Han pasado los años desde la LOU y, nuevamente, aunque ahora bajola excusa del proceso de Boloña, se plantea una reforma universitaria. De nuevo se arguye que la universidad debe atender a la demanda del «mercado», sin especificar qué se debe entender por él. Así, estudios como Teoría de la Literatura, que cada año dejan fuera alumnos por haber más demanda que plazas, se eliminan. Luego la demanda por parte de estudiantes no es «mercado». Pero también se elimina Filología inglesa, con una clara salida laboral y demanda de licenciados por parte de ese «mercado». En realidad, se trata de una eliminación de los estudios de humanidades y, sobre todo, de la capacidad crítica de los futuros graduados (que ya no licenciados). Mientras el «mercado» exige una creciente especialización, filologías y teoría de la literatura se diluyen en un ambiguo «Estudios literarios». Historia del arte se difumina dentro de Historia. Al mismo tiempo, se exige responsabilidad a los profesores. Se impone la evaluación continua, pero no se especifica cómo se debe aplicar a cada estudio. De manera que, frecuentemente, a la presencia del examen final se suman trabajos a realizar durante el curso,impidiendo la combinación de estudio y trabajo. Y cargando al profesorado de horas no lectivas de trabajo, impidiendo así el correcto desarrollo de su labor investigadora. Y, siempre, en nombre del bien de la universidad, del bien de los alumnos, del bien del profesorado. Por favor, lo van a hacer igualmente, pero al menos no nos traten de imbéciles.

Sergi Viciana Fernàndez
CFA Sant Roc

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Caro coelga:
Estoy completamente de acuerdo contigo, pues soy profesor de Historia y la misma cosa acontece en Brasil.

Prof.Dr.Wellington de Oliveira
Centro Universitário de Belo Horizonte
Brasil

 

[Nota: Se ruega a los participantes en los debates que identifiquen en su respuesta el autor y el mensaje de referencia]