LA INTERDISCIPLINARIEDAD EN LA HISTORIA.

LA APORTACIÓN DEL PROYECTO “HISTORIA A DEBATE”

Oscar Prieto Sierra

Universidad de La Rioja

España

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INTRODUCCIÓN.

El presente trabajo intenta hacer un breve acercamiento a uno de los elementos más interesantes en el desarrollo de la ciencia histórica. La necesidad de una metodología que acerque al historiador y a los futuros lectores a la explicación más realista posible sobre los acontecimientos históricos.

Esa realidad sería imposible si el historiador solamente se centrase en narrar los “hechos como fueron” como decía el viejo positivismo. La realidad humana es mucho más compleja.

El ser humano es un animal consciente que se relaciona entre sí, es un animal social, pero también se relaciona con el medio que le rodea y se ve influido por él, aunque no determinado, pues puede adaptarse a las circunstancias que se le presenten.

Además, el ser humano es racional pero también tiene instintos naturales y emociones que le ayudaron y le ayudan a sobrevivir.

Todos estos elementos forman parte del devenir humano. Todos forman las características de la Historia humana a lo largo del tiempo y para poder acercarnos a esta realidad lo más completamente posible, existe una manera: la interdisciplinariedad entre las diversas ciencias naturales, humanas y sociales.

Este es un pequeño acercamiento a la evolución del concepto de la interdisciplinariedad en la historiografía.

Primero se hará un acercamiento al concepto de interdisciplinariedad. Una definición de lo que se entiende por tal. Antes de ver la evolución de una metodología, debemos conocer a que nos referimos como tal.

Continuamos con un acercamiento historiográfico a la utilización de esta metodología fundamental para conocer al ser humano en su totalidad. Comenzado en el siglo XIX, momento en el cual la Historia se convierte en una disciplina profesional. Siguiendo por el siglo XX, cuando la historiografía produjo una “revolución” en la manera de entender y hacer Historia. Fue el momento en el cual los historiadores más se acercaron a la utilización de la interdisciplinariedad como metodología fundamental para acercarnos a la realidad humana.

El final del siglo XX, el fracaso de la “Historia Total” que puso en marcha el grupo de los Annales o la metodología marxista. Fracaso debido a la excesiva fragmentación del conocimiento histórico en diversas subdisciplinas que diluyeron en parte el conocimiento. Esto trajo una crisis que permitió la “resurrección” del positivismo decimonónico o el refuerzo de un postmodernismo que alejaban a la Historia de su verdadero valor científico y social.

Y así llegaremos al siglo XXI cuando se produce un nuevo intento para renovar la labor historiográfica. La creación de un nuevo paradigma más incluyente. Sin olvidar el pasado y las aportaciones de las teorías que lo precedieron, pero aportando las novedades que el nuevo siglo trae consigo. Es la aportación del proyecto Historia a Debate. A su evolución y a la aportación sobre el concepto de interdisciplinariedad y uso como herramienta renovada para labor del historiador, dedicaremos el último apartado del análisis.

Finalmente unas conclusiones generales darán el punto y final a este trabajo.

1.     ¿QUÉ  SE  ENTIENDE  POR  LA  INTERDISCIPLINARIEDAD  EN  LA HISTORIA?

 

Según el DRAE “Interdisciplinariedad” es: “Cualidad de interdisciplinario”, lo que viene a significar: “Dicho de un estudio o de otra actividad: Que se realiza con la cooperación de varias disciplinas.1”

Efectivamente en eso consiste el uso de una metodología interdisciplinar. La colaboración entre diferentes ciencias para poder llegar a un conocimiento global de la materia en cuestión. En nuestro caso la Historia.

Por otra parte, la metodología relacionada con la investigación tiene como función elaborar, sistematizar y evaluar el conjunto del aparato técnico y procedimental del que dispone la ciencia con la intención de buscar datos y construir el conocimiento científico. Una metodología que surge según la ciencia se desarrolla2.

La Historia es el conocimiento de los acontecimientos protagonizados por la humanidad a lo largo del tiempo. Pero no sólo es eso. Como decía Marc Bloch es la ciencia del hombre (humanidad) en sociedad3. Debe incluir a todas las sociedades como conjunto pero también al individuo en sí mismo.

Marc Bloch llegó a decir que la Historia “Considerada aisladamente, como ciencia, no representa nunca más que un fragmento del movimiento de universalización del conocimiento”. Es decir, no es más que una parte del conocimiento humano. Para comprenderlo en su conjunto necesita del aporte de todas las ciencias que puedan ayudar a conseguirlo4.

Para lograr este objetivo no hay otra manera que la interdisciplinariedad de la Historia con aquellas ciencias que puedan aportarle, y a quién pueda aportar, avances en el conocimiento del hombre, que es el objeto de estudio propio de la Historia.

Carlos Barros opina que la interdisciplinariedad supone la interacción de la Historia con otras disciplinas, ciencias, técnicas o saberes5.

Es por lo tanto la metodología utilizada por el historiador en combinación con otras disciplinas científicas. Ciencias no sólo sociales, sino también todas aquellas que puedan aportar información sobre porqué el ser humano actúa como actúa y como ese comportamiento cambia a lo largo del tiempo. Esto implica la participación de ciencias sociales como la Antropología, la Economía, la Sociología o la Lingüística. Pero también es necesaria la colaboración de ciencias naturales como las neurociencias, la Psicología, la Medicina Forense, la Genética, etc. Pues el conocimiento de la Historia, el conocimiento del ser humano en el Tiempo ha de tener una visión global.

 

 

1 DRAE (Diccionario de la Real Academia Española): https://dle.rae.es/interdisciplinario?m=form Consultado el 5 de abril de 2021.

2  RODRÍGUEZ U., Manuel Luis: “Introducción General a la metodología de la investigación”, en

Metodologías de la Investigación. Punta Arenas – Magallanes, 2011 (consultado 11 de diciembre de 2019)

https://metodologiasdelainvestigacion.wordpress.com/2012/03/07/introduccion-general-a-la-metodologia- de-la-investigación/

3 BLOCH, Marc: Apología de la Historia o el oficio del historiador. México, Fondo de Cultura Económica, 2001. Con un prefacio de Jacques Le Goff. Este trabajo es imprescindible para entender la aportación de la Escuela de los Annales y la aportación de la “Revolución Historiográfica” de la primera

mitad del siglo XX.

4 El historiador o historiadora, debe ser tan valiente como lo son los físicos o muchos otros tipos de científicos. Ibídem.

5 BARROS GUIMRANS, Carlos: Interdisciplinariedad. Episodio 29 de la serie de vídeos breves de Carlos Barros sobre «¿Qué es la historia?». Santiago de Compostela, 12 de marzo de 2021. Consultado a 5 de abril de 2021. https://www.youtube.com/watch?v=4Edr7Kqm7co

 

Esta metodología no implica sólo una colaboración con otras ciencias diferentes a la Historia, sino que debe incluir también una colaboración dentro de la propia materia histórica, como dice también el profesor Barros.

El ser humano vive en sociedad, interacciona entre los individuos y las sociedades pero también se relaciona con el medio en el que vive. Todo ello se ha de estudiar para poder entender mejor el desarrollo de la humanidad. Sus cambios, sus permanencias, sus influencias con la naturaleza, etc.

Todo ello significa interdisciplinariedad y es conveniente que el historiador cuente con todos los conocimientos disponibles para poder comprender mejor a la humanidad, su pasado, su presente y su posible futuro. No es exactamente una historia total, que tanto se intentó a lo largo del siglo XX, sino más bien una historia global. Un conocimiento lo más completo posible en todas las características del devenir humano. La Historia como un aglutinador, una síntesis, de todas las materias y ciencias que puedan ayudar a comprender mejor al ser humano en su conjunto y a lo largo del tiempo.

Esta interdisciplinariedad no siempre ha sido tenida en cuenta por la historiografía. Ciertamente durante el siglo XX se intentó poner en marcha con diversos resultados, como veremos a continuación, pero también hubo corrientes que renegaron de ella, dedicándose solamente a una Historia separada del resto de disciplinas como algo ajeno a su interés. Como si el historiador no debiera conocer más que los simples hechos, sin analizar más allá, con lo que dejaba a la Historia huérfana de numerosos materiales imprescindibles para conocer el devenir humano en el tiempo.

 

2.     DESARROLLO DE    LA    INTERDISCIPLINARIEDAD EN LA HISTORIOGRAFÍA. Avances y retrocesos.

 

La primera gran revolución historiográfica en la ciencia histórica se produjo en la primera mitad del siglo XIX. Y empezó en Francia, seguida con cierta rapidez en Alemania.

Comenzando con Michelet, el historiador francés buscó cambiar la manera de hacer la Historia, de investigar la Historia. No quería preocuparse sólo del estudio de la política y comenzó a buscar tímidamente el estudio de una Historia total. Buscaba reencontrarse con la vida histórica a todos sus niveles, la Historia integral en definitiva. Aunque en el caso de Michelet su interés se centró sobre todo en el desarrollo de las naciones. Consideraba que el historiador estaba muy implicado en el desarrollo de su trabajo. La objetividad debía estar más en su vida y de allí trasladarla a su trabajo6.

Esta metodología debería haber supuesto el comienzo del uso de la interdisciplinariedad pero el trabajo de Michelet se basó más en las identidades que en el análisis de los hechos con sus causas y efectos. Lo importante del aporte de Michelet fue el situar al “pueblo”, a la masa, como elemento de importancia decisiva en la Historia, pero su sentido de globalidad no pudo triunfar7.

Una nueva escuela, la más influyente en siglo XIX, surgió en la siguiente mitad del siglo. Fue la llamada “escuela metódica” o “positivista”. Quería imponer una investigación científica, buscando la objetividad más que la reflexión filosófica.

Fueron Langlois y Seignobos a partir de 1898, los pioneros de esta nueva metodología, junto a Monod y Fagniez, los que crearon en 1876 La Revue historique.

 

 

 

6  BOURDÉ, Guy, MARTÍN, Hervé: Las Escuelas Históricas. Madrid, Akal, 2004 (2ª ed.), pp. 112 – 115.

7 Ibídem., p. 120.

 

Intentaban continuar con una tradición que provenía del Renacimiento, basándose en la razón para realizar los análisis8.

Para Langlois y Seignobos era importante el mantenimiento y estudio del documento. Su conservación como fuente de investigación para el historiador. A partir de la protección del documento, se procedía a la crítica externa del mismo, erudita, analizando la validez del documento y su veracidad. Para ello se crean fichas de cada uno de ellos, luego se debe hacer una crítica hermenéutica, interna. Analizando lo que dice el documento, cómo lo dice, quién y en qué circunstancias. Finalmente se hace una síntesis de lo analizado, uniendo una comparación con otras fuentes; agrupando los hechos en marcos generales; se continúa con un análisis de la relación de los hechos entre sí, bien por comparación, por deducción o por analogía; se seleccionan los hechos que se van a estudiar detenidamente y finalmente, el historiador puede arriesgarse con interpretaciones o sugerir algunas generalizaciones, pero nunca con la intención de obtener un conocimiento total del origen de las sociedades. Temen la conclusión, o eso

parece9.

El método continuó desarrollándose hasta que Auguste Comte estableció para la Historia la búsqueda de las leyes que dirigen el desarrollo de la humanidad10.

