Una vez más el fascismo sanguinario disimulado bajo una manto de pretendido nacionalismo ha vuelto a asesinar a un representante democráticamente elegido por el pueblo vasco y a un agente que le escoltaba. Su unico «crimen» no pensar como sus asesinos los cuales, ante la falta de argumentos para vender sus oponentes políticos optan por su mero asesinato, al más puro estilo gansteril, fascista y nazi.

Con este motivo quisiera abrir un debate sobre el papel del nacionalismo llamado «moderado» que hace cusa común con asesinos ante la imposibilidad de lograr de otra manera que se cumplan sus objetivos y que tolera y permite el acoso y el asesinato de sus oponentes políticos.

Quiero que circule por este medio de libertad y de información la verdadera cara de los asesinos fascistas y condenar y condenemos todos aquellos que creemos que la mejor arma son la palabra y la reflexión actos como el de hoy.

Pedro Barruso