Presentación del debate:

Mei Duanmu nos propuso incluir una mesa redonda en HaD II sobre las relaciones historiográficas Norte/Sur, no le hicimos caso y ahora estamos arrepentidos, porque se trata de un debate importante, que hoy queremos relanzar en Internet, animando a los participantes de la lista de correo y a los visitantes de nuestra página web, a opinar sobre el papel de las historiografías latinas en la comunidad internacional de historiadores, hoy.

Se ha escrito ya en las reseñas del II Congreso HaD cosas matizadamente distintas.

Francisco Vázquez, del comité de organización de HaD I y II, para Historiar: «En 1993, el encuentro tenía aún un fuerte sabor eurocéntrico, con la presencia privilegiada de las historiografías francesa y anglosajona, y con una importante representación de ponentes españoles. En 1999 se ha hecho sentir la fuerza y el número de los historiadores latinoamericanos –tal vez la principal innovación del Congreso- y se ha dado la voz a comunidades historiográficas –China, India, Japón, África- que todavía nos resultan desconocidas».

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Teófilo F. Ruiz, del comité científico de HaD I y II, para la American Historical Review: «With the exception of Jacques Revel, the president of the École des Hautes Études, History Under Debate II featured no superstars. Most participants were younger, and Western Europeans, including Spaniards, were fewer in number. More to the point, a strong showing of Latin American scholars, mainly from Brazil, Argentina, Cuba, Mexico, joined by counterparts from India, New Zealand, China, North Africa, and Slovenia, brought into evidence a more heterogeneous representation of historians. Their papers, concerns, and debates signaled a dramatic change in how we talk and think about history».

Irma Antognazzi, del Grupo «Hacer la Historia» de Rosario, para Prohistoria:
«A pesar de las dificultades económicas de los historiadores de América latina, hubo participantes de Brasil, Uruguay, Chile, Cuba, Venezuela, México y Argentina y por supuesto de España, Francia, Italia, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Alemania, entre otros (…) No hubo unanimidad, es cierto. Hasta puedo llegar a afirmar sin temor a equivocarme que eran mayoría quienes adherían a algunas corrientes o puntos de vista de moda. Pero hubo discusión…»

Jerôme Baschet, de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de Paris, para la revista de historia de Chiapas: «Historia a Debate es un lugar privilegiado de encuentros internacionales y discusión historiográfica, en donde los historiadores latinoamericanos (seguramente las delegaciones más nutridas) tienen toda facilidad para sentirse a gusto. Pero Historia a Debate es algo más…»

Bueno, en realidad la delegación más nutrida, también entre los ponentes, fue la española. Los historiadores latinoamericanos sumaron algo más de un tercio del conjunto de ponentes (aunque se hicieron oír como si fuesen muchos más), que, en realidad, estuvieron repartidos en partes iguales entre el «primer» y el «tercer» mundo (estuvieron representados más de 35 países). Tal era nuestro objetivo, un congreso global, como decía más arriba Paco Vázquez, así como que los/las colegas se expresaran libremente cualquiera que fuese su raza, nacionalidad, credo, ideología o filiación historiográfica, un congreso libre, dentro siempre de la temática del congreso, que en ningún momento se sobrepasó.

Pero no es fácil que dialoguen historiográficas Norte/Sur, Oeste/Este , marcadas por historias y realidades sociales tan distintas, faltan hábitos y puentes: Historia a Debate hará lo posible por favorecer los unos y tender los otros.

Proponemos pues debatir a partir de preguntas como las siguientes: ¿Cuál fue el papel de los historiadores latinos en HaD II? ¿Qué aportan o pueden aportar las historiografías latinas -o del Sur y del Este- a la historiografía internacional? ¿Qué tipo de relaciones se han de establecer entre las historiografías de la «periferia(s)» y del «centro(s)» euroamericano? ¿Sigue en vigor la teoría del la dependencia, una suerte de clasificación de países desarrollados y subdesarrollados, aplicada a la comunidad internacional de historiadores? ¿Qué tipo de globalización historiográfica viene, o queremos que venga? ¿Qué papel juegan o deben jugar las grandes personalidades en la historiografía? ¿Pueden o deber ser éstas de raza latina? ¿Qué relación tiene todo esto con el debate norteamericano sobre el «poder latino» y la «generación ñ»?¿Y con el hecho de que el castellano ocupe el segundo lugar, después del inglés, en la lista de los idiomas occidentales?

Esperamos vuestros mensajes.

Animémonos a decir en público lo que se ha comentado, y se comenta, en privado sobre estos temas.

Saludos históricos y globales,

Carlos Barros
Coordinador

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