Comte, como dice Carlos Barros, si se interesó sobre diversas disciplinas, aunque para él, la mayor de las ciencias sociales era la sociología. Hay cierta tendencia a la interdisciplinariedad en esta postura. Pero el positivismo no prosiguió con este intento, en favor de las nuevas ideas que llegaron de Alemania11.

Así Ranke consideró a la Historia como una ciencia única y nunca se planteó la coordinación con otras disciplinas. Deseaba una ciencia corporativista y, en gran parte, aislada del resto, incluso aunque tuviese contacto con esas disciplinas. El historiador tenía el monopolio del estudio del ser humano en el tiempo.

Esto crea un problema de aislamiento con respecto a la sociedad, hace que el historiador quede relegado a los archivos y bibliotecas. Necesarios sí, pero no únicos para poder conocer y comprender los hechos históricos12.

Ranke y sus seguidores consideraban que no era labor del historiador juzgar los hechos, sino que se debían analizar “objetivamente”. El historiador debía separarse de los hechos. El historiador debía estar libre de condicionamientos sociales en su trabajo. Y eso era así porque la Historia tenía una existencia objetiva aunque no se estudiase. El objeto histórico debía estudiarse a través del número suficiente de documentos que permiten interpretar los acontecimientos. Pero sin reflexiones teóricas que pueden ser perjudiciales para el conocimiento científico objetivo. Conocimiento que era posible a través de la ciencia positiva.

En realidad este tipo de metodología que aspiraba a la objetividad total, no pudo cumplir su intención pues la pretendida imparcialidad supuso el servicio hacia la ideología dominante del momento, generalmente conservadora13.

Hubo de esperarse hasta la primera mitad del siglo XX, especialmente a partir de su segunda y tercera década, para que la interdisciplinariedad comenzase a ser verdaderamente tomada en cuenta por la historiografía.

 

 

 

8 Ibídem., pp. 127 – 135. Aunque los autores consideran un error denominar a la escuela metódica como

“positivista”, que consideraban fue creada por L. Borudeau, pp. 142 – 143.

9 Ibídem.

10 Leyes de orden; leyes de relación; ley suprema que dirige la Historia. Ibídem., p. 143.

11 BARROS GUIMRANS, Carlos: Interdisciplinariedad. Episodio 29…

12 Ibídem.

13 BOURDÉ, Guy, MARTÍN, Hervé: Las Escuelas…, pp. 144 – 145.

 

Uno de los primeros movimientos que apostaron por una visión total de la Historia fue las Escuela de los Annales. Pero también el marxismo, especialmente el desarrollado en Gran Bretaña, o el neopositivismo. Fueron la verdadera revolución, con sus luces y sombras, que cambiaron los paradigmas historiográficos.

Comenzó la respuesta contra el positivismo decimonónico con la Revue de Synthése, pero especialmente con la revista Annales, ya en la década de los 30. Esta es la respuesta francesa tras muchos años de poner por encima de todo interés el acontecimiento, el hecho político, que había supuesto un cambio importante en su momento, pero que se quedaba muy corto a la hora de entender al ser humano en su conjunto, más bien en su totalidad como ser pensante y racional y sus actuaciones a lo largo del tiempo.

Los seguidores de Annales promovieron los períodos de larga duración; pusieron más énfasis en los aspectos económicos y sociales, pero también en aspectos psicológicos, especialmente del conjunto de la sociedad. Y lo más interesante para este trabajo, comienzan a interesarse por la colaboración de los historiadores con otros científicos, especialmente de las ciencias humanas14.

Entre los más destacados representantes de esta corriente se encuentran los aportes de sus precursores, Marc Bloch y Lucien Febvre. Juntos, más la unión de A. Colin, crearon Les Annales d’Histoire économique et sociale, en cuyas páginas pretendieron llevar a cabo no sólo una labor teórica sino también práctica, haciendo gran hincapié en la multidisciplinariedad15.

Bloch realizó su aportación, a través de sus trabajos y de una obra no acabada pero fundamental su Apologie pour l’histoire ou Métier d’historien16. En este trabajo el gran historiador francés hacía una defensa del oficio de historiador. Para él la Historia es una ciencia, un tipo de estudio que surge muchas veces de una simple curiosidad a la que se llena de seriedad. Pero también la consideraba necesaria para el pleno desarrollo

del ser humano y, desde luego, tenía la obligación de ayudar a vivir mejor.

Ya se ha comentado que Bloch siempre defendió la interdisciplinariedad entre las diferentes ciencias. Para él, no podía considerarse a la Historia aisladamente porqué si no sólo representaría una parte del conocimiento universal17.

En otros trabajos defendió la necesidad de una historia comparada y siempre tuvo interés por lo que luego sería considerado una historia de las mentalidades, después de haber realizado su tesis, un clásico de la historia económica y social18.

Lucien Febvre realizó su aportación historiográfica fundamental sobre todo en su Combates por la Historia19. El autor rechazaba que el historiador se debiese limitar al registro del acontecimiento, apoyándose sólo en los documentos escritos. En Febvre

 

14 Ibídem., p. 149.

15 Ibídem., p. 151 y ss. La revista se mantuvo en esta línea antes de la Segunda Guerra Mundial, pero tras la guerra, la muerte a manos de los nazis de Bloch y la desaparición de otros seguidores de la corriente, hizo que Febvre dirigiese la revista en solitario; con nuevos miembros como Braudel, dirigiéndose más hacia la historia de las mentalidades y alejándose de la historia económica y social.

16  En castellano ha habido varias ediciones entre las más cercanas: BLOCH, Marc: Apología de la

Historia o el oficio de historiador. México, Fondo de Cultura Económica, 2001

17 Ibídem., pp. 9-20.

18  BLOCH, Marc: “Por una Historia comparada de las sociedades europeas”, en Mélanges historiques.

Paris, S.E.V.P.E.N.,  1963,  t. I,  pp.  16-40. BLOCH, Marc: La  historia Rural  francesa.  Caracteres originales. Barcelona, Crítica, 1978 y Los Reyes Taumaturgos. México, Fondo de Cultura Económica, 1988.

19 FEBVRE, Lucién: Combates por la Historia. Barcelona, Ariel, 1982. A través de sus biografías y otros trabajos intentó confrontar a los personajes que estudiaba con la sociedad en la que vivían. Siempre buscando el conocimiento de las mentalidades colectivas. BOURDÉ, Guy, MARTÍN, Hervé: Las Escuelas…, p. 150.

 

la interdisciplinariedad está muy presente pues deseaba ante todo no limitarse al documento como fuente. No existía una historia económica o social, existía la historia sin más, unida. Pero que es totalmente social. La Historia es: “el estudio científicamente elaborado de las diversas actividades y de las diversas creaciones de los hombres de otros tiempos, captadas en su fecha, en el marco de sociedades extremadamente variadas y, sin embargo, comparables unas a otras (el postulado es de la sociología);

actividades y creaciones con las que cubrieron la superficie de la tierra y la sucesión de las edades.20”

El historiador debe plantearse problemas y también formular hipótesis. Para su mejor resolución la Historia tiene lazos voluntarios o no, con numerosas disciplinas21. No sólo el historiador debe basarse en los documentos, pues los vestigios humanos también aparecen en poemas, obras de arte, etc. Hay que utilizar los textos, pero no sólo los textos, sino todo lo que aporte información y especialmente los resultados que ofrecen las nuevas disciplinas del momento22.

Siguiendo esta nueva metodología fue fundamental la aportación de C. E. Labrousse que abrió la puerta a una Historia Económica que buscaba explicar los momentos de expansión y los momentos de recesión, coincidiendo con la crisis de los años 20 y 30 del siglo XX. Analizaba ya los movimientos de larga duración, unos veinticinco años, y los de corta duración, fluctuaciones estacionales o menores a diez años. Comparó los precios y analizó la producción de la agricultura y la industria, comparándola con las rentas. No fue un seguidor estricto de los Annales, siendo más influido por Marx o Jaurés. La estadística se convirtió en elemento fundamental para los estudios económicos a partir de ese momento23.

La desaparición de los creadores de la escuela no supuso el fin de sus aportaciones. Fernand Braudel cogió el testigo y aportó su propia idea de lo que debía ser la Historia y de cómo se debía estudiar. Pero siempre defendiendo la unión de las ciencias del hombre. Sigue así la estela de conseguir crear una Historia total que pudiese explicar todos los aspectos del devenir humano24.

Para Braudel el historiador ha de trabajar de forma crítica hacia las fuentes que examina. Pero el historiador también reconstruye el pasado con su trabajo, aunque su trabajo nunca es profético. Siempre defendió el trabajo en equipo con otras ciencias sociales. Todas se relacionan entre sí, incluyendo la Historia. Defiende la relación con las matemáticas, buscando la creación de unas matemáticas sociales, con la lingüística y la psicohistoria, para conocer las estructuras mentales y las leyes de las estructuras generales25.

Porqué Braudel buscó siempre el estudio de las estructuras dentro de la Historia y de las sociedades humanas. Para ello defendió la dialéctica entre el espacio y el tiempo. Dividió los acontecimientos humanos en tiempos cortos, medios y largos. Es una Historia estructural dónde la importancia de la larga duración es fundamental para

 

 

 

 

 

20 FEBVRE, Lucién: Combates…¸ pp. 39-40.

21 Ibídem., pp. 48 y ss.; 59-71.

22 Cómo la demografía, la psicología, la lingüística, la arqueología, etc. Ibídem., pp. 29-39.

23 BOURDÉ, Guy, MARTÍN, Hervé: Las Escuelas…, pp. 165 y ss. Labrousse puso las bases para el estudio del modelo económico de la Edad Moderna basado en la agricultura y muy susceptible a las crisis en las cosechas.

24 BRAUDEL, Fernand: La Historia y las Ciencias Sociales. Madrid, Alianza Editorial, 1970, pp. 47-59.

25 Ibídem., pp. 60-64.

 

entender las permanencias a lo largo del tiempo. La Historia del mundo son todas las historias26.

A Braudel le llegaron críticas de muchos historiadores, algunas muy avanzado ya el siglo XX. Por ejemplo para Josep Fontana Annales cayó en la frivolidad. Entre otras cosas porqué para el historiador catalán no se pueden aportar teorías sin una reflexión metodológica. Es más, desde su óptica marxista, siempre consideró el trabajo de Braudel como un artificio literario27.

Poco a poco la escuela de los Annales fue evolucionando. Siguiendo las nuevas metodologías se empieza a estudiar la demografía histórica. Pero, avanzando hasta finales de los 60 del siglo pasado se retomó una tendencia al acercamiento a los planteamientos de la antropología y la etnología, o el folclore y el estudio de las religiones, que se insertan en los nuevos intereses de los historiadores.

Así Le Goff o Le Roy Ladurie estudiaban las leyendas medievales siguiendo el ejemplo que recibieron de los trabajos de Lévi-Strauss cuando analizó las mitologías. De estos primeros ejemplos se fue evolucionando hacia una historia cultural y sobre todo a un gran interés por el estudio de las estructuras mentales. Llegamos así a la “historia de las mentalidades”, buscando explicar tanto lo consciente como lo inconsciente. Se buscaba entender el modo de pensar de las élites, pero también de las

clases  populares.  Entender  la  religión  y  las  costumbres  civiles;  de  las  fiestas  que muestran las relaciones sociales y sus contradicciones28.

