes às doenças e bruxarias.

Portanto, as perspectivas para um futuro positivo para a História Medieval no Brasil, tem partido de profissionais que além de nutrirem um grande interesse pela, e possuem consciência de sua importância para a História do Brasil.

Sesión del 28 de marzo de 2001 (19:30 horas)

Seminario: «La Historia después del 89: Kosovo»
Informa: Tomás Várnagy (Universidad de Buenos Aires)

El tema de Kosovo es un conflicto que no ha de resolverse fácilmente. El problema principal de esta zona no es por cuestiones étnicas -como se ha repetido en diversas ocasiones- sino principalmente políticas.

Para comprender la historia de esta provincia yugoslava es necesario remontarnos a un pasado lejano en el cual intervienen factores religiosos y culturales relacionados con el cristianismo católico y ortodoxo, el imperio otomano, el Islam, las etnias eslavas y albanesa.

La historia mas reciente demostró que la conformación de un país conocido como Yugoslavia no pudo superar una serie de cuestiones políticas, económicas, culturales y religiosas. Pese al intento de Tito y el Partido Comunista Yugoslavo por superar el problema de los nacionalismos no fue posible lograr la unidad deseada.

Las guerras que se desatan a partir de la secesión de Eslovenia en 1991, básicamente por su defensa de los derechos humanos de los albaneses kosovares, llevaron a una exhacerbacion nacionalista, tanto por parte de serbios como de croatas, cuyos resultados son ampliamente conocidos.

El gobierno serbio, a través de Slobodan Milosevic, comienza una serie de medidas represivas en la provincia (antes autónoma) de Kosovo, habitada mayoritariamente por la etnia albanesa de religión musulmana. Los serbios consideran que Kosovo es la cuna y alma de su nacionalidad.

Los países de la OTAN deciden intervenir en Yugoslavia para «proteger los derechos humanos» de los kosovares albaneses y durante 74 días bombardean sistemáticamente a Yugoslavia. Una intervención foránea ilegal en problemas internos de un país logra finalmente que las tropas del Ejercito Nacional Yugoslavo se retiren de Kosovo y la OTAN implanta un protectorado internacional con mas de 60.000 tropas de ocupación.

Tomas Várnagy

Universidad de Buenos Aires

Evidentemente el mundo de posguerra fría  no representa ,en el lenguaje posmoderno, el fin de las guerras y de los intereses imperiales, hoy los medios electrónico son quizás ,la principal arma para crear nuevos escenarios bélicos, pero siempre bajo los intereses de tradicionales y nuevos poderes

Pedro Rodríguez

Estimado Pedro Rodríguez,Gracias por su comentario. Comparto plenamente su opinión sobre el mundo de la posguerra fría que, de ninguna manera, es el fin de las guerras y de los intereses imperiales y la ex Yugoslavia es un buen ejemplo de ello.

Una de las formas de globalización son, indudablemente, los medios electrónicos y debemos ser lo suficientemente inteligentes para utilizarlos y aprovecharlos en nuestro propio beneficio.

Atentos saludos,

Tomas Varnagy
Universidad de Buenos Aires

Esta apreciación tiene su comprobante en el ante-ultimo film de James Bonda, donde el ingles y una agenta cina-comunista unen esfuerzos para derrotar al «malo» de turno. Este es un propietario de redes de comunicación global interesado en provocar un conflicto que alimente con jugosos titulares sus diarios y medios.

Tzvi Tal
Universidad de Tel Aviv
Dpt. de Cinematografia y Television/Instituto de Historia y Cultura de America Latina

Seminario en Newark 2/6/30

Lugar: Campus de Newark, Rutgers University, New Jersey.
Marco ·30 Congreso Anual de la Sociedad Internacional de Estudios Comparados y Civilizaciones.
Día 2 de junio de 2001 (8:30-10:15)

Informante

Gonzalo Pasamar (Universidad de Zaragoza)
El concepto de «paradigma» y sus posibilidades en historiografía

Lugar: Campus de Newark, Rutgers University, New Jersey.
Marco ·30 Congreso Anual de la Sociedad Internacional de Estudios Comparados y Civilizaciones.
Día 2 de junio de 2001 (8:30-10:15)

