No es que la historia debe irle pisando los talones a la coyuntura, pero pensando en la ética, tema que ha surgido en varios de los últimos envíos, dos acontecimientos me han estremecido y pienso que serían dignas cuestiones de historia a debate, uno el informe de la situación ambiental de la ONU firmado por más de 1000 especialistas, expertos y científicos donde si continuamos con el actual modelo de despilfarro se nos conceden 30 años para que el 70% del planeta se encuentre en ruinas, otra respecto a las especies que nos acompañan: el 25% habrán desaparecido en una década, ligado a estos impactos están el crecimiento demográfico, los agujeros de la capa de ozono (ahora también en el hemisferio boreal), la guerra en los ecosistemas de montañas (2002 es el Año Internacional de las Montañas), el encuentro de Johanessburg, en fin, que la historia de lo ambiental y lo ecológico tienden a convertirse en un eje fundamental de esta historia a debate, de esta angustia que nos sacude por el planeta que vemos en estertores, por este tiempo que se nos agota tanto en sus líneas entrópica
como en las cósmica e histórica, saludos fraternos,

Luis Antonio Bolanos
Ministerio de Educación de Perú
Dirección Nacional de Educación
Secundaria y Superior Técnica (DINESST)

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De entre la infinidad de temáticas que abarca la Historia también se encuentra el asunto del ECOLOGISMO. El conocimineto de la Historia nos ha enseñado la progresiva degradación y transformación que ha estado sufriendo el medio natural desde el momento en el que el ser humano comenzó a actuar sobre él, o sea, desde su misma aparición. De este modo, sabemos que ya desde la Prehistoria, las sociedades neolíticas sometieron al medio a una visible transformación, aunque bien es verdad que dichas transformaciones se encontraban mayoritariamente en sintonía con el medio ambiente. También la Historia nos ha enseñado que a raíz de la irrupción de la economía de signo capitalista y la consecuente Revolución industrial, aún en vigencia, nuestro planeta se encuentra sometido a un mayúsculo desgaste del que pueden derivar, si no lo ha hecho ya, consecuencias fatales para la vida que este se alberga, y en última instancia para nosotros mismos.

Conocer y estudiar las actividades de aquellos antepasados pretéritos cuya economía era todo un ejemplo de sostenibilidad con el medio que les rodeaba y analizar y valorar el impacto negativo que sobre el mismo ha infligido el actual Occidente «civilizado», es una tarea en la que la Historia tiene mucho que aportar.

O sea, que HISTORIA y ECOLOGISMO, dos materias aparentemente distantes y poco relacionadas, pueden encontrar un cauce común que ayude a lal humanidad a encontrar una «civilización» más civilizada.

David García Urda
Universidad de Castilla-La Mancha