No queda duda que la tradición de los Annales apostó por  la interdisciplinariedad entre numerosas materias. Aunque se centraron sobre todo en ciencias sociales como la antropología o la etnología. O la estadística y la economía. Todavía no se dio el paso hacia una colaboración con ciencias ajenas al ámbito social.

La metodología Annales tendió a evolucionar hacia la búsqueda de la historia total. A una nueva historia preconizada a partir de fines de los años 70 y que también recibió influencias del marxismo. Deseaban experimentar en todos los campos, así como darle cierto aire publicitario a sus actividades. Experimentando con estudios de Etno – historia o de psico – historia. Con numerosas aportaciones pero con atribuciones a pocos participantes y convirtiendo a la escuela de los Annales en toda una institución

historiográfica, especialmente en Francia29.

No seguían una ideología concreta, más bien no se adscribían a ninguna en particular, sobre todo tenían influencias múltiples. Unos estaban más influenciados por el marxismo, pero siempre buscando evitar todo determinismo y seguir a los fundadores. No les interesaba buscar tanto el “sentido de la historia”, propios de los sistemas filosóficos como el marxismo, primando las opciones más científicas frente a las opciones filosóficas.

Se buscaba crear hipótesis que debían ser verificadas y rectificadas utilizando las aportaciones de los estudiosos. Siguiendo a Febvre, no es sólo una sucesión de hechos históricos para crear una cronología de los mismos, hay que analizarlos y responder a

 

26 Ibídem., pp. 64-76. Estas teorías las puso en práctica en su monumental: El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. Madrid, Fondo de Cultura Económica, 1976. También ver: BOURDÉ, Guy, MARTÍN, Hervé: Las Escuelas…, pp. 158-163

27 FONTANA, Josep: La Historia que se piensa. Conferencias, clases y conversaciones en Chile. Edición

e Introducción de Pablo Aravena. Valparaíso, Ediciones Escaparate. Universidad Viña del Mar, 2011, pp. 22-46.

28 Ibídem., pp. 163-168. Una tradición que ya habían comenzado Bloch y Febvre.

29 Los historiadores de los Annales ocuparon la mayor parte de los puestos relacionados con la investigación, aunque hubo una presencia de todas las ciencias humanas. Además la “escuela” pretendía estudiar todos los períodos de la historia y todas las regiones del mundo, es la “historia global” que tanto quisieran los fundadores. Ibídem., p. 171.

 

las preguntas sobre el pasado que se hubiesen formulado. Es un trabajo más para un analista que para un narrador. Se formulaban preguntas para responderlas racionalmente30.

Georges Duby criticó esta idea. Para el autor francés Annales creó la sensación de que los historiadores eran científicos. Pues, entre otras cosas, buscaban también conocer el “porqué” y no sólo el “cómo”. La objetividad no era posible pues al final hay que escribir y por lo tanto hay que crear un discurso. Tras un proceso de recogida de datos se debe pasar a una valoración de los mismos. Se deben rellenar los vacíos que las fuentes no nos muestran. Y al escribir nunca se puede escapar de la subjetividad pues el investigador se ve obligado a inventar. La Historia es un diálogo entre el historiador y el pasado, pero también debe controlar su imaginación. No debe divagar. Siempre ha de basarse en las pruebas31.

Esta nueva historia tenía una marcada tendencia hacia la globalización. Para ello harán uso de diversas ciencias que les ayuden en su camino.

Los seguidores de Braudel buscaron en esa globalidad reunir en un “tiempo único” los tres tiempos en los que dividían los estudios históricos. Algunos llevaron a hablar de una “historia inmóvil”. También se desarrolló la “demografía histórica” como una materia que se introdujo en otra, sin perder objetivos ni metodologías.

Otros hicieron análisis globales en períodos amplios pero coherentes desde un punto de vista económico y social, con su propio sistema de representación. Aunque Bourdé y Martín consideran estas construcciones muy bellas pero frágiles por ser espacios demasiado estrechos para una realidad plural. Este tipo de estudios se intentó llevar a cabo especialmente en marcos regionales32.

Se desarrolló la idea de una “antropología histórica”, ante el interés por estudiar al ser humano en todas sus vertientes y relaciones ecológicas, tecnológicas, afectivas, simbólicas, etc.

Otros dieron gran importancia a las cuestiones mentales o a crear una historia serial, con fenómenos que se repiten según sus teorías. Estudiaban las variaciones a largo plazo pero ya no le dieron tanta importancia a la globalidad pues consideraban que los elementos de la sociedad evolucionaban de manera homogénea. La antigua periodización de la Historia debía cambiar33.

Esta nueva historia usa una gran cantidad de fuentes. Todas aquellas que le puedan dar información: documentales, arqueológicas, fotografías, etc. Se estudiará el folclore y una relectura de las fuentes existentes, aunque con un sistema crítico de las fuentes anticuado, basado en los siglos anteriores. Algunos autores acusan a este tipo de historia de haberse vendido al show bussiness, a la ley del mercado con lo cual se corría el riesgo de que los estudios quedasen rápidamente obsoletos34.

Otra de las críticas que se realizan a esta forma de trabajar fue, a pesar de que la interdisciplinariedad es manifiesta para poder obtener ese conocimientos global, que se produjo  una  tendencia  hacia  la  micro  –  sectorialización.  Los  nuevos  problemas  y

 

30 Ibídem., pp. 174 – 176.

31 DUBÝ, Georges: “Escribir la Historia”, en Texto base de una de las conferencias que iba a impartir en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica, con el apoyo de la Cooperación Francesa, las que debió cancelar a última, hora por razones de salud. Traducción de Cecilia Vaglio,

DRCST. En Reflexiones. San José de Costa Rica, Universidad de Costa Rica, 1994, Vol. 25, nº 1.  https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/reflexiones/ – consultado en el 6 de abril de 2018.

32 Así trabajos como los de Duby: La época de las catedrales. Arte y sociedad 980-1420. O el trabajo de Delumenau sobre La Civilización de la Renaissance. Más regional el trabajo de Pierre Goubert sobre el “Beuauvaisis”. BOURDÉ, Guy, MARTÍN, Hervé: Las Escuelas…, pp. 178-180.

33 Ibídem., pp. 180-181.

34 Ibidem., pp. 184-185.

 

métodos planteados fueron una buena aportación de la nueva historia. Pero en muchos casos se elevaba a categoría de historiable hechos y realidades muy cercanos a lo anecdótico o a la narrativa. El peligro, como dice Antonio Castillo, fue una excesiva fragmentación y la desintegración del análisis histórico. Esto no permitía alcanzar el deseado  conocimiento  global,  sino  a  estudiar  “minucias”,  publicadas  en  revistas

especializadas que sólo leen los especialistas35.

Aunque, a pesar de estas críticas, si es positivo que todo pueda ser historiable, de todo puede sacarse una enseñanza para entender el comportamiento humano a lo largo del tiempo, que es lo que en definitiva es la historia. Incluso el “anecdotario”, que tanto critica Castillo, puede decir mucho de cómo es una persona y de las motivaciones que tiene para comportarse de una determinada manera. Siempre sin perder de vista la posición de dicho conocimiento dentro del conocimiento global. Pues la actuación de una persona o de un grupo humano o de una sociedad no sólo le atañe a él sino que, en mayor o menor medida, se ve influenciada por otros acontecimientos cercanos o no, y al mismo tiempo puede influir en otros hechos.

Y para ello, nada mejor que la interdisciplinariedad histórica, el contar con los medios y aportes de todas las ciencias y materias para entender las sociedades humanas. Es evidente que, y en eso si estoy de acuerdo con Castillo, los cambios de los últimos  años  deben  hacer  repensar  la  Historia  y  su  función.  Al  desarrollar  la interdisciplinariedad  se  retoma  gran  parte  de  lo  que  los  creadores  de  Annales

proponían36.

Otros autores como Ruiz-Domènec defendieron la aportación de la nueva historia, que él conoció a través de los trabajos de Duby, como una forma de acercarse a la Historia sin necesidad de recurrir al positivismo37.

El materialismo histórico, surgido de los estudios de Karl Marx sobre la sociedad de su época, tuvo un desarrollo especialmente a partir del siglo XX. Sus teorías sobre las fuerzas productivas y las relaciones de producción que constituían la infraestructura económica de una sociedad, así como los elementos jurídicos y políticos son la superestructura de esa sociedad, son la base de los estudios basados en la metodología del materialismo histórico. Siendo el estudio de la economía y las relaciones de producción, básicos para entender la Historia humana. Para  el materialismo histórico, y para el propio Marx, los elementos mentales, artísticos, etc.,

formaban las “formas ideológicas” a las que no prestaron mucha atención38.

El método de Marx estaba basado en el método dialéctico de Hegel pero mucho más evolucionado. Acabó promulgando cierto determinismo social, pero teñido de un evolucionismo dónde las personas pueden tener relaciones sociales muchas veces determinadas, pero que pueden cambiarse. Se pone así de manifiesto la idea de lucha de clases para que las clases proletarias puedan tomar el control de la sociedad y acabar

 

 

35 CASTILLO GÓMEZ, Antonio: “De la paleografía a la historia. De las prácticas del escribir”, en BARROS, Carlos (coord.): Historia a Debate: actas del Congreso Internacional ‘A Historia a debate”, celebrado el 7 – 11 de julio de 1993 en Santiago de Compostela. Santiago de Compostela, Historia a Debate, 1995, vol. 2, pp. 261-272.

36 Ibídem.

37 Aunque estoy lejos de su defensa del narrativismo al estilo de White, si comparto la necesidad de que un historiador debe escribir bien, pero sin abandonar su labor científica. RUIZ-DOMÈNEC, José Enrique:

“Un pedazo de la vida: los senderos de un medievalista europeo para el siglo XXI”, en Historia Crítica,

Bogotá, Universidad de los Andes, Septiembre-Diciembre, 2014, nº 54, pp. 125-141.

38 Marx creó verdaderos modelos sociales basados en la “larga duración”, antes de las teorías de Braudel, dividiendo la historia humana según los modos de producción: Antiguo, esclavista, feudal, capitalista, hasta llegar finalmente al sistema socialista de la sociedad sin clases. BOURDÉ, Guy, MARTÍN, Hervé: Las Escuelas…, pp. 189-191.

 

con las diferencias de clase. A obtener una sociedad sin clases es a lo que debía tender la Historia39.

Desde el punto de vista de la interdisciplinariedad el marxismo tendió por una parte a cierto “cientifismo” que les acercó al positivismo, con lo cual le alejó de la misma. Por otra parte, el “economicismo” reconoció a la economía como el principal elemento de la sociedad.

Pero la influencia del marxismo y del materialismo histórico fue evidente por ejemplo en la escuela de los Annales, dónde Marc Bloch se vio influenciado por las teorías sobre la clase social cuando hablaba por ejemplo de la “clase señorial” en su obra La sociedad feudal. Y aquí sí se desarrolló la interdisciplinariedad, como ya se ha visto40.