El concepto de «paradigma» y sus posibilidades en historiografía

Sin duda, el vocablo «paradigma» constituye el término de filosofía de la ciencia que más fortuna ha tenido entre los historiadores en las últimas décadas. A pesar de que ha sido aceptado entre los especialistas en historia de la historiografía como un concepto dotado de unas interesantes posibilidades de análisis, ha jugado sobre todo el papel de «tópico» de la discusión interancional. Posiblemente debido a esa situación, planea sobre dicha noción una notable ambigüedad que sólo podrá despejarse con una reflexión en profundidad sobre sus posibilidades en el análisis historiográfico, una cuestión sobre la que apenas existen algunos artículos importantes. En este trabajo se intenta responder a dos cuestiones en concreto

1º) En qué medida, el concepto de «paradigma» está en condiciones de sustituir al más tradicional de «escuela» para reflexionar sobre el alcance internacional de los cambios de la historiografía en el siglo XX.

2º) En qué medida, además, la historiografía de las tres últimas décadas -las llamadas «nuevas historias»- plantea nuevos retos al manejo de la noción de «paradigma», dado el desafío de éstas a la creencia de que el «paradigma rankiano» habría sido sustituido con pleno éxito por varios paradigmas coincidentes en la defensa de la Historia económica y social (el marxista, el de Annales, etc.)

A la primera cuestión se responde en sentido favorable efectivamente, tanto la noción de «paradigma» en el sentido amplio de «matriz disciplinar» como en la acepción más restringida de «ejemplos modélicos», permite entender plenamente el éxito internacional de la historia económica y social, sobre todo en los años cicuenta y sesenta. De hecho, aquí se halla una de las claves de que se haya convertido en un tópico el vocablo «paradigma» se compagina fácilmente con la imagen de la profesión de historiador, una profesión que ha mantenido su relativa autonomía en las últimas décadas en medio de otras profesiones intelectuales.

A la segunda de las cuestiones se responde subrayando la necesidad de adaptar la teoría kunhniana -particularmente, el tema de la capacidad de decisión ilimitada de toda comunidad científica- a las peculiaridades de la profesión de historiador -en concreto, a la importancia de la Historia como dominio de opinión-. Efectivamente, aunque las «nuevas historias» se caracterizan por su crítica del paradigma (o paradigmas) de la historia económica y social, sus orígenes no vienen de la mera constatación de una serie de deficiencias o «anomalías» en dichos paradigmas. Proceden en primer lugar del hecho de que diferentes grupos de historiadores, en diferentes países, se han convertido en portavoces de nuevos valores y opiniones públicas como la cotidianeidad, la vida privada, la ecología o la cultura feminista. Por lo tanto, la aparición de estos nuevos «paradigmas» no responde simplemente a una decisión absolutamente libre de los historiadores, sino a factores más complejos.

Carlos Barros (Universidad de Santiago, coordinador de HaD)
La propuesta historiográfica de Historia a Debate

Lugar: Campus de Newark, Rutgers University, New Jersey.
Marco ·30 Congreso Anual de la Sociedad Internacional de Estudios Comparados y Civilizaciones.
Día 2 de junio de 2001 (8:30-10:15)

La propuesta historiográfica de Historia a Debate

La fructificación del debate, seña de identidad de HaD, exige síntesis periódicas que clarifiquen las posiciones en pugna y hagan avanzar nuevos consensos o paradigmas, contribuyendo a iluminar el imaginario, a menudo confuso y paradójico, de la coyuntura historiográfica en el nuevo siglo. Se trata de actualizar, de manera colectiva, el texto La historia que viene, redactado hace 7 años como conclusión del I Congreso.Lo que se va a exponer en Newark es un avance de un Manifiesto historiográfico, que será elaborado por un grupo de trabajo de referencia que crearemos de inmediato. Cumpliremos así el objetivo que nos planteamos en ¿Qué es HaD?, cuando empezamos nuestras actividades digitales precisar un proyecto historiográfico que, añadimos ahora, perfile Historia a Debate como tendencia historiográfica internacional.

Con el Manifiesto HaD aspiramos a definir un conjunto armónico de propuestas en diálogo crítico con las otras tendencias latentes en el debate historiográfico (1) el continuismo de la nueva historia de los años 60 y 70; (2) el posmodernismo, y (3) retorno a la vieja historia.