Al mismo tiempo se iba desarrollando una corriente que, aunque influyó tardíamente en la historiografía, cogió su fuerza a partir de los años 80. Es el estructuralismo, basado en las enseñanzas filosóficas de Levi – Strauss. La idea era descubrir las estructuras que se esconden dentro de los acontecimientos históricos de cualquier tipo y nivel. Esto no trajo una adhesión incondicional, pues siempre ha habido historiadores que han defendido la libertad del sujeto o la imprevisibilidad de los acontecimientos. A pesar de los conflictos que tuvo con otras partes de la disciplina, pues a los estructuralistas, empezando por el gran filósofo francés, siempre les molestó el estudio del acontecimiento pues no permitía el estudio total de la historia. Finalmente la historia estructural aprendió a utilizar los adelantos que le trajo la etnología, la lingüística y la semiótica, es decir con una interdisciplinariedad que ayudaba a una

comprensión más profunda de los hechos históricos41.

La historia y la etnología están muy relacionadas entre sí pero con diferencias. Levi – Strauss siempre pensó que no se podía pensar en los estudios etnológicos sin una perspectiva histórica, frente a los etnólogos que querían estudiar el presente sin referencias al pasado. Pero a pesar de estas similitudes, sus diferencias son obvias, como es que la historia estudia las expresiones conscientes de la vida social, mientras la etnología se centra más con las condiciones inconscientes de esa vida social.

Ante esta postura del estructuralismo surgido de las teorías de Levi – Strauss, Braudel respondió posicionándose en que el estudio de las estructuras debía ser la misión principal de la historia y por otra parte, la distinción entre fenómenos conscientes y los inconscientes no tiene que ser profunda, sino que debe estudiarse de forma profunda a través de instrumentos abstractos. Braudel ofreció al estructuralismo una dimensión temporal, especialmente a través de la idea de la larga duración. Una idea de estructura viva, aunque cambie lentamente, pero no tiene que someterse a la idea de la infraestructura marxista42.

Ante esto Levi – Strauss respondió quejándose del estatuto privilegiado de la historia en el pensamiento occidental. Consideraba que la historia no era más que complementaria a la etnología. Para el afamado etnólogo la historia sólo puede ser parcial pues sólo estudia los subconjuntos y no su totalidad “y parcial, porqué dominan sobre ella puntos de vista inconciliables e igualmente veraces”43.

La Historia y la Etnología se convierten así en ciencias que, aunque ambas se mueven en los ejes sincrónicos y diacrónicos, ambas son diferentes, con perspectivas

 

 

39 La conciencia de clase lleva al proletariado a esa lucha. Ibídem., pp. 195-198.

40 Ibídem., 206-210.

41 Ibídem., 211-212.

42  “Nos parece que, en este caso, se trata de un pensamiento concreto y no de una arquitectura lógica

«inmanente a lo real», susceptible de acoger los más variados contenidos históricos”. Ibídem., 214 y ss.

43 Ibídem., p. 216.

 

distintas. La Historia busca, finalmente, lo singular y la Etnología, el sistema y las reglas.

Finalmente las diferentes vertientes estructuralistas tendieron a la convergencia a partir de los años 70 del siglo XX. Tuvo sus conquistas y sus novedades al poder estudiar los mitos, los textos y rituales44. Y a través de la antropología histórica se pretendió unificar este estructuralismo. También con la etnología y su estudio riguroso, se pretendió estudiar los comportamientos del pasado45.

Y después de todas estas corrientes llegó el final del siglo XX, las últimas décadas de un siglo revolucionario también en la historiografía. Y comenzaron las dudas sobre la Historia, sobre su función. Una supuesta crisis. Un “fin de la Historia”, pero con una Historia más viva que nunca en el nuevo siglo46.

Las dudas sobre la materia histórica ya habían comenzado mucho antes. En el período de entreguerras y se apoyó en el relativismo de aquella época. Se consideró que la historia no tenía posibilidad de crear leyes. Es una postura presentista, hipercrítica. Para sus seguidores la Historia no es ciencia, pero si trae un conocimiento verdadero del hombre y de su complejidad. La Historia sólo es aprendizaje47.

Para los años 70 continuó esta tendencia con trabajos como los de Paul Veyne. Éste respondió a las metodologías basadas en las cifras y estudios estadísticos y muy relacionados con el marxismo. Para Veyne el historiador era más bien un narrador y era escéptico ante las pretensiones científicas de los historiadores. Para este tipo de profesionales el trabajo del historiador es el de comprender y narrar, no tanto conceptualizar. Especialmente eran contrarios a los conceptos no  contextualizados. Cada época debía tener sus conceptos48.

Autores provenientes de Annales como Georges Duby, también dudaron de la posibilidad de acercarse a la objetividad científica por parte de los historiadores. Para Duby la Historia es un conjunto de relatos. El historiador se ve forzado a inventar allá dónde la fuente no llega. El historiador es escritor. No cuestiona la historia problema, pero si se aprecia una tendencia hacia el historiador como narrador y no tanto como

científico49.

Evidentemente si la historia es más narración que ciencia, la interdisciplinariedad no es tan necesaria para algunos investigadores. Muchos buscaron y  buscan  poder  escribir  de  otra  manera,  más  cercana  al  público  general,  no  tan

 

 

 

44 “Por tanto, hay que considerar el mito como un «modo universal de orgarnizar los datos de la experiencia sensible», regido por una lógica «algo diferente» de aquélla en la que se fundamenta el pensamiento positivista. Es también un instrumento lógico para neutralizar las vicisitudes históricas, porque permite restablecer, en el plano imaginario, un estado de equilibrio que eclipsa las perturbaciones provocadas por los acontecimientos en el sistema social.” Ibídem., 229.

45 Un ejemplo claro lo tenemos en los trabajos de Jacques Le Goff como LE GOFF, Jacques: Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente medieval. Barcelona, Gedisa, 1986. Ibídem., p. 232.

46 Una crisis que no ha sido tal, como dice César González Mínguez. Pero si es una situación compleja, de crecimiento, de desarrollo, de enriquecimiento temático. Hay una falta de paradigma historiográfico y un

impulso a la creación de dicho paradigma. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, César: “La Historia Vasca ante el siglo XXI: lectura alavesa desde la Historia Medieval”, en MORÁN SUÁREZ, María Antonia; RODRÍGUEZ LÓPEZ, María del Carmen (coords.): La documentación para la investigación: homenaje a José Antonio Martín Fuertes. León, Universidad de León, 2002, vol. 1, pp. 293-314

47 BOURDÉ, Guy, MARTÍN, Hervé: Las Escuelas…, pp. 236-237.

48 Ibídem.

49 DUBÝ, Georges: “Escribir la Historia…” Y muy especialmente su Diálogo sobre la Historia. Madrid, Alianza Editorial, 1988, dónde el autor condensa su teoría sobre la Historia afianzada a lo largo de toda su carrera. O su entrevista realizada por F. C.; M. J.: “Entrevista con Georges Duby”, en Salud Mental y Cultura. 1994, pp. 471-482

 

académica.  Crear  así  una  Historia  más  narrativa,  puesto  que  no  es  posible  un conocimiento científico total50.

La tendencia a la microhistoria que se desarrolló a partir de la segunda mitad del siglo XX tampoco ayudó mucho y abrió el camino hacia el llamado “giro lingüístico”. Desarrollado primero en Estados Unidos en los setenta con la labor de Hayden White.

Este autor fue el precursor del narrativismo. Un paradigma que negaba la validez científica de la Historia. Él y sus seguidores iban mucho más allá de lo que proponía Duby. Creaban una teoría conservadora y reaccionaria que pretendía relegar el trabajo del historiador a un mero trabajo literario. Como si fuese un cuentista  o  cronista antiguo.

Esta metodología fue muy seguida por el postmodernismo y el neoliberalismo que se desarrolló a partir de la caída del muro de Berlín en 1989 y la consecuente crisis de los países del “socialismo real”. Esto llevó al famoso “fin de la Historia” de Fukuyama. Aunque si algo es positivo de esta teoría es que puso de relieve la importancia de la influencia del lenguaje en el trabajo del historiador a la hora de redactar sus conclusiones. Claro que su visión del concepto científico era bastante

decimonónica51.

Poca interdisciplinariedad iba a desarrollar esta metodología en el trabajo del historiador. Si sólo eres un narrador, con limitarte a narrar los hechos con más o menos florituras literarias basta y sobra.

Este enfoque se aprovechó de la crisis del materialismo histórico provocada, entre otras cosas, por la caída de la mayor parte de los países de ideología comunista. Proceso que favoreció el rechazo por parte de muchos historiadores, antes claramente marxistas, con respecto a esa manera de hacer la historia. Y eso que el materialismo histórico ha seguido siendo para muchos intelectuales la más adecuada forma de entender los hechos históricos. Aunque, como dice González Mínguez, no siempre la

teoría marxista es garantía de hacer un trabajo de calidad52.

Algunos historiadores han mantenido la defensa de la nouvelle historie y de cierto narrativismo pero comprometido con la sociedad. Una mirada al pasado, pero sin necesidad de recurrir al positivismo. Con una especial fijación por una buena escritura a la hora de transmitir los conocimientos53.

De todas formas la idea del “fin de la historia” supuso un acicate para una

disciplina que nunca ha dejado de estar en marcha54.

Tras el mal llamado “fin de la historia” se produjeron nuevos intentos por renovar la historia desde diferentes ámbitos. A nivel general se mantuvieron dos corrientes contrarias a la revolución historiográfica del siglo XX como base del trabajo de muchos historiadores.

 

 

50 Ésta vuelta a la narrativa ya fue preconizado con fuerza por Lawrence Stone, pues no veía probable un conocimiento científico coherente. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, César: “La Historia Vasca ante…”

51 CABRERAR, Miguel Ángel: “Hayden White y la teoría del conocimiento histórico. Una aproximación crítica”, en Pasado y Memoria. Revista de historia Contemporánea. Anales de la Universidad  de Alicante. Alicante, Universidad de Alicante, 2005, nº 4, pp. 117-146. FUKUYAMA, Francis: El fin de la Historia y el último hombre. Barcelona, Planeta – Agostini, 1994.

52 GONZÁLEZ MÍNGUEZ, César: “La Historia Vasca ante…”

53 RUIZ-DOMÈNEC, José Enrique: “Un pedazo de la vida…”

54 Eso sí Fontana no ahorra críticas a la historia social y al estructuralismo francés de raíz marxista. Para

él, la historia debía de ser más una técnica para el cambio social que una ciencia. Cualquier historia del pasado debe de tener una utilidad pública. El pasado ha de estudiarse porque importa el presente. FONTANA, Josep: La historia que se piensa… Frente al compromiso que pretende Fontana otros autores como Veyne se negaban al mismo. No veían en el trabajo del historiador esa necesidad. BOURDÉ, Guy, MARTÍN, Hervé: Las Escuelas…, p. 247.

 

Por una parte se asumió parte del discurso positivista del siglo XIX con un neopositivismo de carácter neoliberal y se vio complementado por una corriente posmodernista, contraria al cientifismo y muy centrada en el narrativismo.

Pero, como dicen Carlos Barros y Germán Navarro, los cambios históricos del siglo XX y el proceso de la globalización desmintieron la teoría del “fin de la historia”55.

Al margen de las teorías generales se crearon nuevos intentos. Como una nueva historia colonial que pretendió librarse de las influencias de las metrópolis que les habían colonizado. Autores como Guha prefirieron fijarse en las figuras propias de sus países, y desarrollaron una historia de la vida cotidiana, de los hombres y mujeres corrientes. Propició el desarrollo de una Historia del Mundo frente a la Historia Universal creada por los estados, especialmente los occidentales56.