Los títulos provisionales de las 18 tesis, redactadas brevemente en este borrador, son ciencia con sujeto, nueva erudición, recuperar la innovación, interdisciplina, contra la fragmentación, tarea historiográfica, historiografía global, autonomía del historiador, reconocer tendencias, herencia recibida, historiografía digital, relevo generacional, historia pensada, fines de la historia, reivindicar la historia, compromiso, presente y futuro, nuevo paradigma.

Una vez tengamos el texto definitivo del Manifiesto se pondrá, naturalmente, a debate; será difundido en la comunidad internacional de historiadores; se solicitarán adhesiones críticas a nuestra manera de entender la historia; servirá de referencia, hasta su siguiente actualización, para las futuras actividades resenciales y digitales de Historia a Debate.

Seminario del 5 de julio de 2001

Seminario: «La etnografía como propuesta de investigación en historia»
Informa: María Adela Suayter (Universidad Nacional de Tucumán)

LA ETNOGRAFIA COMO PROPUESTA DE INVESTIGACION EN HISTORIA

Por María Adela Suayter

En general, la práctica de la investigación etnográfica, por su propia naturaleza, tiende a ser individualista y aislada. No hay, en verdad, mayores dificultades para su acceso por lo cual muchos son -sin saberlo – etnógrafos espontáneos. Aunque tiene, además, la propiedad de aplicarse a cuestiones personales y localizadas, o bien a gran escala, en cuyo caso habrá que compartir – durante un  período prolongado – la recogida de datos y su planificación con investigadores profesionales.

Un objetivo fundamental a tener presente cuando se adopta este método es que vale mucho más internalizar el «espíritu etnográfico» que memorizar técnicas. Hay, sin embargo, universales como las técnicas de recogida de datos y la redacción final. El término etnografía deriva de la antropología y significa literalmente «descripción del modo de vida de una raza o grupo de individuos». Se interesa por lo que la gente hace, cómo se comporta, cómo interactúa. Se propone descubrir sus creencias, valores, perspectivas etc y el modo en que todo eso se desarrolla, o cambia con el tiempo o de una situación a otra. Es hacer historia desde DENTRO de los analizados, intentando comprender sus significados e interpretaciones. No es una fotografía que sólo da detalles de la superficie. El

etnógrafo se interesa por lo que hay detrás, por el punto de vista del sujeto. De esta suerte, la realidad social aparece como formada por diferentes capas. Además, también se reconoce que está en constante cambio. El etnógrafo tiende, pues, a representar la realidad estudiada, con todas sus diversas capas de significado social en su plena riqueza. Su descripción deberá ser muy rigurosa pues de lo contrario la representación puede parecer distorsionada.

Si bien – como dije antes – no hay recetas, SI hay pasos a emplear en las etapas iniciales. El método más puro de la etnografía es la Observación participante ( aunque la no participante ha llegado a ser común en la experiencia británica). Esto supone técnicas de observación y notas de campo.

Se sabe que el método ha recibido la acusación de subjetivo, pero, hay que recordar que lo que se denomina datos «duros» es sospechosa, ya que a menudo se han aceptado datos estadísticos SIN describir los criterios ni los procesos implícitos en su compilación.

En suma: hay que advertir que no estamos hablando de absolutos: ni conocimiento absolutamente objetivo, ni absolutamente subjetivo. Podemos, pues, concluir con Schutz «Es esencial a la ciencia la objetividad, no sólo para mí, para ti y para unos pocos más, sino para TODOS, y que las proposiciones científicas no se refieran a mi mundo privado, sino al único y unitario mundo-de-vida común a todos» (1962, pág.205)

Pregunta
Piedad Gil Restrepo

Cordial saludo En mis estudios de Maestría en Historia tuve la oportunidad de conocer los aportes de la etnografía a la investigación histórica, especialmente en el caso de los estudios entre comunidades negras del Pacífico colombiano. Además en mi calidad de pedagoga he empleado el método etnográfico para investigar diferentes asuntos de la cultura escolar. Agradeciendo la oportunidad del Seminario que ustedes ofrecen, quisiera recibir actualización bibliográfica, aportes conceptuales especialmente en lo relacionado con los vínculos historia-etnografía y conceptos desarrollados por la conferencista y los participantes

Respuesta
María A. Suayter

A la colega Pilar Gil Restepo Puedes ver Pollard, 1986; Woods, 1979; Walker y Wieldel, 1985; Hammersley, 1985; Griffin, 1985; Cicourel, 1968; Douglas, 1970; Schultz, 1972 y otros que te comentaría desde mi ordenador, en Argentina.