Por otra parte, desde un punto de vista interdisciplinar, la arqueología ha buscado también una voz propia dentro de las ciencias sociales. La Arqueología siempre se ha visto supeditada a otras ciencias sociales, especialmente a la Historia. Mejoró su situación a partir de los años 80 del siglo pasado. Es una ciencia con alto grado de especialización que ha sufrido profundamente la crisis de la primera mitad el siglo XXI. Poco a poco los arqueólogos han ido creando su propio discurso metodológico. Buscan nuevos temas o desarrollan teorías sobre sistemas mundiales. Pero han puesto un especial hincapié en el desarrollo de la interdisciplinariedad junto a la Historia. Los objetos  que  se  descubren  no  pueden  estudiarse  sin  conocer  el  contexto  político,

económico, social…, en el que existieron57.

Otros autores resaltan el uso de herramientas digitales para el estudio de la Historia y su difusión58. La importancia de la digitalización en el estudio de las fuentes históricas también ha sido puesta de manifiesto en los últimos tiempos. Así Francesca Tinti la defiende, pero pone el acento en la necesidad de crear equipos multidisciplinares ante la gran cantidad de conocimientos necesarios para llevarla a cabo59.

Y ante todas estas situaciones, ante la inexistente crisis de la historia que los historiadores más conservadores intentaron y siguen intentando promover, los historiadores han respondido tímidamente. Muchos se han unido a los viejos paradigmas falsamente “neos”, como el positivismo, o un postmodernismo que pretende

 

55 BARROS, Carlos; NAVARRO, Germán: “El manifiesto Historia a Debate. Una nueva tendencia historiográfica abierta y global”, en Anales de la universidad de Alicante. Historia Medieval, Alicante, Universidad de Alicante, 2000 – 2002, nº 13, pp. 6-37.

56 Guha seguirá a Tagore como figura fundamental para entender la Historia de la India, su país. Así como la tradición hindú que ayuda a explicarla. Tagore defendía la creatividad personal, y Guha buscó

una historia de lo cotidiano. Pero no por eso dejó de tener en cuenta a historiadores occidentales como Bloch. GUHA, Ranahit: La Historia en el término de la Historia Universal, Barcelona, Crítica, 2003.

57 GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, José Avelino: “Fuentes materiales: hacia la construcción de un discurso propio. Nuevas perspectivas en arqueología medieval”, en LÓPEZ OJEDA, Esther (coord.): Nuevos

Temas, nuevas perspectivas en historia medieval. XXV Semana de Estudios Medievales. Nájera, del 28 de julio al 1 de agosto de 2014, Logroño, IER, 2015, pp. 39-58.

58 Así lo manifiesta Jorge Maíz con respecto a la Edad Media. Pone de relieve el uso de herramientas como DIALNET, la base de datos científicos creada por la Universidad de La Rioja, o el uso de juegos digitales para la enseñanza o difusión de la Edad Media y la Historia en general. MAÍZ CHACÓN, Jorge: “La  Edad  Media  en  la  era  digital:  búsqueda  de  información,  difusión  de  resultados  y  nuevas

perspectivas”, en LÓPEZ OJEDA, Esther (coord.): Nuevos Temas, nuevas perspectivas en  historia medieval. XXV Semana de Estudios Medievales. Nájera, del 28 de julio al 1 de agosto de 2014. Logroño, IER, 2015, pp. 215-237

59 TINTI, Francesca: “Fuentes escritas: transcripción, digitalización, historia social de la escritura”, en LÓPEZ OJEDA, Esther (coord.): Nuevos Temas, nuevas perspectivas en historia medieval. XXV Semana de Estudios Medievales. Nájera, del 28 de julio al 1 de agosto de 2014. Logroño, IER, 2015, pp. 59-81

 

olvidar  la  parte  científica  de  la  labor  del  historiador,  en  favor  de  una  narración meramente lúdica o con miras al entretenimiento de masas.

Por otro lado, la historia de las mentalidades murió de éxito con una excesiva especialización en numerosos temas o incluso en una microhistoria temática o geográfica, con numerosos estudios locales sin una visión o relación global, con lo que tampoco puede entender el devenir de la humanidad de manera más completa.

A esto se añade la creación de numerosas formas de ver el pasado, de crear el pasado, utilizando todos los soportes que puedan usarse: películas, videojuego, novelas, internet… “Los pasados construidos de esa forma no tiene más limite que la imaginación de los creadores y el estado de las técnicas de las que disponen”60.

Finalmente habrá un nuevo proyecto a finales del siglo XX y principios del siglo XXI que pretende dar respuesta a la falta de un paradigma, de una guía clara para los historiadores del nuevo siglo. Una propuesta que, sin desmerecer lo aportado por la historiografía hasta este momento, pretende añadir la necesaria perspectiva actual que incluye el proceso de globalización y los nuevos retos políticos, económicos y sociales a los que ha de hacer frente la labor del historiador en el siglo XXI. Una nueva metodología dónde la interdisciplinariedad entre las diferentes ciencias que puedan ayudar a la Historia y viceversa, será fundamental para su desarrollo.

 

3.     LA APORTACIÓN DEL PROYECTO “HISTORIA A DEBATE”.

 

Para finalizar esta exposición vamos a comentar a partir de aquí la aportación del proyecto “Historia a Debate”, comenzando primero por definir el proyecto a lo largo de su corta, pero intensa vida.

 

  • ¿Qué es el proyecto “Historia a Debate”? Breve recorrido histórico.

 

Y frente a todas estas teorías, retrocesos e intentos por llevar a la Historia a un nuevo siglo, surgió a finales del siglo XX un proyecto que desde sus inicios pretendió aunar las aportaciones de los diferentes paradigmas existentes hasta ese momento, junto con las nuevas perspectivas que traía el nuevo mundo globalizado y las nuevas tecnologías de la era digital. Este proyecto, denominado “Historia a Debate” e inspirado y dirigido por Carlos Barros Guimarans, tendrá mucho que decir en el campo de la interdisciplinariedad.

La idea del profesor Barros no es avanzar como si nada hubiese ocurrido, como si no hubiese habido aportaciones hasta el momento en que nace HaD. No se hace “tabla rasa” del pasado. Como dice Urrutikoetxea, no todo lo viejo es malo, ni tampoco todo lo nuevo es bueno61.

Así se llegó a una situación en la cual Carlos Barros y sus colaboradores, hicieron un análisis de la situación para lo que usaron el recurso a una macro encuesta aprovechando  las  nuevas  tecnologías,  especialmente  Internet,  que  permitió  poder

 

 

60 Según Gruzinski, se han creado numerosas películas, novelas y todo tipo de entretenimientos para enseñar la historia de una manera muy peligrosa pues los lectores o espectadores o jugadores muchas veces no disponen de otra herramienta para entender lo que están consumiendo. GRUZINSKI, Serge:

¿Para qué sirve la historia? Madrid, Alianza Editorial, 2018, pp. 82-83, cuestión sobre la que se reafirma más adelante en relación a las nuevas tecnologías y el mundo virtual, algo que no considera neutro. En ellos predominan, en muchos casos, ideologías conservadoras y occidentalocéntricas, pp. 125-129.

61 URRUTIKOETXEA LIZARRAGA, José: “La historia vasca ante el siglo XXI, asignaturas pendientes: una visión desde Gipuzkoa (1975-2000)”, en Sancho el Sabio: Revista de cultura e investigación vasca. Vitoria, Fundación Sancho el Sabio, nº 19, 2003, pp. 11-66

 

acceder a la opinión de una gran comunidad de historiadores a lo largo, no sólo de España, sino también del mundo, especialmente en Latinoamérica.

De estos datos se dispuso antes de la constitución de Historia a Debate como una comunidad historiográfica, el 29 de abril de 1999. Con ellos se supo que intereses y preocupaciones planteaban los profesionales de la Historia. Y gracias a los datos aportados, se pudo comenzar a perfilar los mimbres de un nuevo paradigma que guiase a la comunidad historiográfica en el siglo que comenzaba. Finalmente el proyecto se presentó en público el 11 de septiembre de 2001, a través de un Manifiesto que sintetizó las nuevas propuestas y que se presentó en el IV Congreso de Historia a Debate62.

Los datos de la encuesta constataron que gran parte de las inquietudes planteadas por la comunidad historiográfica, coincidían con la idea presentada por el proyecto de HaD. Esto dio al proyecto una dimensión internacional, lo que permitió lanzarse a responder a muchas de las expectativas desplegadas por los historiadores en todos los ámbitos, académicos o no63.

Se convierte HaD en una red latina de historiadores e historiadoras, pero abierta y multinacional. Es latina sí, pero con una tendencia que pretende ser global. Que todos puedan, sean o no de habla hispana, coparticipar en las aportaciones necesarias y deseables para desarrollar este nuevo paradigma64.

HaD es pues, como dice el profesor Barros, “un foro permanente de debate, en tiempos de transición paradigmática, sobre la metodología, la historiografía y la teoría de la historia; sobre la práctica renovada de la investigación y de la divulgación histórica; sobre la docencia de la historia, en la universidad y en las enseñanzas medias, y su relación con la investigación y la reflexión historiográfica; sobre los problemas académicos, profesionales y laborales de los historiadores, sobre todo jóvenes; sobre la interfaz y el compromiso del historiador con la sociedad, la política y la cultura de nuestro tiempo.65”

Es una vía intermedia frente a una Historia que no tenía una visión de conjunto entre las diversas tendencias a finales del siglo XX. HaD recogió y recoge influencias de paradigmas previos, pero haciendo un análisis del fracaso de dichas aportaciones. Según Pereira, es un puente entre dos mundos intentando aunar lo historiográfico con el mundo digital. Es, de hecho, una red digital66.

 

 

 

62 BARROS GUIMERANS, Carlos: “El estado de la historia. Encuesta Internacional”, en BAZÁN DÍAZ, Iñaki: Vasconia. Cuadernos de Historia y Geografía: 20 años de historiografía vasca: revista Vasconia (1983-2003). San Sebastián, Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos, 2003, nº 34 – 1 – 642, pp. 9-21. El proceso había comenzado unos años antes con el I Congreso de Historia a Debate en 1993. La presentación pública se hizo el citado año 1999 tras el II Congreso de Historia a Debate, en: https://h- debate.com/manifiesto/ (Consultado: 10 de mayo de 2021.) Este congreso se realizó en un contexto de vuelta al positivismo de Ranke de una parte de la historiografía, y al postmodernismo  de la otra. ALONZO PADILLA, Arturo Luis: “La subjetividad y la objetividad en la Historia, acerca de la crítica a la exterioridad en la ciencia histórica – GIR – Manifiesto historiográfico”, en: https://h-debate.com/la- subjetividad-la-objetividad-la-historia-acerca-la-critica-la-exterioridad-la-ciencia-historica/  (Consultado el 17 de mayo de 2021).

63 Ibídem.

64 BARROS, Carlos: “Historia a debate, tendencia historiográfica latina y global”, en Anales de historia antigua, Medieval y Moderna. Barcelona, Universidad de Barcelona, 2004 – 2005, vol. 37 – 38, pp. 1-9.

65 BARROS, Carlos; NAVARRO, Germán: “El manifiesto Historia a Debate…”, pp. 6-37

66 Carlos Barros, según el autor, tiene consciencia plena de la situación y del marco teórico – historiográfico y, a partir de ello, emprende su superación. PEREIRA OCAMPO, Xan: “El concepto de globalidad en la propuesta historiográfica de Historia a Debate”, en Historia a Debate. https://h- debate.com/concepto-globalidad-la-propuesta-historiografica-historia-debate/ (Consultado: 10 de mayo de 2021.)

  • La situación  actual:  el  “Manifiesto  Historia  a  Debate”  y  la  nueva

realidad historiográfica.

 

Para Carlos Barros nos encontramos ante tres realidades actuales. Por un lado la existencia de manuales escasamente actualizados, con lo cual poca ayuda pueden aportar a los nuevos historiadores, pero tampoco a los veteranos.

La otra cuestión importante es una vuelta al positivismo, en un mundo científico en el cual ya se dejó de ser positivista desde principios del siglo XX, cuando Heisenberg promulgó su principio de incertidumbre, o aparecieron la teoría del relativismo de Einstein y la teoría cuántica de Planch67.

Y finalmente la propuesta que ofrece Historia a Debate. En 2001, ésta se reflejó en el Manifiesto HaD presentado en el IV Congreso promovido por los animadores del proyecto.

En general, HaD propone una crítica a la Historia sin sujeto que no estaba comprometida con la construcción del futuro y sin relaciones con los vencidos de la humanidad. Pretende construir una Historia ligada no sólo con el presente sino también, y muy especialmente, con el futuro. La Historia ha de construirse con vistas a mejorar ese futuro. El historiador es el hacedor de la Historia. No puede haber realismo ni ciencia desvinculada del presente concreto, ni de las tareas para crear un futuro mejor. El historiador no debe ser un notario, sino no avanzaríamos en nuestro trabajo68.

Esa Historia con sujeto propuesta por Carlos Barros supone un nuevo concepto que evita el anquilosamiento de la disciplina. El sujeto es doble. Por un lado el sujeto social, que es el agente histórico, por otro lado el sujeto cognoscente, el propio historiador.

HaD se convierte en ese sujeto cognoscente dentro de una nueva sociabilidad en la cual Internet va a ser clave. Es una nueva historiografía digital que permite el intercambio de debates y consensos en tiempo real. Gracias a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la comunicación, los profesionales de la historia pueden aportar sus ideas y conclusiones en un medio que permite una amplia difusión a

nivel internacional69.

Y para conseguir todos estos objetivos una nueva interdisciplinariedad de la historia con las demás ciencias será fundamental en la propuesta de HaD. Este cambio historiográfico usara de una relación con otras disciplinas diferente a la utilizada durante los grandes cambios del siglo XX. Por aquel entonces, los historiadores renovaron la materia recurriendo a nuevos temas y nuevas líneas de investigación, o recogiendo nuevas fuentes. La propuesta que hace HaD supera ese escenario y propone una ciencia sin escalas ni límites temporales o temáticos, que ya habían sido ensayados en el siglo

  1. Las nuevas líneas de investigación deben necesariamente recurrir a las nuevas técnicas y metodologías, más transversales, para llegar a sus objetivos70.

 

67 Fue entre los años 60 y 70 del siglo XX cuando la ciencia entró en la fase postpositivista con las teorías de Kuhn. BARROS, Carlos: “Oficio de historiador, ¿nuevo paradigma o positivismo?”, en Diálogos. Revista de Historia. San Juan de Costa Rica, Universidad de Costa Rica, (septiembre-enero) 2014-2015, vol. 15, nº 2. Otros autores como Gruzinski han opinado que las ciencias humanas, especialmente desde el punto de vista europeo, han envejecido mal. No sólo la antropología, o la sociología, incluso la geografía, pero también la Historia. GRUZINSKI, Serge: ¿Para qué sirve la historia?…, p. 35

68 PÉREZ ÁLVAREZ, Gonzalo: “Por una Historia de (hacia) el futuro”, en Historia Actual Online, Cádiz, Asociación de Historia Actual; Universidad de Cádiz, 2018, nº 45, (Ejemplar dedicado a: Invierno), pp. 157-169.

69 BARROS, Carlos: “Oficio de historiador…”

70 En una conferencia dada el 17 de octubre de 2016, el profesor Barros desarrolló las grandes líneas de la propuesta de HaD y que ya había sido esbozada en el Manifiesto del grupo unos años antes. BARROS

 

Todo este programa aparece reseñado en El Manifiesto de HaD de 2001. El Manifiesto fue el paso lógico para dar al público, especialmente a los historiadores profesionales, pero también a cualquiera que estuviese interesado, las pautas generales de la nueva propuesta historiográfica.

El profesor hizo un análisis y síntesis de dicho Manifiesto punto por punto un año después de publicarlo. De esta manera pudo explicar un Manifiesto que inicialmente se presentó en “bruto”71.

El Manifiesto está compuesto por dieciocho puntos de los cuales podemos destacar que una parte sustancial tiene relación, más o menos directa, con el tema que estamos tratando en este artículo.

Es en estos puntos dónde vamos a centrar el análisis. Pero el conjunto forma el armazón que sujeta el nuevo paradigma. Que a su vez ofrecen el embrión de una nueva interdisciplinariedad basada en las novedosas tecnologías y los enormes avances que las ciencias, humanas y naturales, están desarrollando durante el siglo XXI72.

Para los promotores de HaD, con el profesor Barros al frente, la ciencia ha de ser una ciencia basada en el sujeto, un sujeto que construye el pasado según lo descubre73.

Y rápidamente, el Manifiesto entra a valorar la importancia de la interdisciplinariedad de las diferentes materias que pueden ayudar a comprender mejor el hecho histórico y el devenir de la humanidad.

Lo primero que propone en este sentido es buscar y crear una nueva erudición. Hay que buscar nuevas fuentes de información para poder comprender mejor la historia humana. Fuentes escritas, documentales sí, pero también restos no escritos, materiales, orales o iconográficos. Hay que analizar su validez, su objetividad, su pluralidad74.

Es más, fuente es todo aquello que nos pueda proporcionar una parte o toda la información de un hecho. Nada es desdeñable, pero toda fuente ha de ser tratada de manera crítica pues el historiador no puede fiarse de todo lo que ve o lee. Ciertamente son importantes las preguntas con las que nos acercamos a las fuentes, pero no podemos obviar, como dice el primer punto, que el historiador es uno de los dos sujetos que intervienen en el análisis histórico. De esta manera podremos acercarnos más objetivamente a las fuentes, sin olvidar las dos subjetividades que ya se han comentado.

El punto IV del Manifiesto va directamente al meollo de la cuestión. Esta nueva interdisciplinariedad ha de ser usada por el historiador, pero con equilibrio. Primero hay que buscarla entre los propios historiadores. También se debe reforzar la unidad de la Historia como disciplina y ciencia profesional75.

 

 

GUIMARANS, Carlos: La nueva interdisciplinariedad de la historia. Conferencia inaugural de Carlos Barros en las IX Jornadas de Historia de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Ciudad de México, 17 de octubre de 2016. https://www.youtube.com/watch?v=gTfJdQ_Lnb0 (Consultado el 20 de mayo de 2021).

71 BARROS, Carlos; NAVARRO, Germán: “El manifiesto Historia a Debate…” El Manifiesto tal como se promulgó en 2001 en: https://h-debate.com/manifiesto/ (Consultado: 10 de mayo de 2021.)

72 Estos grandes cambios traerán, ya están trayendo, una gran capacidad para desarrollar la investigación histórica. Las nuevas tecnologías permitirán un nuevo y más completo acercamiento a las fuentes y la

posibilidad de una interconexión entre los investigadores de forma individual y colectiva. BARROS GUIMARANS, Carlos: La nueva interdisciplinariedad…

73 Ni el objetivismo decimonónico ni el subjetivismo de la posmodernidad. Punto I del Manifiesto. Tanto

los comentarios del profesor Barros como el Manifiesto en concreto en: BARROS, Carlos; NAVARRO, Germán: “El manifiesto Historia a Debate…” El Manifiesto tal como se promulgó en 2001 en: https://h- debate.com/manifiesto/ (Consultado: 10 de mayo de 2021.)

74 Ibídem. Punto II del Manifiesto.

75Ibídem. Punto IV del Manifiesto. Hay que tener en cuenta que en el positivismo no existía la interdisciplinariedad propiamente dicha. Los intentos más serios se hicieron  especialmente con  los seguidores de Annales y otras corrientes críticas con el positivismo. Ya en el siglo XXI muchos practican

 

La historia es un todo. No hay una Prehistoria separada de la Historia Antigua y esta de la Medieval y así hasta nuestros días. Los hechos humanos no se separan por cesuras claras y nítidas en momentos concretos. Tampoco si miramos hacia un lado somos prehistóricos y si vamos hacia el otro ya entramos en la Historia, por mucho que el nacimiento de la escritura supusiese un hito técnico y cultural, político, económico y social. La Historia es una concatenación de causas y consecuencias con sus propios desarrollos. Unos no se entienden sin los otros. Un señorío feudal no puede entenderse sin antes haber comprendido el desarrollo de las grandes explotaciones romanas del final del Imperio y la necesidad de muchos campesinos de protegerse de la inseguridad de aquellos tiempos. Y así podrían ponerse muchos otros ejemplos.

A esta nueva interdisciplinariedad interior ha de unirse, si queremos llegar a un conocimiento lo más completo posible del comportamiento humano a lo largo de tiempo, muchas otras disciplinas que nos van a dar pistas y ayudas inestimables para ello. Esas disciplinas pueden venir del mundo de las ciencias sociales y humanas, pero también pueden venir, es más no sólo pueden sino que sería deseable que así fuese, de

muchas otras disciplinas provenientes de las llamadas ciencias naturales y físicas76.

La ciencia histórica, como dice el profesor Alonzo, progresa al lado de otras disciplinas como la antropología física, pero también la astronomía, la biología molecular. Los historiadores mejoran su discurso, pero el resto de ciencias aportan también nuevos conocimientos y más elementos para poder reflexionar sobre el devenir del ser humano en el tiempo77.

Pero Carlos Barros alerta de que la novedosa interdisciplinariedad que se presenta, no debe caer en errores que llevarían a estropear las ventajas proporcionadas por la ayuda de otras ciencias.

Para ello propone evitar la idea de crear una “ciencia social unificada” alrededor de cualquier disciplina ajena a la Historia. La Historia ha de colaborar con otras ciencias pero no debe desvirtuarse ni diluirse en ninguna de ellas por muy exitosa que pueda parecer. Además el diálogo con otras ciencias sociales no es el milagro que resuelve todos  los  problemas  de  las  “crisis  de  la  Historia”  ni  supone  la  solución  principal

propuesta por el nuevo paradigma de HaD78.

Efectivamente la Historia puede y debe aprender mucho del resto de ciencias sociales y no sociales, pero eso no quiere decir que esas mismas ciencias no puedan obtener conocimientos de la Historia. Sin necesidad de que ni una ni otras se desvirtúen o se supediten entre sí. Es la colaboración entre las ciencias, todas las ciencias, lo que se necesita. La Historia ofrece la necesaria perspectiva temporal, la contextualización. El resto de ciencias ofrecerán esa parte de sus conocimientos sin los cuales es muy difícil para el historiador llegar a profundizar en lo más hondo del comportamiento humano.