Pregunta
Israel Sanmartín

Cuál es el diálogo que propone Vd. entre la historia y la etnografía? Considera que tienen un punto de encuentro y un marco mínimo en el que pueden trabajar?

Respuesta
María A. Suayter

Para explicarte el diálogo entre la historia y la etnografía intentaré hacerlo desde un ejemplo puntual Tema a analizar La caída de la II República y la Guerra Civil española. ¿Cúal sería mi propuesta?. Desde la etnografía se podrían observar las conductas y las respuestas a ese tema en Diversas comunidades. Diversas regiones. Distintos tipos de individuos (léase desde distintas ideologías). Consultas a intelectuales. Desde luego, la lectura de la «historia oficial». Y la lectura del tema en diversos periódicos de la época, y de la actualidad. En la «redacción» del informe final se marcaría la recurrencia en el manejo de ciertos temas (lo que en ciencias duras es la «frecuencia» de las respuestas), y sobre todo, la «polifonía»=el rescate de las múltiples voces, la del pueblo, la de los intelectuales, la de la iglesia, otras).

Pregunta
Raúl Gómez

Me interesaría saber en que medida ha cambiado la Etnografía (si es que lo ha hecho) sus planteamientos metodológicos en los últimos años. También me gustaría saber si ha habido un cambio en el planteamiento de objetivos de esta ciencia como tal. Muchas gracias.

Respuesta
María A. Suayter

Sí, la etnografía según estaba planteada en los años sesenta ha sufrido modificaciones, más bien en torno al «afinamiento» del método, no en lo que respecta al «espíritu etnográfico». Sigue, pues, usándose la observación participante y la no participante (esta última más usada en la investigación educativa en Gran Bretaña), las entrevistas, simples y en profundidad, los cuestionarios y con ellos las tipologías, los modelos, (algunos investigadores los usan como términos intercambiables a éstos últimos), y la redacción del informe final. En lo que respecta a su segunda pregunta creo que no hay un cambio en el planteamiento de sus objetivos, sigue siendo su interés «describir el modo de vida de una raza o grupo de individuos». Sigue interesándose por los que la gente hace, cómo se comporta, cómo interactúa. Se propone descubrir sus creencias, valores, perspectivas, motivaciones y el modo en que todo eso se desarrolla o cambia con el tiempo o de una situación a otra. Trata de hacer todo esto «dentro» del grupo y desde dentro de las perspectivas de los miembros del grupo. Lo que cuenta son sus significados e interpretaciones. Esto quiere decir que hay que aprender su lenguaje y costumbres con todos los matices. Cada grupo humano ha construído sus propias realidades culturales netamente distintas, y para comprenderlos hemos de penetrar sus fronteras y observarlos desde el interior (lo cual resulta más o menos difícil de acuerdo con nuestra propia distancia cultural respecto del grupo que se quiere estudiar).

Pregunta
Josefina Gómez González

¿Que auna y que separa, entorno al «concepto de cultura» a etnógrafos e históriadores?

Creo que, en sentido amplio, no hay diferencias sustantivas en el «concepto de cultura». En sentido estricto las diferencias aparecen de acuerdo a la ideología que se sustenta. Si por ejemplo el etnógrafo pertenece a una «cultura dominante» es posible (si no es cuidadoso en su investigación) que tienda a ver como «culturas subalternas» las que no se adecuan a su marco de referencia teórico.

Despedida
María A. Suayter

Estimados colegas miembros todos del foro de Historia a Debate. Un saludo -desde aquí- desde Santiago de Compostela, sí «in situ» con Carlos Barros y equipo y, además, mi agradecimiento a aquellos que participaron en el debate y a aquellos que nos leyeron. ¡Hasta pronto!. María Adela Suayter. Universidad Nacional de Tucumán. Argentina.