La nueva interdisciplinariedad ha de conocer y utilizar los nuevos métodos y técnicas que se están desarrollando a partir del siglo XXI. Que son transversales y deben

 

 

una interdisciplinariedad de forma no muy consciente. Sin deducciones historiográficas. BARROS GUIMRANS, Carlos: Interdisciplinariedad. Episodio 29… Las aportaciones principales sobre esta cuestión en: BARROS GUIMARANS, Carlos: La nueva interdisciplinariedad…

76 Pereira defiende ese acercamiento entre la Historia y las ciencias sociales. Como de hecho ya intentó

Annales, pero dónde el intercambió fue desigual pues, entre otras cosas, faltó un mayor diálogo entre las diferentes ramas de la Historia. Cosa que propone claramente HaD. PEREIRA OCAMPO, Xan: “El concepto de globalidad…” Hay que tomar conciencia, como dice el profesor Barros, de los enormes cambios que están afectando a la Historia y de las nuevas relaciones que se están estableciendo entre las ciencias humanas, sociales, etc. BARROS GUIMARANS, Carlos: La nueva interdisciplinariedad…

77 ALONZO PADILLA, Arturo Luis: “La subjetividad y la objetividad…”

78 BARROS, Carlos; NAVARRO, Germán: “El manifiesto Historia a Debate…” Y punto IV del Manifiesto.

 

aplicarse en las investigaciones y en las interrelaciones de puertas a dentro de la Historia y también hacia afuera79.

Es sobre todo una “metodología tecnológica”, especialmente en el sentido de la comunicación desde cualquier lugar y desde cualquier disciplina hacia la Historia y viceversa. Se crea así una relación más equitativa entre las diferentes disciplinas, no un imperialismo de una o varias hacia las demás80.

La cooperación entre la Historia y otras disciplinas está produciendo resultados espectaculares que generan nuevos conocimientos históricos.

El análisis del ADN y otros estudios genéticos aplicados a la Historia está permitiendo un conocimiento más completo de la evolución humana. También los nuevos instrumentos aplicados a la Arqueología han ayudado a completar el cuadro de la Historia81.

Por su parte la biología o la biología molecular, la medicina, la física o la ecología han aportado numerosos datos para el trabajo del historiador. Así la medicina ha acercado a la disciplina la historia de las enfermedades, a través de la medicina forense. Con la física, la Historia ha estudiado la Historia y Filosofía de la Ciencia y gracias a las nuevas teorías del cosmos podemos conocer más y mejor la historia del

Universo y por ende la Historia global y el papel de la humanidad en el conjunto de la existencia82.

Otro ejemplo fundamental lo dará la colaboración con la literatura. Ha  de saberse colaborar con la ficción, especialmente con aquellos que pretenden aprender de la Historia para hacer una literatura realista, aunque también utilice una parte de imaginación. Se puede hacer una Historia bien narrada, pero sin perder el rigor científico, no como el narrativismo de White, que lo único que pretendía era desprestigiar a la Historia como conocimiento científico y riguroso. Se debe aprender de los literatos el buen uso de los instrumentos literarios. Es más, se puede crear una nueva historia narrativa en la que converja el rigor de la investigación y la divulgación de los

conocimientos adquiridos a un público mayor que los especialistas83.

Toda esta labor creará sinergias que permitirán a las diferentes ciencias, incluida la Historia, poder compartir los objetos de conocimientos entre varias disciplinas. Comparten la tecnología, se complementan y sobre todo se completan entre ellas84.

 

 

79 Pero también la historia debe luchar contra el intento de las ciencias sociales por marginar a la Historia, situando a los historiadores como meros notarios del pasado. BARROS GUIMARANS, Carlos: La nueva interdisciplinariedad… Postura con la que también coincide Gonzalo Pérez: PÉREZ ÁVAREZ, Gonzalo: “Por una historia de…”

80 BARROS GUIMARANS, Carlos: La nueva interdisciplinariedad…

81 Sin embargo, como dice el profesor Barros, si el genetista pretende hacer Historia, sus resultados resultan incompletos, pues no conoce el medio en el que se mueve. BARROS GUIMRANS, Carlos:

Interdisciplinariedad. Episodio 29…

82 HaD ha de ser fundamental en fomentar la colaboración con las ciencias naturales. Ibídem. La nueva

interdisciplinariedad tiene una importante base en los medios técnicos, especialmente la digitalización, que las diversas ciencias se ofrecen entre sí. Sin que una ciencia domine a la otra, con un mismo fin, aumentar el conocimiento global. El desarrollo de una bio – historia puede ser un buen ejemplo de colaboración entre ciencias de diversos ámbitos: BARROS GUIMARANS,  Carlos: La nueva interdisciplinariedad…

83 Saber tratar los personajes, las tramas, en definitiva escribir bien para que la gente pueda acercarse a la Historia sin caer en la falta de rigor y un narrativismo comercial. BARROS GUIMRANS, Carlos:

Interdisciplinariedad. Episodio 29… Como dice Carlos Barros, se puede superar la ficción sin inventar nada. Existen determinadas fuentes y temáticas que se prestan muy bien a esta función de hacer una Historia más atractiva sin perder el rigor científico. Sobre la nueva historia narrativa y del mismo autor: La nueva interdisciplinariedad…

84 Ibídem.

 

La nueva interdisciplinariedad nos llevará hacia un conocimiento más global en un mundo globalizado. La historiografía ha de ser también global, pero no para uniformar en una sola forma de hacer la historia o de pensar la Historia. La Historiografía debe ser global para cooperar entre las diferentes maneras de hacer y de pensar  nuestra  disciplina.  Desde  el  estudio  local  hasta  las  síntesis  nacionales  o

mundiales. Todos los acontecimientos, las estructuras, las culturas y mentalidades de los seres que forman la humanidad están relacionados85. En mayor o menor medida, el todo puede tener influencia en la parte y viceversa. Al igual que varios acontecimientos aparentemente parecidos pueden interpretarse de diversa manera por l@s diversas profesionales de nuestra disciplina, así de diversa es la historiografía global. Se ha de comprender los diversos puntos de vista y colaborar entre todos y todas tanto en la explicación de la Historia humana como en el entendimiento de lo que debe ser la labor de un historiador o una historiadora86.

Para esta labor de colaboración nada mejor que utilizar las nuevas herramientas que ofrece la sociedad de la información. Internet, como ya desde un principio se planteó por HaD, es fundamental para comunicarse entre los diversos profesionales. Es un sistema mucho más democrático y alternativo a las formas tradicionales de presentar al análisis público los resultados de las investigaciones. De esta manera, los conocimientos podrán difundirse más rápidamente, casi de forma inmediata, y atraer la atención de otros profesionales que podrán ofrecer sus propias críticas y conclusiones. Esto, a su vez, permitirá un avance y un conocimiento más completo y rápido de los resultados de los trabajos científicos y conocer, como dice el profesor Barros, las necesidades historiográficas de la nueva sociedad globalizada87.

Todo ello sin hacer desmérito de los conocimientos hasta este momento adquiridos. De las corrientes anteriores se han de tener en cuenta las críticas que ya se hicieron al positivismo y bien pueden aplicarse a la vuelta que, a finales del siglo XX, se pretendió hacia una historiografía decimonónica ya superada88.

En el punto XI del manifiesto se hace hincapié en otro de los elementos fundamentales de la interdisciplinariedad que ofrece este nuevo paradigma historiográfico. La importancia de la digitalización de la Historia. Más bien la importancia de la digitalización del trabajo del historiador. Pues la digitalización facilita enormemente el trabajo del profesional pero también ayuda a preservar las fuentes, que no es necesario consultar en persona en muchos casos, con el consiguiente riesgo para los delicados documentos u objetos que se analizan. Y además, de manera fundamental, ayuda a la difusión tanto de las fuentes como de los resultados de las investigaciones89.

 

85 “Lejos de ser un microcosmos estanco, un acontecimiento «local» […] solo cobra sentido si se sale de su perímetro inmediato para explorar los gigantescos circuitos de los que es, temporalmente, el final. […] Lo «local» y lo «global» están ligados. Para el autor no hay historia global sin una historia local. GRUZINSKI, Serge: ¿Para qué sirve la historia?…, p. 54 y p. 149. Hay que reflejar las relaciones de las entidades locales y sus territorios con el resto del mundo, con la globalidad y sus repercusiones. Pero la globalidad, la mundialización no es sólo una historia europea, p. 231.

86 BARROS, Carlos; NAVARRO, Germán: “El manifiesto Historia a Debate…” Y punto VII del Manifiesto. Tanto la Historia total como la Historia mundial y por supuesto la Historia global que aquí se propone, necesitan de la interdisciplinariedad para desarrollarse. BARROS GUIMRANS, Carlos: Interdisciplinariedad. Episodio 29…

87  BARROS, Carlos; NAVARRO, Germán:  “El manifiesto Historia a Debate…” Y punto VIII del

Manifiesto.

88 Ibídem. Punto X del Manifiesto.

89 Ibídem. Punto XI del Manifiesto. El uso de bases de datos informatizadas es fundamental para la labor del investigador que ya no necesita gran cantidad de fichas de papel o cartón metidas en hileras de ficheros y de farragosa consulta. La geografía, aliada fundamental de la Historia, también cuenta con nuevos programas SIGs (Sistemas de Información Geográfica) para la cartografía informatizada que se

 

Este paradigma digital, base primigenia y transversal de esta nueva forma de hacer historia, de esta nueva interdisciplinariedad, rompe las fronteras. Su acceso es casi inmediato desde la mayor parte del mundo. Para el desarrollo de todas las ciencias, humanas o no, es y será decisivo90.

Una muestra del proceso puede verse en el uso de Internet que hace HaD. Acercarse a su página web, dónde se recogen muchas y variadas actividades, así como los resultados de congresos y de investigaciones o debates, se convierte en un útil ejercicio para el investigador91. O las páginas más personales dónde algunos de sus miembros, singularmente el profesor Barros, nos informan de sus últimos descubrimientos o de su propia trayectoria92.

También están las redes sociales, dónde la comunidad científica puede hacer sus aportaciones o se ponen en su conocimiento noticias de interés y foros de discusión93.

Pero estas aportaciones no pueden ni deben acabar con las maneras tradicionales de transmisión del conocimiento histórico en particular y científico en general. Los libros, las revistas, los congresos y seminarios presenciales, las clases virtuales o no y los diversos grupos de investigación, de gestión cultural, etc., siguen siendo fundamentales para poder transmitir y compartir el conocimiento histórico94.

La colaboración entre “viejas” y “nuevas” formas de hacer la Historia y de sus técnicas es imprescindible para el avance científico en nuestra disciplina.

Eso sí, el uso de estas nuevas tecnologías ha de acompañarse de otra forma de conocer la Historia. Con una epistemología renovada. Basada en las fuentes, claro está, pero también en la aportación de toda la comunidad de historiadores. Al mismo tiempo hay que acudir a los conocimientos que están desarrollando las ciencias físicas, matemáticas, naturales, etc. Conocer sus avanzadas teorías, hasta un nivel razonable, sus aportes filosóficos, pues nos proporcionaran nuevos caminos en el conocimiento de la Historia humana y del mundo que la rodea95.

Finalmente, todos estos métodos, todas las nuevas y no tan nuevas técnicas han de ser transmitidas a las nuevas generaciones, tanto a través de los medios de la nueva sociedad global, como a través de la enseñanza propiamente dicha, es decir del sistema educativo. Desde la primaria hasta la secundaria, cada uno según el nivel necesario dependiendo de los alumnos de cada ciclo. Siendo las primeras etapas fundamentales para despertar el conocimiento crítico de la Historia humana y lo que ésta representa. Entender su contextualización y los hechos y estructuras más relevantes de las sociedades humanas. Para llegar a la universidad, dónde se guiará a los profesionales de

 

 

 

ayuda del auxilio indispensable de los satélites. Y por supuesto, la digitalización de las fuentes que llevan a cabo instituciones públicas y privadas que las preservan del inevitable deterioro producido por las consultas físicas y facilitan la labor del investigador sin tener que hacer numerosos y costosos desplazamientos a muchos de los archivos. Un ejemplo de esta labor de conservación y digitalización lo podemos encontrar en: https://pares.culturaydeporte.gob.es/inicio.html

90 BARROS GUIMARANS, Carlos: La nueva interdisciplinariedad…

91 https://h-debate.com

92 https://cbarros.com/

93 Baste señalar aquí la existencia de la actividad que desarrolla tanto el profesor Barros como la propia comunidad de HaD a través de Facebook o de Twitter. https://www.facebook.com/carlosbarrosg.  https://www.facebook.com/HistoriaDebate.

https://www.facebook.com/h.inmediata.

Twitter: @cbarrosg. @HistoriaDebate. @h.inmediata.

94 BARROS, Carlos; NAVARRO, Germán: “El manifiesto Historia a Debate…” Y punto XI del Manifiesto.

95 Hay que acercarse a las demás ciencias en lo técnico y en lo epistemológico. BARROS GUIMARANS, Carlos: La nueva interdisciplinariedad…

 

la Historia en su labor a través de las nuevas metodologías y paradigmas como las que ofrece HaD96.

Las enseñanzas primaria y secundaria no crean historiadores, pero si deben enseñar a pensar a la ciudadanía. De esa ciudadanía, una parte, no muy grande pero si muy significativa, se convertirá en las nuevas y nuevos profesionales de la Historia. Los que deben hacer avanzar nuestra disciplina por este nuevo siglo.

Los profesionales de la Historia deben investigar desde las fuentes hasta la valoración final de las mismas y responsabilizarse del impacto que dicha labor ha de tener en otras ciencias sociales y humanas y en la propia sociedad en la que está inmersa su labor97.

Se ha de ir más allá de la universidad. El historiador debe tener garantizada su libertar y poder romper las barreras que le han creado las diversas especializaciones. Para ello HaD propondrá tres vías.

En primer lugar, superar el prejuicio del academicismo de la disciplina hacia la labor de divulgación histórica. Podrá y deberá usar todas las herramientas tecnológicas que puedan serle de ayuda, especialmente la digitalización. La nueva Historia narrativa propuesta por el proyecto puede ser una firme aliada en esta labor.

En segundo lugar los historiadores universitarios, los investigadores, no pueden olvidar la enseñanza de su materia en los niveles educativos inferiores. Especialmente en la enseñanza secundaria. Ya se ha comentado su importancia. HaD propone una alianza con los profesionales de las enseñanzas medias. Estas aportaran el conocimiento pedagógico y los investigadores los descubrimientos y conocimientos básicos de la materia. Sin olvidar que muchos profesionales de la enseñanza media son también excelentes investigadores.

Por último hay que favorecer un reconocimiento social hacia la labor del historiador, especialmente aquél que no pertenece al ámbito universitario. Profesionales que trabajan en los archivos, en las bibliotecas, en los museos, etc. Tener en consideración la labor de esta Historia aplicada sin cuyo trabajo no sería posible el del investigador,  universitario  o  no.  De  esta  forma  se  ofrecerán  salidas  a  los  nuevos

profesionales de la Historia. Si no, el futuro de la disciplina no será muy halagüeño98.

Esta es la aportación fundamental que HaD ofrece como nuevo método de reflexión histórica, como nuevo paradigma frente a la inexistente “crisis” de la Historia. Crisis que muchos pretendieron definitiva con la intención de quitarle a la Historia la misión fundamental de crítica y de análisis del comportamiento humano.

A través de esa labor habrá de mirar el historiador y la historiadora, así como la propia humanidad hacia el futuro. Defender la dimensión ética de una profesión que debe acabar con los mitos que pululan por la Historia defendiendo racismos, intolerancias y explotaciones diversas para crear un mundo mejor y más justo.

Todo ello desde el presente, pues desde el presente escribimos, pero analizando el pasado de forma rigurosa sin olvidar desde dónde trabajamos, para construir el futuro.

 

 

 

 

 

96 BARROS, Carlos; NAVARRO, Germán: “El manifiesto Historia a Debate…” Y punto XII del Manifiesto.

97 El historiador ha de reflexionar sobre su materia pero también debe hacer trabajo empírico. No está completa su labor sin ambas vertientes de la investigación y el análisis. Ibídem. Punto XIII del Manifiesto.

98  El desarrollo de estas conclusiones está completado en: BARROS GUIMARANS, Carlos: La nueva

interdisciplinariedad…

 

Un presente que como dice Gruzinski, nunca tiene contornos precisos, está lleno de estímulos diversos, de sensaciones, en definitiva es difícil de atrapar99.

HaD tiene en su génesis un propósito fundamental, transformar la historia que se escribe para ayudar a cambiar la Historia humana y para ello la nueva interdisciplinariedad entre las diversas ciencias humanas y naturales es un pilar fundamental. En ella debe apoyarse una renovada forma de entender el comportamiento del ser humano y su relación con el medio que le rodea100.

HaD también pretende crear comunidades académicas menos jerárquicas, más horizontales; menos elitistas y más abiertas en las cuales los diferentes miembros puedan colaborar entre sí para poder avanzar en sus respectivas investigaciones y dotar al conjunto de una coherencia global101.

 

4.     CONCLUSIONES.

 

Había un problema. La Historia había entrado a finales del siglo XX en una especie de impase ante el aparente fracaso de los movimientos renovadores promovidos por la Escuela de los Annales, el marxismo histórico o la nueva historia económica. Y ese problema había que solucionarlo.

Ante el aparente fracaso de las teorías totalizadoras de Annales y sus posteriores renovaciones. Ante la caída del Muro de Berlín y de los sistemas soviéticos que dejaban al marxismo historiográfico al pie de los caballos, las únicas salidas que aparecían para la Historia eran las propuestas defendidas en gran parte por el neoliberalismo supuestamente vencedor de la Guerra Fría.

La Historia total que pretendieron los seguidores de Annales acabó derivando en una hiperespecialización de la disciplina, hasta llegar a la microhistoria y ni siquiera la historia de las mentalidades pudo evitar acabar realizando en muchos casos trabajos sin aparente valor, más allá de lo anecdótico.

Y el neoliberalismo contraatacó promoviendo una vuelta a un positivismo decimonónico que ya había sido superado, pero que permitía mantener una ficción de objetivismo nada realista. Pero todavía fue más allá un postmodernismo que quiso acabar, a través de las corrientes narrativistas, con cualquier valor científico que se supusiese a nuestra disciplina, llegando a hablar del “fin de la Historia”, por qué si la Historia acababa, si se había llegado al culmen del desarrollo histórico, para que se iba a necesitar una disciplina que hacía pensar críticamente a los ciudadanos.

A una y a otra corriente se unieron muchos y muchas profesionales de la Historia. Mientras, otros seguían un camino más ecléctico cogiendo de aquí y de allá, pero sin ningún interés por seguir una vía concreta, con lo cual tampoco se sabía muy bien que querían aportar.

La solución, o por lo menos uno de los intentos más serios de solución, vino de dónde  nadie  podía  esperarlo.  De  aquellos  países  que,  antes  de  ese  momento,  se

 

99 De dicho presente hay que partir para conocer el pasado. GRUZINSKI, Serge: ¿Para qué sirve la historia?…, p. 46. Aunque nunca hay que olvidar ni perder de vista que trabajamos para obtener un futuro mejor.

100  BARROS, Carlos; NAVARRO, Germán: “El manifiesto Historia a Debate…” Y puntos XIV al XVIII

del Manifiesto. La Historia como un arma de combate hacia el futuro, como propone Gonzalo Pérez, quién va un paso más allá al decir que la historia no ha de estudiarse desde preguntas del presente sino desde preguntas del futuro. Con ello pretende lograr abrir nuevos caminos para progreso humano. PÉREZ ÁLVAREZ, Gonzalo: “Por una Historia de…”

101 Para ello la revolución digital, vuelve a insistir el profesor Barros, es imprescindible, pues la agilidad que proporciona en la comunicación y en los demás ámbitos técnicos, es clave para que esta nueva interdisciplinariedad tenga éxito. BARROS GUIMARANS, Carlos: La nueva interdisciplinariedad…

 

limitaban a recoger las corrientes que provenían del mundo anglosajón, francófono o germánico y a ponerlas en práctica. Así, desde España y desde los países latinoamericanos surgió el proyecto Historia a Debate.

Este proyecto utilizando la globalidad como una oportunidad, más que como un obstáculo, se puso manos a la obra para ofrecer a las historiadoras y a los historiadores un nuevo marco en el cual poder desarrollar sus actividades. Un marco en el que una nueva interdisciplinariedad se convirtió en elemento fundamental para poder desarrollar la labor de investigación. Ya que sólo la colaboración de la Historia con otras ciencias puede conducir a un conocimiento global del devenir humano.

Esta colaboración debe llevar a comprender como el ser humano se comporta en el tiempo, en la sociedad y en el medio. Pero debe buscar más allá. Intentar comprender cómo y porqué se comporta el ser humano; como lo hace y hasta qué punto eso cambia a lo largo de las diferentes circunstancias temporales y medioambientales. Qué hace que el ser humano use de su razón o de su instinto, de sus emociones, en cada momento y cómo evoluciona el uso de esas herramientas racionales y emocionales a lo largo del tiempo.

Para conseguir este objetivo no queda otra que seguir el camino que ya marca HaD a través de su Manifiesto y de sus trabajos de investigación. La colaboración interdisciplinar entre las ciencias humanas, sociales y naturales. La red de colaboraciones y complicidades creada y mantenida por HaD se antoja imprescindible para poder combinar los conocimientos de las diversas ciencias y también para poder colaborar entre los científicos de todos los campos del saber. Todo ello sin supeditar la Historia a ninguna de las demás disciplinas, sino colaborando y aportando entre todas ellas los conocimientos para una comprensión más completa del ser humano y su papel en el Universo.

Se deberán usar todas las herramientas tecnológicas que nos aportan las TIC102, como Internet y las redes sociales, las bases de datos o los SIGs. Pero también todas las

nuevas tecnologías que ofrezcan cada una de las disciplinas del saber con las que la Historia puede y debe colaborar.

Todo ello con un objetivo fundamental, conocer el pasado desde el presente sí, pero con la vista puesta en el futuro. En un futuro mejor para la humanidad. La Historia ha de aportar la parte crítica y analítica, de guía incluso, que le corresponde como la disciplina que se ocupa del ser humano a lo largo del tiempo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

102 Tecnologías de la Información y el Conocimiento.

 

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